jueves, septiembre 06, 2012

En busca de un sari

No suelo vestir sari, pero hace dos días tuve la oportunidad perfecta para ponerme uno. Charline quería comprarse un sari, y como no sabe nada de saris, necesitaba mi ayuda. Yo, encantada: adoro los saris, sus telas, sus diseños, y tenía ganas de comprarme uno yo también. 

Así que el martes por la mañana fuimos al mercado de Gariahat, que está a 10 minutos de nuestra Guest House. Allí, en Rash Behari Avenue, hay miles de tiendas y puestos callejeros de saris de todos los estilos y materiales imaginables, e inimaginables también.

Y para poder regatear bien y que no nos tomen por ignorantes extranjeras (aunque casi lo somos), repasé mis números en bengalí y me vestí de sari. Pensé que si me veían con uno se sentirían menos inclinados a timarme.

Nos recorrimos toda la avenida. Buscamos un sari colorido: Charline quería algún diseño muy tradicional, pero no tenía muy claro el color o la tela. Aquí en West Bengal lo normal es un diseño de sari liso con un borde muy grueso y de color, y normalmente la tela es algodón. Pero es un algodón tieso muy incómodo de vestir, que necesita varios lavados y salidas con el sari para que quede bien. Es mejor comprar otra tela, un algodón suave (malai, como crema, jajaja), o una tela como chiffon o algo sintético. Pero los diseños en estas telas son más modernos y no eran del gusto de Charline. Primero entramos en una tienda que tenía descuento pero aún con los descuentos era carísimo: decidimos que era más inteligente comprar en la calle. 

Mirando las tiendas, yo encontré un sari sencillo que me encantó. No sé si me lo pondré, pero la tela vale la pena: ¿6 metros de algodón por 250 rupias? ¡Trae pa'acá!


Yo regateando un sari

Fue fácil porque éramos los primeros clientes del día, y prometimos volver al mismo puesto un día. 

Por fin encontramos un sari de seda azul con un diseño de animales estilo tradicional, aunque no bengalí. Yo quería que Charline comprara otro sari con azul distinto, más pálido y con el borde azul oscuro, pero al final se llevó uno azul brillante con dorados. Después de pelear un poco con el vendedor, conseguimos rebajar doscientas rupias y llevárnoslo por 500. El vendedor quería que compráramos algo más, pero no puedo comprarme doscientos saris en un día...


No entramos en la "Indian Silk House", pero nos hicimos una foto con los elefantitos de fuera

Ahora solo queda que se compre una blusa a juego con el sari y que aprenda a ponérselo :)


1 comentario:

Ricardo dijo...

¡Ya eres toda una experta en saaris! Charline tiene una buena consejera en en ese tipo de ropa. La verdad es que te sientan muy bien. Lo malo es que tienda de saaris que pises, y con lo baratos que están,ya sales con uno nuevo. Pero ¡ son tan bonitos y con esos colores! que quién no cae en la tentación de comprarlos.

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