En cualquiera casa que se precie hay un lugar dónde acumulamos todo tipo de objetos. Podría decir que "guardamos", pero no me parece un verbo adecuado porque no implica la desorganización que contiene acumular. Cuando abrimos la puerta de dicho lugar, no es raro que nos caigan encima cajas y cosas que no sabíamos que teníamos, y buscar algo en ellos es una auténtica pesadilla.
Algo parecido es el panorama musical indio. Buscando no se encuentra nada, pero de repente, plas, te la pegas contra una canción y no hay quien te la despegue de la cabeza.
Peter Cat Recording Company
son una banda de Nueva Delhi que entre esta ciudad y San Francisco graban sus temas. Han sacado dos discos, disponibles en Bandcamp, Wall of Want y Sinema. Con un sonido "sucio", un toque antiguo y al mismo tiempo muy muy electrónico, son autores de temas tan extraños y fascinantes como este, "Love Demons".
Yo estoy hechizada con esta canción.
The Ska Vengers
Esta banda de Nueva Delhi tiene, como la foto indica, un sonido entre jazz, reggae y local pequeño, que tiene su reclamo en la aterciopelada voz de la cantante, Miss Samara C.
De nuevo, en Bandcamp podemos encontrar sus canciones, además de la típica búsqueda de Youtube. Para ilustrar, os recomiendo este vídeo de la serie Chaiwalla Sessions (que podéis explorar, hay cosillas curiosas) con su canción "Gunshot", que grabaron en las calles de Mumbai, más exactamente en el puesto de té Neelam en Lower Parel:
Polémicos con sus letras (tienen un vídeo que cuestiona a Modi antes de que saliera elegido en las últimas elecciones generales como presidente de India, disponible en Youtube), el también polémico Q (sí, el de la película Tasher Desh, querid@s lectores) les ha dirigido un videoclip.
Plastic Parvati
Bajo este sugestivo nombre se esconde la cantante del grupo Ganesh Talkies, Suyasha Sen (otro pseudónimo más), en su iniciativa en solitario. Personalmente, prefiero sus canciones cortas y electrónicas a la línea general de la banda en la que canta. Tiene de todo, canciones en inglés, en bengalí, noñas, satíricas, no se corta a la hora de colgar en Soundcloud todo lo que le apetece. Siempre acompañada de fotos de gatos.
Sulk Station
Aunque de ellos ya he hablado en mi anterior entrada musical, y por lo tanto, no son ningún inesperado descubrimiento, por fin han sacadouna nueva canción. Aunque muy en la línea de las anteriores, esta nueva pista, Aur Nahi (Ya no más) es quizá más tranquila, para terminar esta entrada con calma y paz.
Estos ojos cumplieron 153 años esta semana. Y digo cumplieron, no habrían cumplido, porque Rabindranath sigue muy vivo todavía. Su recuerdo se está desvaneciendo, cierto, y parece cada vez más una pieza de museo, una reminiscencia como eso de "todo el pasado fue mejor", una perspectiva que lo separa totalmente del presente, que crea una barrera entre él y los que lo recuerdan. Sin embargo, usando un símil del propio Tagore, a la flor artificial dentro de casa hay que quitarle el polvo todos los días para que luzca, pero a la flor del bosque no hay que hacerle nada para que luzca bonita. No requiere mantenimiento. Sólo requiere que la vayamos a buscar al bosque y la miremos. Lo mismo pasa con Rabindranath: sus libros, sus retratos, que llenan las casas bengalíes (y poco a poco, la mía también) podrán llenarse de polvo, pero si le miramos a los ojos - como en la foto de arriba - o le buscamos en la lectura, nos deslumbra sin artificios. No hay polvo que pueda deslucir sus palabras. Y por suerte, tenemos muchas de ellas.
Cada vez que leo algo suyo, cuentos o novelas, ensayos, poemas o canciones, me quedo embelesada por lo sublime de la expresión y la profundidad del contenido. Últimamente he estado leyendo una colección de sus ensayos y artículos sobre literatura y sobre la lengua bengalí, en una edición traducida al inglés con anotaciones e introducción por Sisir Kumar Das, uno de los historiadores y críticos literarios más importantes de Bengala. Das también es un genio del análisis, y su prosa - la mayoría de sus ensayos los escribía directamente en inglés - es clara y aguda, perfecta para su propósito: explicar con la mayor sencillez posible los intrincados hilos de la literatura. Si tenéis algún interés por aprender sobre la historia de la literatura india, Sisir Kumar Das es la mejor opción.
En este libro, Selected Writings on Literature and Language, se resume el papel que Rabindranath tuvo en la creación de la critica literaria en Bengala, que era prácticamente inexistente hasta el siglo XIX. Su tarea no sólo se centra en la crítica literaria de sus contemporáneos, sino que mira atrás, a la antigua literatura en sánscrito, y a su alrededor, a la literatura popular y de tradición oral, algo que nadie consideraba en aquel entonces digno de ser llamado "literatura". Estos esfuerzos son coherentes con su filosofía de la unión de los seres humanos en armonía: trata de unir el pasado con el presente, la clase alta, con sus escritores versados en la cultura occidental y en el inglés, con las clases populares y rurales, ignorantes de todo aquello que los altos urbanitas admiraban. Juntar el pasado con el presente, juntas a las personas más allá de sus clases sociales y sus diferencias económicas, más allá de las fronteras lingüísticas o nacionales, para el beneficio de todos que resultaría de esta unión: esa era la misión que daba sentido a su vida.
Juntar, precisamente, es el significado etimológico de la palabra bengalí para literatura, "sahitya". Y es que no se puede negar que la literatura nos acerca los unos a los otros, más allá de distancias geográficas, temporales o sociales. Sólo hay que abrir un libro de Rabindranath para estar con él, sólo tengo que escribir en este blog para estar con vosotros. Yo os hablo de Rabindranath Tagore, y por unos instantes estáis con él, mientras que cuando él escribe sobre Kalidasa, un poeta de la época clásica sánscrita, del silgo V d.C, por unos instantes yo también estoy con él. Y así sucesivamente.
Según Sisir Kumar Das, posiblemente el Meghadutam de Kalidasa fuera el poema favorito de Tagore. Que Rabindranath tuviera un sólo poema favorito me parece algo difícil de creer, pero si uno de ellos era Meghadutam, eso ya nos dice todo lo que necesitamos saber: que tenemos que leer el poema nosotros mismos ya!
Al parecer, Rabindranath escuchó este poema de joven, leído en boca de uno de sus hermanos mayores, en unos días de lluvia incesante durante el monzón, con el cielo oscurecido por las nubes, cuando todavía no sabía sánscrito y no podía entender las palabras del poema. A pesar de eso, o quizá precisamente por eso, los versos le hechizaron. Si podéis, apagad las luces de casa, o bajadlas, y escuchar un fragmento del Meghadutam vosotros mismos, todavía sin entender nada de lo que significa.
No sé quién es este hombre que recita, aparte de que es bengalí por su nombre, pero realmente le felicito. Ojalá recitara el poema entero, y no sólo un fragmento...
Imaginemos una densidad oscura, una intensidad lluviosa. Imaginemos a ser niños de nuevo y escuchar un poema musical en una lengua extraña. ¿Qué sentiríamos entonces? ¿Qué habría sentido Rabindranath? Escuchemos otra vez.
Vamos con el significado del poema. Yo no soy quien de traducir del sánscrito, así que vais a permitirme citar la traducción al inglés de McComas Taylor, que a pesar de estar traducida a prosa, es tremenda, y sobre todo, fiel, que es lo que os importa ahora, seguro, conocer el significado exacto de tan exótico cántico:
"A certain yaksha who had been negligent in the execution of his own duties, on account of a curse from his master which was to be endured for a year and which was onerous as it separated him from his beloved, made his residence among the hermitages of Ramagiri, whose waters were blessed by the bathing of the daughter of Janaka and whose shade trees grew in profusion."
"Un yaksha quien habiendo sido negligente en la ejecución de sus deberes, por una condena de su señor que había de ser soportada durante un año y que le resultaba ominosa ya que le separaba de su amada, se alojó con los ermitaños de la Colina de Rama (1), cuyas aguas habías sido bendecidas al contacto con la piel de la hija de Janaka (2) y cuyos abundantes árboles regalaban sombra"
(1) Ramagiri
(2) Sita, la esposa de Rama.
Meghadutam es conocido en inglés como The Cloud Messenger, La Nube Mensajera. En este poema, un yaksha - un semidiós de la mitología hindú - se encuentra cumpliendo una condena de destierro por un año, por desatender sus funciones en el palacio del rey Kubera - el dios de la riqueza-, rey de Alaka, una hermosa ciudad en los Himalayas (que es donde viven los dioses, es el Olimpo de los dioses hindúes). Este año de destierro debe pasarlo en la parte central de India, en Madhya Pradesh, más exactamente en las montañas donde el héroe Rama también sufrió sus años de exilio - exactamente en Chitrakut, si recordáis mis entradas sobre mi viaje a Madhya Pradesh, ahí está. Pero esto yo no lo sabía hace un año - , un lugar seco y cálido, que no tiene nada que ver con su ciudad alpina. Sin embargo, lo que realmente causa dolor al yaksha es la separación de su esposa, y está consumido por la nostalgia. Tanto añora a su amada, que después de haber sufrido ya seis meses de exilio, cuando se acerca la temporada de lluvias (que empieza en junio-julio, en el tercer mes del calendario indio, Ashar), desesperado le suplica a una nube que vaya al norte y le lleve un mensaje a su amada, y que vuelva con noticias de ella. El poema es la súplica del yaksha a la nube, que le explica la ruta para llegar a Alaka, y cómo encontrar a su esposa, y las palabras que debe decirle.
El poema no es excesivamente largo. Sus 115 estrofas - aunque algunas versiones contienen 110, otras 120 - se suelen separar en dos secciones, aunque esto no está abiertamente dividido en el texto: Purvamegham (la nube primera), que describe la condición del yaksha y la ruta a seguir por la nube mensajera, y Uttaramegham (la nube última), que describe el esplendor de Alaka y a la esposa del yaksha, y contiene el mensaje que la nube debe transmitir. Está escrito en un tipo de verso llamado mandakranta, que normalmente se agrupa en cuartertos, y que es muy musical a pesar de no ser rimado. Cada verso consta de 17 sílabas, divididas por dos cesuras, una tras la sílaba 4 y otra tras la sílaba 10, formando un patrón de 4+6+7=17, lo que crea el ritmo musical que escuchamos al recitarlo.
Kalidasa expresa en este poema el dolor, la aguda aflicción que produce la separación. El yaksha intenta sobreponerse a ella, y llevado por el desespero, intenta usar a una nube para reunirse con su amada. ¿Por qué no pide a un ser humano, o a un pájaro al menos, a un ser sólido y con voz, que transmita su mensaje? Eso quizá tendría más sentido, pero la separación forzosa nos hace perder el sentido. Para superar la desolación el yaksha hace algo muy humano: usa el poder de la imaginación para consumar la reunión. Envía a una nube mensajera. Este es el poder de la literatura, el poder de la unión.
Kalidasa nos hace saborear la añoranza del yaksha con descripciones muy detalladas y visuales. Nos regala un paraíso imaginativo, de imágenes y de la imaginación, y es capaz de transformar el dolor en una delicia. Unos ejemplos:
That lover, separated from his beloved, whose gold armlet had slipped from his bare forearm, having dwelt on that mountain for some months, on the first day of the month of Asarha, saw a cloud embracing the summit, which resembled a mature elephant playfully butting a bank. Ese amante, separado de su amada, cuyo brazalete de oro se deslizaba ya de su desnudo brazo, habiendo pasado en aquella montaña algunos meses, en el primer día del mes de Ashar (1), vio abrazando la cima a una nube que parecía un elefante adulto jugueteando y chapoteando en una orilla.
(1) Ashar es el nombre moderno (en bengalí) del mes de Asarha: el tercer mes del año indio (que empieza a mitad de abril), y que es el primer mes del monzón.
Cuyo brazalete de oro se deslizaba ya de su desnudo brazo... El amante, consumido por la nostalgia, ha adelgazado tanto que su pulsera se le cae del brazo al que antes se ajustaba perfectamente. No sé si este es un topoi, porque lo he leído en unos poemas tamiles supuestamente más antiguos que el de Kalidasa, pero sea cómo sea, es precioso. Y la nube gris es un elefante adulto, un animal poderoso, inteligente y muy apreciado en India. Esta metáfora se repite a lo largo del poema muchas veces, por ejemplo en la estrofa 54, dice que es un "elefante de los dioses"; es el yaksha intentando halagar a la nube para que así no rechace su petición de ayuda. En otra extraordinaria estrofa (la 62), el yaksha compara a la nube de lluvia con el sólido y brillante negro del kohl, el polvo natural con el que las mujeres indias delinean y realzan la forma de sus ojos.
El yaksha se deshace en llamamientos al corazón de la nube en más de una ocasión, para intentar convencerla. Aquí transcribo otro de los más curiosos:
Having embraced your dear friend, that lofty mountain, marked on its flanks by the feet of the lord of Raghu which are worshipped by men, take your leave. Year after year, having come for union with it, there is a display of affection on your part—you who release hot tears born of long separation.
Una vez que hayas abrazado a tu querido amigo, esa altiva montaña, marcada en sus faldas por los pies del señor de Raghu (1) que los hombres consideran sagrados, prosigue. Año tras años, tras haberte unido a ella, das una muestra de tu cariño - tú que liberas cálidas lágrimas nacidas tras una larga separación.
(1) Rama
El yaksha, con su ingenio tan agudizado como ofuscado por el dolor y la nostalgia, apela a los sentimientos de la nube, haciéndola ponerse en su lugar, relacionando el sufrimiento de la nube alejada de la montaña que tanto ama, con el suyo propio, a kilómetros de distancia de su esposa. ¿A quién no convencería esta súplica? Todos los lectores quisiéramos inmediatamente convertirnos en nubes para ayudarle.
Otras veces, el yaksha es un poco más agresivo. Por ejemplo en la estrofa 17 dice:
Even a lowly being, remembering an earlier kind deed, does not turn its back on a friend who has come for refuge; how much less, then, one so lofty? Incluso un plebeyo, recordando un amable favor anterior, no da la espalda a un amigo que ha venido buscando refugio; ¿cómo podría, entonces, un ser tan noble (como tú)?
Además de estos argumentos tan emotivos, el yaksha, que quiere que la nube se identifique con él y con su dolor, intenta atraer la curiosidad de la nube con las cosas que a él le resultan más atractivas: las mujeres. Le promete la visión de unas jóvenes chicas, blancas como el jazmín y perfectas como la flor de loto, que esperan sin saberlo la amistad de la nube, que posará por unos instantes su sombra sobre sus bellos rostros (estrofa 27): "chāyādānāt kṣaṇaparicitaḥ puṣpalāvīmukhānām" /"you who have made a momentary acquaintance with the flower-picking girls by lending shade to their faces" / "tú, que al prestar tu sombra sobre las caras de las chicas que recogen flores has entablado amistad con ellas un instante". También le promete el placer de ver las "temblorosas pestañas" de las mujeres atemorizadas por el relámpago en la ciudad de Ujjain (estrofa 28), por poner algunos ejemplos.
Pero las mujeres no son la única atracción que la nube puede encontrar en su camino. Las descripciones de los paisaje sobre los que pasará en su viaje son fascinantes. Nosotros también queremos hacer ese viaje, queremos sobrevolar esos valles, esos ríos, esos bosques, esas cumbres nevadas, esas ciudades.
On the way, after you have ascended to the Nirvandhya River, whose girdles are flocks of birds calling on account of the turbulence of her waves, whose gliding motion is rendered delightful with stumbling steps, and whose exposed navel is her eddies, fill yourself with water, for amorous distraction is a woman’s first expression of love for their beloved.
En el camino, después de subir hacia el río Nirvandhya, cuyos collares son las bandadas de pájaros cantando por la turbulencia de sus aguas, cuyo fluído movimiento se convierte en admirable cuando tropieza con las piedras, y cuyos remolinos muestran su ombligo, llénate tú de agua, puesto que la primera expresión amorosa de una mujer por su amado es la desatención.
Los ríos, en sánscrito y en la mitología hindú, son todos mujeres: quizá porque el agua es la vida. Los pájaros son los adornos del río, el fluir de sus aguas es como los andares de una mujer, que se desliza y balancea y cuando da un traspiés contra las rocas del lecho del río, es todavía más dulce. Pero mi metáfora favorita son los remolinos que exponen a la vista el ombligo del río, como una mujer en sari, que según se mueva, muestra o esconde su ombligo de nuestros ojos.
Hacia el final del poema, cuando por fin la imaginación del yaksha llega a su casa en Alaka, y explica a la nube mensajera cómo encontrar a su esposa y qué debe hacer para transmitirle el mensaje, Kalidasa describe su dolor de una manera intensa, a través de la descripción externa de las acciones de la mujer, y muestra un entendimiento muy profundo de la nostalgia amorosa, que yo no puedo evitar preguntarme qué separaciones habrá sufrido Kalidasa en su vida.
Or having placed a lute on a dirty cloth on her lap, friend, wanting to sing a song whose words are contrived to contain my name, and somehow plucking the strings wet with tears, again and again she forgets the melody, even though she composed it herself
O habiendo colocado un laúd sobre una sucia tela en su regazo, amiga (1), queriendo cantar una canción destinada a contener mi nombre entre sus palabras, y de alguna manera rasgando las cuerdas con sus lágrimas y humedeciéndolas, una y otra vez ella olvida la melodía, a pesar de haberla compuesto ella misma.
(1) a lo largo del poema el yaksha se autodenomina "amigo" y "hermano" de la nube, a su esposa la "esposa de tu hermano", y aquí por fin, llama amiga a la nube.
La esposa del yaksha, sollozando, pensando continuamente en su esposo, desatiende las tareas de la casa, como se olvida de lavar las telas, y se olvida hasta de las canciones que quiere cantar en memoria de su amado. ¿Es que hace falta decir que está desolada?
Y tras tantas estrofas que despiertan en nosotros el sabor de la pena (la karuna rasa), al mismo tiempo se despierta en nosotros una curiosidad inmensa. ¿Cuál es el mensaje que el yaksha desea decir a su esposa? ¿Nos dirá Kalidasa cuáles son esas palabras? Pues sí:
He whose path is blocked by an invidious command and is at a distance, by means of these intentions, unites his body with yours, the emaciated with the emaciated, the afflicted with the even more deeply afflicted, that which is wet with tears with that which is tearful, that whose longing is ceaseless with that which is longed for, that whose sighs are hot with that whose sighs are even more numerous.
Él cuyo camino está bloqueado por una odiosa orden y quien está lejos, por medio de mí, une su cuerpo con el tuyo, lo consumido con lo consumido, lo afligido con lo aún más profundamente afligido, aquello que está húmedo de lágrimas con aquello que está lloroso, aquello cuya añoranza es infinita con aquello es añorado, aquello cuyos suspiros son cálidos con aquello cuyos suspiros son aún más numerosos.
El yaksha dicta estas palabras a la nube, imaginando que él mismo es la nube diciéndoselas a su esposa recién levantada, observándola por la ventana de su dormitorio. La unión, por fin, imaginada pero unión al fin y al cabo, de las dos nostalgias y las dos tristezas por medio de un cuarteto: los versos son sólo un medio, como la nube, la nube es el poema y nos unimos a Kalidasa al leerlo, nos unimos al corazón humano al leerlo. El poema de la separación es un canto a la unión:
"Oh, nube, tu esplendor realzado por la temporada de lluvias, ojalá nunca nada te separe de tu consorte, el relámpago.
Para terminar, os dejo con los invisibles hilos que unen a Rabindrantah con Kalidasa, más allá de sus ensayos o de su admiración por el poeta clásico: son sus canciones las que son una celebración del Meghadutam. Si bien Tagore jamás intentó traducir el poema al bengalí, creo que lo que sí intentó, consciente o inconscientemente, fue trasladar el sentimiento de separación, el anhelo de la unión, y la temática de las nubes y la lluvia, en sus famosas canciones. Muchas de ellas hablan de las nubes, y muchas otras, de la lluvia, especialmente del mes de Ashar, el primero del monzón. Escuchad estas dos:
Abar Esechhe Ashar (El monzón ha regresado)
El monzón ha regresado, cubriendo el cielo
a través del viento se huele la lluvia
este viejo corazón mío aún estalla de alegría
al ver a las nuevas nubes condensarse
sin prisa sobre los verdes campos cae la sombra de las nubes negras
"¡Ya llega!", grita el corazón, "¡Ya llega!", canta esta canción
Ha llegado a la mirada, se apresura al corazón.
Bahu yuger opar hote (Después de muchos muchos años)
Después de muchos años he recordado el monzón,
en un verso del poeta con el relámpago y la lluvia que gotea.
Las guirnaldas de flores unidas se balancean y se mezclan con el polvo,
hoy su fragancia fluye en el viento lloroso.
Ese día sin razón aparente llegaron las nubes a la orilla
el agua se derramaba sin razón aparente sobre la verde orilla.
Sin pestañear la guirnalda de nubes se extendía hacia el camino,
como la visión de la sombra de una nube negra a mi memoria.
Tumi Shandhyar Meghamala (Tú eres la guirnalda de nubes del crepúsculo)
Esta canción fue traducida por el propio Rabindranath al inglés para la colección que se recogió bajo el título The Gardener, así que permitidme que cite su traducción directamente, sin duda alguna mejor de que lo que yo soy capaz de hacer:
You
are the evening cloud floating in the sky of my dreams. I paint
you and fashion you ever with my love longings. You are my own, my
own, Dweller in my endless dreams! Gleaner of
my sunset songs!
Your lips are bitter-sweet with the taste of my
wine of pain. You are my own, my own, Dweller in my lonesome
dreams! Of the
depth of my gaze!
I have caught you and wrapt you, my love, in the
net of my music. You are my own, my own, Dweller in my deathless
dreams! Your
feet are rosy-red with the glow of my heart's desire, With
the shadow of my passion have I darkened your eyes, Haunter!
Nota curiosa: Neruda escribió su poema 16 de Veinte poemas de amor y una canción desesperada basándose en esta traducción al inglés de la canción original en bengalí. Veamos su transcreación:
En
mi cielo al crepúsculo eres como una nube y
tu color y forma son como yo los quiero. Eres
mía, eres mía, mujer de labios dulces, y
viven en tu vida mis infinitos sueños.
La
lámpara de mi alma te sonrosa los pies, el
agrio vino mío es más dulce en tus labios: oh
segadora de mi canción de atardecer, cómo
te sienten mía mis sueños solitarios!
Eres
mía, eres mía, voy gritando en la brisa de
la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda. Cazadora
del fondo de mis ojos, tu robo estanca
como el agua tu mirada nocturna.
En
la red de mi música estás presa, amor mío, y
mis redes de música son anchas como el cielo. Mi
alma nace a la orilla de tus ojos de luto. En
tus ojos de luto comienza el país del sueño.
Ya van tres. Tres Nocheviejas, tres Años Nuevos, tres despedidas y bienvenidas. Tres noches ancianas sin marisco ni uvas ni campanadas ni refritos musicales del año ni champán ni serpentinas ni gorros ni caretas.
Para haceros una pequeña composición de lugar de mis nocheviejas tradicionales, os contaré que son frente a la playa del Atlántico, que siempre hace un frío que pela, que rara vez no llueve a mares. La reunión familiar empieza con la preparación de una cena en la que no falta el marisco, ni la carne, en la que sobran siempre postres, y con la decoración del comedor y de los comensales, que nos adornamos con gorros y con caretas que tienen más de 27 años. Mi favorito siempre ha sido un gorro de plástico en forma de bombín, blanco con puntos rojos. Entre todos pelamos marisco, uvas y repartimos serpentinas que nos lanzaremos unos a los otros al terminar las uvas. Luego acabamos cantando canciones casi decimonónicas (Somos los repatriados / que vamos al mundo recorriendo...) y bailando los hits de veranos pasados que sacan siempre por la tele, aunque mis preferidas siempre han sido las reposiciones de Martes y Trece.
Aquí, claro, no hay nada de eso, y cada año espero con impaciencia descubrir cómo va a resultar la despedida del año. Unos amigos, Tanmay y Sweta, me habían invitado a una fiesta en su casa; además, durante la tarde, había quedado con varios amigos y el día se me llenó enseguida de una cita a otra. En College Street me encontré con los poetas, a los que llevé turrón de Alicante para repartir. Entre ellos, Aritra, Animikh y Sanghamitra estaban invitados a la misma fiesta que yo, juntos nos fuimos para allá.
Pero antes, nos sacamos unas fotos por las callejuelas amarillentas:
Sanghamitra, yo y Animikh, ejemplificando la palabra "actitud" de diferentes maneras.
Saludando a la ranura de la puerta
Resultamos ser once: Tanmay y Sweta, su hermana pequeña y su hermano mayor, dos amigos de la infancia de Tanmay, y Probaho, un excompañero de pensión de Tanmay y de Animikh, de los tiempos de la universidad, y nosotros cuatro.
Era la primera vez que hacían una fiesta para despedir el año, pero no lo parecía. Comimos y bebimos, nos embadurnamos de tarta de chocolate las caras cuando dieron las doce (algo que les encanta hacer a los indios en los cumpleaños y en cualquier celebración que implique tartas, por lo que he podido observar en estos años), cantaron y bailaron canciones tradicionales, contaron chistes, y nos fuimos a dormir a las 4.
La tarta que no comimos. El pastelero se equivocó en el año y tuvo que "arreglarlo" añadiendo +1. O quizá es que usa Google Plus.
Animikh (alias Kobi, "poeta", porque fue el primero del grupo), en el suelo muerto de risa y de tarta.
Sweta, la anfitriona
El grupo en el salón
Chimpu y Probaho desayunando a la mañana siguiente, sentados a la manera india.
Collage de la noche por Animikh.
Animikh y Sanghamitra cantando una tradicional canción folclórica bengalí, Hrid Majhare.
Sanghamitra, Animkih y Chimpu cantando Tomar Ghore.
Otra más, que no conocía antes.
Chimpu canta y baila Lal Pahari, mientras todos acompañaban con palmas, y Sanghamitra y Animikh, con voz también.
Hoy mismo, hace apenas una hora, he descubierto a Sahej Bakshi, o Dualist Inquiry, un bengalí que compone música electrónica y no canta Rabindrasangeet (aunque estaría bien que hiciera un remix). Y resulta que tiene todos sus discos en descarga gratuita en Bandcamp, y aún encima resulta que su último disco se llama Doppelganger, como mi usuario de Blogspot. Ante tanta casualidad, y como me gusta, no puedo resistirme a compartirlo aquí. A él y a otros grupos y cantantes indios que me han llamado la atención por su fusión de la tradición y de la modernidad.
Música electrónica hay en todas partes, pero lo que no se encuentra en India, no se encuentra fuera de India tampoco. En ninguna otra parte. Así que disfrutad de las cosas que sólo India puede ofrecer:
Vivek Rajagopalan es un cantante y percusionista de esta fusión electrónica de música clásica india, que mezcla música carnática, hindustani, jazz, y lo que le pongan por delante (la música carnática es la música clásica del sur, mientras que la música hindustani es la música clásica del norte. Para oídos no entrenados, como los míos, hago notar que aquí se consideran dos estilos de música muy diferentes):
Un dueto formado por una cantante Marathi, Shriik, y un artista indio de la diáspora, de San Francisco, Janaka. Su grupo, Gods Robots, necesita de un nuevo artista que les diseñe los videos, pero la música me gusta:
Otro dúo interesante es Sulk Station, donde nos encontramos otra vez una voz femenina con voz aterciopelada y un músico que hace los acompañamientos y arreglos electrónicos. Sulk Station apenas fusiona con música india, y se dedica a experimentar con sonidos "occidentales" (no sé si sería posible llamarlos así, pero vamos, que si no escuchamos las pocas canciones en las que cantan en hindi, no te das cuenta de que son indios). Algunas canciones, como Contentment o Take me home son interesantes:
Ha llegado el momento, tras mucho mucho tiempo, de hablar un poco más en profundidad de Tagore en este blog. Últimamente no sólo he estado descubriendo, más tarde que temprano, sus canciones, tan famosas en Bengala Occidental -tanto, que cualquiera, CUALQUIERA, se pone a cantarlas en medio del silencio o de una conversación, cuando encuentran una conexión interna-, sino que además me he estado leyendo varios de sus relatos cortos, he visto ya suficientes películas basadas en sus historias, y me he terminado una de las novelas, además de haber visto dos obras de teatro suyas, entre otras, Tasher Desh, de la que he hablado más que suficiente.
Me fascina ver que en muchos de los relatos que he leído, en las películas basadas en ellos, en la novela que he leído (Ghare Baire, El hogar y el mundo), la mujer tiene un papel sino protagonista directamente, sin duda fundamental, una de las piezas esenciales. Y que lo escribiera un hombre a caballo entre el siglo XIX y el XX, es más que notable. Aunque en Tasher Desh las mujeres, que inician la revolución, necesitan de un empujoncito masculino, en Chitrangada la mujer transformada en hombre transformada en mujer es la (¿el?) figura principal, y en El Rey y la Reina, pues la Reina (y su hija) están ahí. Eso en cuanto a las obras de teatro que conozco, que tampoco son tantas. En cuanto a las historias, pues una de las que he leído, llamada Visión, fue muy impactante. La protagonista y narradora es una mujer casada que se queda ciega y tiene que sufrir ser una carga para su marido. Su mundo interior está muy bien descrito, de una manera sensible sin caer en el melodrama, tratando sutilmente no sólo la psicología de la mujer, sino de su marido, y en general, de toda la sociedad india. En este relato, la esposa, Kumo, empieza a ver cómo su visión se reduce y debilita después de un aborto que tuvo. Ya el hecho de que abortara a su primer hijo debió de ponerla en una posición difícil en la sociedad de la época - y quizá, aún en la de ahora - y que aún encima se convirtiera en una minúsválida, ciega, que en lugar de ser el apoyo y refugio de su marido fuera todo lo contrario, era sin duda una situación complicada de sobrellevar. Para empeorar las cosas, su marido era un estudiante de Medicina, que por ser estudiante cree que puede curar a su esposa y no la deja ir al médico a pesar de las protestas de su cuñado, el hermano de ella, y cuando finalmente ve, demasiado tarde, que su orgullo y tozudez han provocado que su mujer quedara ciega de por vida, accede a que ella vea un médico (mi traducción):
"Pero después de un tiempo, la agonía se hizo insoportable. My visión se extinguía, y tenía continuos dolores de cabeza cada noche. Yo podía ver cuánto se alarmaba mi marido. Entendí por su manera de actuar que estaba buscando una excusa para llamar a un médico. Así que yo misma sugerí que podría llamar a uno.
Él se sintió muy aliviado, pude notarlo. Ese mismísimo día hizo llamar a un médico británico. No sé de qué hablaron exactamente, pero pude notar como el caballero hablaba muy muy cortante y enfadado con mi marido.
Él permaneció silencioso durante un tiempo después de que el médico se marchara. Le tomé de las manos y le dije: ' ¡Pero qué bruto era! ¿Por qué no has llamado a un médico indio? Habría sido muchísimo mejor. ¿Cómo puedes creer que ese hombre sabe más que tú sobre mis ojos?'
Mi marido se mantuvo en silencio por unos segundos, y entonces dijo con voz entrecortada: 'Kumo, tus ojos necesitan una operación'
Yo fingí estar muy enfadada porque él me hubiera estado ocultando esa situación durante tanto tiempo.
'¡Has estado al tanto de eso todo el tiempo y no me has dicho nada al respecto!', le dije, ' ¿Crees que soy un bebé para tener miedo de una operación?' "
Eso. !!!!!!!!!! . Y sigue.
El hogar y el mundo me ha dado mucho que pensar. Esta novela, escrita a modo collage entre los diarios de los tres protagonistas, de modo que da una visión polifónica de los mismos sucesos, no sólo me ha sorprendido por la profundidad y la actualidad, a pesar de haber sido escrita hace casi 100 años, en 1916, sino porque básicamente habla de la desigualdad de género. En esta novela, la protagonista indiscutible es Bimala, una chica de familia tradicional y aldeana de Bengala, casada con un chico de clase más alta, terrateniente y estudiante de Economía y Política. Su marido, Nikhilesh, se convierte en un hombre de fuertes principios morales, un idealista, que intenta crear un mundo mejor lejos de las pequeñas miserias humanas. No sólo enseña a Bimala lo que va aprendiendo en la universidad, sino que intenta "liberarla", es decir, que salga al mundo exterior que las mujeres en la época tienen prohibido, pues una vez casadas deben permanecer siempre dentro de los departamentos interiores de la casa - la purdah, o "cortina" - sin acercarse ni ser vistas por nadie que no sea de la familia o del servicio. Nikilesh desafía todo esto llevando a su mujer a una habitación intermedia, entre los departamentos interiores para las mujeres de la familia y los exteriores, para los invitados y para los hombres, y presentándole a un activista amigo suyo que lucha contra los británicos en un movimiento nacionalista, los swadeshi. Este activista, Sandeep, es un personaje visceral que no intenta esconder bajo ningún disfraz su carácter egoísta y ambicioso, más allá del ligero barniz idealista que le da el hecho de luchar contra los ingleses. Bimala y Sandeep se enamoran, algo que Nikilesh no fue capaz de prever ni imaginar:
"Cada esquina está inundada por los torrentes del monzón; el brillo de los brotes de arroz es como el del cuerpo de un bebé. El agua había llegado hasta los jardines de nuestra casa. El sol de la mañana se ha vertido sobre la tierra sin obstáculos, equiparándose a la pasión del cielo azul.
¡Ojalá hubiera música en mi voz! El agua en los arroyos centellea, las hojas de los árboles deslumbran, los arrozales tiemblan y destellan - en la mañana la música ha llegado a este día de julio, ¡y yo soy el único mudo! Las melodías están encerradas dentro de mí; todo el brillo de este mundo que me alcanza acaba cautivo dentro y no puede salir. Cuando veo este deslucido, sombrío yo, puedo entender que me falta algo. Nadie podría soportar mi compañía día y noche.
Bimal está tan llena de vida. Es por esto que, en todos estos nueve años, ella nunca me ha parecido aburrida. Pero si hay algo dentro de mí, es una muda profundidad y no unas olas susurrantes. Sólo puedo recibir, pero no puedo agitar. Mi compañía es como la inanición; cuando veo a Bimal hoy puedo entender a qué hambruna ha sobrevivido ella todos estos años. ¿A quién se puede culpar?
Dios mío.
Las inundaciones del monzón, julio y agosto
¡mi templo está vacío!
Mi templo está construido para estar vacío; sus puertas están cerradas. He fracasado en entender todos estos años que el ídolo de mi dios estaba esperando afuera. Pensé que él había aceptado los rezos y que me había otorgado favores - pero, mi templo está vacío, mi templo está vacío.
(...)
Toda pena, todos los errores vienen de huir de la Verdad. Si no lleno mi vida con la Verdad, ¿cómo pasarán mis días y mis noches? No puedo soportarlo más; Verdad, llena mi templo ya."
El despertar a la Verdad, que Nikilesh tanto anhela, no es exactamente la Verdad a la que esperaba despertar.
Bimala dice cosas como:
"Esta tumultuosa emoción que estaba estallando en las orillas del país, llegó a mi vida con una melodía diferente. La fuerza de la naturaleza que era mi Destino estaba acercándose y el sonido todavía distante de sus ruedas hacía latir mi corazón más y más fuerte, más y más alto. A cada segundo, sentía que un extraño y sublime fenómeno me sobrevenía, y que yo no era del todo responsable de él. ¿Pecado? El camino había huido lejos de los espacios del pecado y de la castidad, de lo justo y legítimo, la pena y la empatía habían abierto su propio sendero. Yo nunca había deseado esto, nunca había anhelado esto; si miraras al conjunto de mi vida, no podrías reclamarme nada. Toda mi vida he rezado devotamente, y cuando por fin llegó el momento de otorgar el deseo, ¡un Dios diferente apareció ante mí! Así como el país de pronto ha despertado, alzado la cabeza y gritado !Viva la tierra nativa! (Vande Mataram), mi corazón y mi alma y cada nervio de mi cuerpo hoy han despertado para decir "viva" a algo extraño, desconocido, exótico - ¡a algo que carece de cualquier explicación!
Este era un peculiar parecido entre la canción del corazón del país y la canción de mi propio corazón. Muchos días me levantaba de mi cama silenciosamente, e iba a la terraza. Justo un poco más allá de los muros de nuestra casa había un arrozal a medio madurar. Al norte, el agua del río centelleaba era visible a través de la gruesa cubierta de árboles de la aldea. Más allá había un bosque. Carecía de forma, como un feto deforme, dormido acunado en el vientre de la noche inmensa. Yo miraba hacia adelante y veía a mi país allí - de pie, como una niña igual que yo. Ella solía sentirse feliz en su pequeño rincón de la casa. Pero de pronto había oído la llamada de la naturaleza. No había tenido tiempo de pensar. Simplemente, había caminado a ciegas en la oscuridad. Ni siquiera había esperado a encender una pequeña lámpara. Yo sabía, en esa noche somnolienta, cómo su pecho respiraba alterado. Sabía de la melodía distante que la llamaba, cómo ella sentía que ya estaba allí, ella lo había encontrado y ahora ya podía caminar con los ojos cerrados sin tener miedo nunca más. Esta no era la mujer que recordaría que había que barrer la casa, que había que encender las luces, que había de dar de comer a los niños. Hoy ella era la amante. Este era nuestro país en los días de los Vaishanva Padabalis(N.T: unos cantos que relatan la historia de amor entre Krishna y Radha, que son la pareja epítome del amor romántico en la cultura india). Ella había abandonado su casa y olvidado todos sus deberes. Todo lo que tenía era una pasión sin fin; encendida por esa pasión, ella seguía caminando, sin cuidado, por la carretera. Yo también era una viajera que acudía a la misma cita. Yo también había perdido mi casa y mi camino. La meta y los medios se confundían con la niebla ante mí - sólo era consciente de la pasión y del viaje."
La confusión de Bimala ante el nuevo mundo que se abre ante ella es patente en toda la novela. Sandeep en cambio, es más claro:
"Bajo esta forma, la amistad, entre palabras y gestos, hablados y sin hablar, progresó. Ella era la señora de la casa, quien normalmente es como una estrella en el cielo, inalcazable. Aquí, los senderos no estaban pisoteados. A través de este vacío sin nombre navegábamos a nuestra manera: una tensión gradual, conocimiento y conciencia, un velo de inhibición desapareciendo en un cielo sin forma y de repente descubriendo la naturaleza desnuda - ¡esta era una extraña, victoriosa aventura de la Verdad!
¡Por supuesto que esta es la Verdad! La fuerza de la atracción entre un hombre y una mujer es una fuerza más que tangible. Desde la partícula de polvo en el suelo hasta las estrellas en el cielo, todas las cosas materiales así lo demuestran. ¡Un hombre querría mantenerlo cubierto y escondido por unas pocas palabras, convertirlo en su propiedad doméstica y hacerlo seguir una serie de normas y regulaciones! Como si fuera una obligación fabricar un reloj de pulsera para el yerno a partir de las estrellas del universo. Pero, cuando la realidad despierta ante la llamada de la materia, y cuando en apenas un instante, barre de un sólo golpe cualquier pretensión palabrera del hombre y toma el lugar que le pertenece, ni la fe ni la moralidad pueden pararlo. ¡Así vengan condenas, arrepentimientos y órdenes! Pero para poder luchar contra la tormenta, necesitas algo más que palabras. La tormenta no te responde, sólo te sacude - es la realidad.
Por eso estoy disfrutando tantísimo esta palpable revelación de la Verdad. Tanta vergüenza, tanto miedo, ¡tantos dilemas! Pero, sin ellos, ¿cuál es el encanto de la Verdad? Este temblor en el paso, este huir cada dos por tres - es muy dulce, sin duda. Y la mentira es más para uno mismo que para los demás. Cuando la realidad se prepara para luchar contra lo artificial, el engaño es la primera arma de éste, porque los enemigos de la materia dicen que la realidad es grosera. Por eso necesita mantenerse escondida o ponerse una máscara. Así, la realidad no puede decir directamente 'Sí, soy grosera, porque soy la Verdad, soy corpórea, soy instinto, soy hambre, no tengo vergüenza ni corazón - tan desvergonzada e insensible como una roca gigante, desgajada de una montaña por culpa de las lluvias y que cae rodando sobre las cabezas de los hombres, sin que le importe si mueren o sobreviven."
(...)
¿Por qué ella no se da cuenta? Porque el hombre ha destruido con sus propias manos la capacidad de entender y de conocer la realidad por completo, ya que siempre la está disfrazando. El ser humano se avergüenza de la realidad. Por eso trabaja a escondidas, bajo montones de velos que envuelven; es por ello que nunca llegamos a saber cómo funciona de veras y cuando la realidad nos sobreviene sin previo aviso, no hay manera de negarla."
Una novela que vale la pena leer.
Y en cuanto a las canciones, de momento esta versión de una canción religiosa de Tagore (Rabindrasangeet), hecha por Arnob, un cantante de Bangladesh que ya he mencionado varias veces también, me parece maravillosa:
A veces puedo verte, ¿por qué no puedo verte cada día?
¿Por qué las nubes vienen al cielo de mi corazón? ¿Por qué no me dejan verte?
Sólo puede verte a la luz del instante en que parpadeas
perdido siempre por el miedo, desapareces en un segundo
¿Qué podría hacer para conseguirte, dime? ¿Para guardarte en mis ojos?
¿Dónde podría conseguir tanto amor como para guardarte en mi corazón?
No deseo nada más, lo haré lo mejor que pueda,
si tu quieres, ahora mismo yo sacrificaré mis deseos terrenales.
La canción es bonita en sí, pero su versión, es que me lleva a otro mundo. ¿Y a vosotros?
Hoy, por casualidad, acabé presenciando un "concierto", digámoslo así, de música clásica india. Pero no un concierto cualquiera: sino un concierto de voces femeninas de principios del siglo XX, grabadas en vinilo. Y escuchadas en vinilo, gracias a un bengalí coleccionista que ofreció sus discos a una exposición sobre "Voces de India" que está ahora mismo en marcha en la ciudad.
No esperaba para nada esto, sólo iba ala exposición, pero resultó muy interesante. He aprendido un montón de cosas sobre música india y las cantantes femeninas. En unos días escribiré una explicación de lo grabado (está en inglés) en español, para aquellos que no acabéis de entender lo que dice el coleccionista. Mientras, os dejo aquí la grabación que en pleno siglo XXI, hice con un smartphone.
Este sábado he ido a otro concierto más, pero muy diferente del concierto del viernes. Se trataba de un concierto de piezas que fusionaban música occidental (clásica, pero con un toque jazz) con música clásica india, en Max Muller Bhavan, que viene a ser el Instituto Cervantes alemán. Ellos siempre están preparando actividades que fusionan occidente con oriente y resultan muy interesantes.
El pianista Jari Singla, con una beca del Max Muller, vino a India unos meses para trabajar con unos músicos indios y crear nuevas músicas. Este concierto fue la presentación de dichas piezas creadas tras esos meses de trabajo, y alguna composición anterior, acompañados por un contrabajista también alemán.
Os dejo los audios grabados en el apartado de "Sounds of Calcutta" (junto con unos nuevos, de la lluvia monzónica) y este vídeo, de la actuación final.
Aquí va otra entrada más sobre cine bengalí, del clásico, del bueno, del de Satyajit Ray, al que os he presentado. Algún día hablaré de Mrinal Sen y de Ritwik Ghatak, otros directores bengalíes que me gustan.
Una de las películas de Ray más aclamadas es esta de Jalsaghar, que viene a significar "La habitación para música". La historia trata sobre un terrateniente que ha heredado su título y sus tierras de sus ancestros, de su tatarabuelo, y que ocupa su cargo casi de rey en la región con un dignidad y orgullo. No es joven ya, ni tampoco su esposa, y tienen un hijo que heredará el cargo, al que adoran. La pasión de este terrateniente, Roy, es la música. Se pasa el día fumando tabaco en hookah y escuchando música de músicos a los que acoge en su palacio. También toca y enseña música a su hijo, a pesar de las pegas de su esposa, que tiene miedo de que Roy contagie su pasión por la música a su hijo, y éste no quiera hacer nada más que escuchar música todo el día, como su padre. Descuida las tierras y los cultivos, pero no trata mal a los campesinos, y tanto en la casa como en la zona, la gente le adora. Sin embargo, debido a su mala administración y a sus inmensos gastos en pagar a los músicos, se está arruinando poco a poco. Entonces, vuelve a la zona el hijo de un hombre pueblo, Ganguly, que se ha hecho rico haciendo negocios en Uttar Pradesh. El hijo de Ganguly representa la modernidad, en la que el dinero es el poder, y con su dinero y sus negocios se contruye una nueva casa, estilo moderno y no antiguo como el palacio del terrateniente, una casa "sin jardín, sin fuente, sin templo, y sin sala de música", como remarca el fiel mayordomo de Roy. Él se siente ofendido por el dinero del hijo de Ganguly, y se niega a hacer negocios con él (aunque sería lo mejor para su moribunda economía), porque se niega a hacer el dinero "de un usurero", a pesar de que el dinero del hijo de Roy viene de los negocios, no de la usura. Ganguly trae, además, un generador eléctrico y un coche, que hacen un ruido infernal a los delicados oídos del terrateniente Roy, acostumbrado a la música clásica india.
Papelón que realiza Chhabi Biswas como el terrateniente Roy.
Roy atiende a Ganguly, el hombrecillo con bigote, sin nunca olvidar que él es el "señor".
Roy y Ganguly establecen una diplomática lucha de bonitas palabras e invitaciones rechazadas, en las que se juegan el control sobre la región. Ganguly tiene el dinero, pero Roy tiene las tierras, y por mucho que el primero intenta establecer beneficios para ambos con su mentalidad monetaria, Roy se niega por respeto a su linaje, y por mantener su dignidad y posición. Un día, la suegra de Roy se pone enferma y su esposa y su hijo se van a casa de ella unos días. La esposa no quiere dejar a su marido solo, por temor a los gastos en los que puede incurrir si ella no está, y sus temores no son infundados. Tan pronto como ella se va, Roy, ofendido porque Ganguly ha tenido la "desfachatez" de invitarle a su nueva casa el primer día del año bengalí (que fue precisamente ayer, Poilabaishak), decide celebrar una fiesta por todo lo alto, sin mirar el dinero, a pesar de que para ello tiene que empeñar la última caja de joyas de la familia. También escribe urgentemente a su esposa e hijo para que vuelvan a casa en ese día, para estar presentes en la celebración. Decide contratar al cantante musulmán más famoso de Murshidabad, y no escatima en detalles ni lujos. Pero en las fechas del año nuevo, siempre suele haber unas tormentas de verano, inesperadas y terribles (las "kalbaishaki", que este año están siendo bastante más suaves que años pasados), y una de ellas se acerca hacia la tarde del día del concierto. Se adivina en el ambiente, y Roy empieza a ponerse nervioso: su hijo y su esposa tienen que venir en barco.
(a partir de aquí, spoilers)
La tormenta se desata en pleno concierto, aunque la música tapa el ruido de los truenos. Las lámparas de cristal con velas empiezan a temblar en los techos, entran mosquitos en la casa, que se le caen en la copa de vino, los relámpagos ciegan los ojos que se asoman a las ventanas. Roy, nervioso, se levanta y sale fuera en mitad del concierto: un sirviente viene con una mala noticia. Un remolino en el río se ha llevado la barca en la que iba su familia, y todos han muerto excepto un sirviente que ha traído el cuerpo de su hijo en brazos, sin vida.
Esta noticia destroza la vida de Roy, que a partir de ese momento reniega de la música. Se da cuenta de que su amor por la música le ha traído la ruina a él y a su familia, pero todavía es incapaz de darse cuenta de que su soberbia y la necesidad que tiene de "mantener su dignidad" y no rebajarse a hacer negocios con el moderno Ganguly, es lo que realmente le ha traído la ruina a su linaje y lo que ha causado tanta destrucción. Además, por si fuera poco, la tormenta hace subir tanto el nivel del río que inunda totalmente sus tierras, dejándolas inservibles. Esa es la excusa perfecta para el gobierno indio, que, recién independizado, intenta acabar con el sistema feudal de los terratenientes y hacer un reparto equitativo de la tierra. A Roy le quitan todo, excepto su casa y las tierras del templo de su famlia.Terrateniente sin tierra, se encierra durante cuatro años en el piso de arriba de su palacio, del que se niega a salir, vende casi todos sus muebles y animales, despide a sirvientes, y cierra la sala de música.
Pero la historia no puede quedarse ahí. Poco a poco, durante cuatro años, le vemos consumirse en el tabaco y en sus pensamientos. Lo cierto es que el actor que da vida a Roy, Chhabi Biswas, es maravilloso: la película depende totalmente de apenas unos gestos en su cara. Apenas se mueve, representando a un hombre ya mayor, envejecido prematuramente, y soberbio, pero cuando se mueve, cada movimiento tiene un significado para su papel. Un día, de nuevo Ganguly se cruza en su vida: no sólo trae una banda de música estilo europeo, que toca música inglesa a todo volumen (para disgusto de Roy), sino que, además, vuelve a invitarle a su casa, porque ha contratado a una famosísima bailarina de Kathak de Lucknow, y a sus famosos acompañantes a la tabla y a la voz, para que actúen en la nueva sala de música que Ganguly va a abrir en su casa. Esto es como un insulto para el terrateniente, que amablemente se niega a ir, aduciendo que es un hombre demasiado mayor para cambiar sus costumbres (no salir de casa), e incluso invita (por primera vez en toda la película) a Ganguly a beber un refresco antes de irse. Sin embargo, por la noche, cuando empieza a escuchar la música de Kathak desde la casa de Ganguly, lo primero que Roy hace es ordenar abrir y limpiar la sala de música para dar un concierto próximamente, para el que contrata a la misma bailarina de Kathak que actuó en la casa de su vecino.
Sus sirvientes - que intentan hacerle entrar en razón, porque apenas queda nada de dinero -, no tienen más remedio que ceder a las órdenes de su amo, que no se deja amedentrar por nadie y a quien parece darle igual todo, excepto mantener su posición. Una escena que me gusta mucho es cuando, justo antes del concierto, vemos a Roy abrir su caja fuerte y coger una bolsa en la que previamente hemos visto que guarda unas pocas monedas de plata: eso es todo lo que le queda de valor. Roy mira la bolsa con ansiedad, pero al final, con un gesto como de resignación, se guarda la bolsa en el bolsillo y cierra la caja fuerte vacía. Después, baja al concierto, donde todos le esperan para empezar. La danza y la canción son maravillosas, arrebatadoras, y tanto Ganguly (que ha bebido demasiado alcohol) como Roy están fascinados.
La bailarina de Kathak, Krishnabai.
Al terminar, Ganguly se pone a gritar y empieza a sacar unas monedas para tirarlas a los pies de la bailarina, como es costumbre hacer, una especie de regalo. Pero Roy, rápido a pesar de su edad, con su bastón de empuñadora de marfil detiene la mano de Ganguly, sin decir nada. Éste no entiende qué está pasando, y poco a poco se gira hacia Roy, que por fin habla: "El anfitrión tiene derecho al primer regalo". Como si de un maestro que enseña las normas de comportamiento adecuadas a su alumno rebelde, Roy saca su bolsa y se la da en la mano a la bailarina, que se acerca a recibirla: nada de tirar monedas al suelo. Además, Roy ha sido doblemente listo, porque como las monedas están en una bonita bolsa de terciopelo negro, nadie puede saber cuánto dinero hay, ni si tiene más o menos dinero que Ganguly. Éste, derrotado, tira finalmente las monedas con desgana.
"¡Quieto parao, Ganguly!"
Ganguly, atemorizado y confuso porque el terrateniente Roy le ha detenido cuando iba a tirar dinero al escenario
Cuando todos por fin se van, bien entrada la noche, Roy se bebe el resto del acohol celebrando que Ganguly "¡no ha podido hacerlo, no ha podido hacerlo!", es decir, celebrando su victoria, la victoria de su arruinada dignidad de linaje frente a la modernidad del "self-made man" con dinero pero sin modales. Roy le habla a su sirviente de la sangre, de que es la sangre la que le hace superior a Ganguly, aunque no tenga dinero, y repasa la lista de sus antepasados. Pero cuando por fin va a beber a salud de sí mismo, delante de su retrato, en el cuadro hay una horrible araña de patas largas, a la que intenta asustar. Nos recuerda el momento de la tormenta que mató a su familia, durante la que se encontró con un insecto nadando en su copa de vino. Las velas que iluminaban la habitación, titilan y se apagan todas a la vez, y a Roy le entra miedo. Desesperado, llama a su sirviente, que le dice que es normal que se apaguen las velas, y que ya ha amanecido. Levanta las cortinas para demostrarle a su señor que ya ha salido el sol, y éste, que ve en ello un signo positivo, decide salir, después de cuatro años, a montar a caballo por lo que antes eran sus tierras. Aunque el sirviente intenta convencerle de que no lo haga porque está borracho, nadie puede discutir con él: sale a caballo, con un vestido blanco de otra época, y un turbante como de rey, sobre su caballo blanco también, y se alejan de los dos fieles sirvientes que se han quedado a su lado.
El señor Roy se aleja en su caballo blanco
Al principio, la carrera va bien, pero poco a poco la cámara se centra en el rostro de Roy para mostrarnos que su mirada está desenfocada y que se marea. En este preciso momento, el caballo se dirige hacie el río, que ahora está seco, donde unas barcas negras están encalladas en la arena que antes fue el lecho del río. El terrateniente, quizá recordando la tragedia de su familia, se asusta de las barcas negras, ve cómo el caballo se dirige hacia ellas pero es incapaz de hacer nada por impedirlo. Al final, el caballo se para repentinamente, negándose a continuar y chocar contra las barcas, y al levantarse para frenarse, Roy cae al suelo.
Los sirvientes vienen corriendo como pueden, para ver que su señor está en el suelo, herido, y que de su cuerpo sale sangre. Esa sangre de la que Roy estaba tan orgulloso en vida, por la que sacrificó absolutamente todo y a todos, incluso a sí mismo.
La película termina como empieza, con una música intensa y una lámpara con velas colgando, titilante, en la oscuridad de la sala de música.
Roy ve en el reflejo de su copa de vino como las luces de su palacio se van apagando poco a poco... es la desventaja de las velas, que se terminan.
Aquí os dejo la música de entrada y de cierre de la película, aunque también la usaron en Hollywood para esta extraña comedia de road trip en tren en India.