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domingo, octubre 19, 2014

La historia del té en India

Cuando mencionamos la palabra "India", ciertas imágenes surgen en nuestra cabeza, evocaciones inmediatas que se han instalado en nuestra memoria a través de cuentos, documentales, películas y quizá alguna clase de historia. Entre esas imágenes, una será sin duda, el té.


Y sin embargo, no siempre fue así. Este reciente artículo de la página de noticias Scroll.in sobre la historia del té en la India me ha parecido tan interesante que no he podido resistirme a compartirlo con vosotros, no traducido literalmente, sino parafraseado. En el enlace tenéis el original en inglés.

La planta del té es de origen chino, y fueron los británicos quienes, completamente hechizados por la bebida, la importaron a India y empezaron a cultivarla usando mano de obra nativa. Al principio, toda la producción de té se exportaba a Gran Bretaña, así que los indios que la trabajan ni siquiera llegaban a probar el producto. No obstante, llegado cierto momento de crisis económica, al principio del siglo XX, en el que bajó el consumo de té y por lo tanto, su lucrativo negocio de exportación, los británicos miraron a su alrededor en busca de nuevos mercados para el té. Y girando su vista 360º grados, lo encontraron en la inmensidad de India.

Así que empezó una gran campaña de marketing para convencer a los indios para que compraran y consumieran té. No fue fácil. No estaban habituados a aquella mezcla caliente, y muchas voces se alzaron  en contra de aquella bebida colonial. Entre ellas, la de Mahatma Gandhi, quien en 1942 dijo: "En mi opinión, la utilidad del té, si es que tiene alguna, es que es una bebida caliente y dulce que contiene un poco leche. Los mismos efectos se podrían conseguir bebiendo una mezcla de agua caliente con un poco de leche y azúcar." 

Los Británicos fundaron un comité para promover el consumo del té en India, el Indian Tea Market Expansion Board. Diseñaron anuncios especialmente atractivos para el público indio en el que tenían que detallar las instrucciones de uso de aquellas extranjeras hojitas. Para aumentar el consumo de té no sólo regalaron té en ciudades y aldeas a precios irrisorios, sino que tuvieron la feliz idea de poner puestos de té en todas las estaciones de tren y puertos, práctica que se conserva hoy en día. Ni que decir que tuvieron un enorme éxito.

La empresaria hostelera india Priya Paul ha coleccionado y conservado muchos de aquellos anuncios que los británicos diseñaron para promover el té entre los indios. La mayoría de ellos siguen una estrategia muy sencilla: mostrar el beber té como una actividad deseable, que el público tuviera ganas de imitar. Algunos mostraban además el té como si fuera un regalo de los indios a los colonos británicos. Otros, anuncios ya hechos por compañías indias tras la Independencia del país en 1947, presentaban al té como un producto 100% Swadeshi, es decir, 100% indio.

Estos son algunos de los anuncios:





En el artículo original tenéis algunas fotos más.

sábado, enero 25, 2014

Enterrados

Pensamos en India, en hinduismo, en mil dioses, en el Ganges, en Varanasi y en las incineraciones, en las cenizas de los muertos que luego van al río. Mucha gente confunde "hindú" con "indio", obviando que en este país hay una mezcla inmensa de religiones, y que incluso hay más musulmanes que en Pakistán. Y es que además de cenizas, también se entierra a los muertos aquí, a los cristianos y musulmanes, que no son un pequeño número ni mucho menos.

Calcuta está plagada de cementerios, aunque no lo parezca. Dos de los más importantes son el del Park Street, donde los ingleses enterraban a sus muertos, donde no hay ni un solo nombre indio entre las lápidas, y el de Bhawanipur, donde se siguen celebrando funerales, lleno de nombres tanto indios como cristianos.

El cementerio de Park Street se abrió en 1767 y se cerró en 1790, aunque los ingleses siguieron enterrando allí a sus muertos hasta 1830, hasta que no había sitio para más. Este pequeño cementerio, que en su día llegó a ser el cementerio cristiano más grande fuera de América y Europa, está plagado de tumbas monumentales, y hasta sus muros están cubiertos de lápidas. Ahora, aparte de ser un lugar histórico protegido y de figurar en todas las guías de viajes, es un pequeño rincón tranquilo en el corazón de Calcuta, donde las parejas van a pasear y los grupos de amigos van a relajarse entre la hierba.

No hay dos tumbas iguales, y cada una es más curiosa que la anterior. Muchas tienen estructuras piramidales, otras parecen obeliscos, y algunas parecen templos indios o hasta griegos. Entre los nombres de los muertos que descansan allí, no sólo encontramos militares o diplomáticos y sus familiares, sino hasta profesores y lingüistas. Sir William Jones, a quien debemos la lingüística comparativa y la familia indoeuropea de las lenguas, reposa en paz no lejos de la Asiatic Society que él mismo fundó:


La tumba de Sir William Jones recibe cada año flores de la Asiatic Society, y es la única que está cuidadosamente pintada de blanco.


Una misionera que trabajó con las mujeres, seguramente en una escuela (por lo de "zenana", término que hace referencia a la parte de las casas que tradicionalmente estaba reservada para las mujeres). La tumba dice: "Mi amada hermana, Ann Elizabeth Moffat Humphreys, misionera de la Iglesia de Inglaterra, quien se quedó dormida en Jesús el 15 de Febrero de 1910 a los 58 años. Ellos que convierten a muchos al camino de la rectitud, brillarán como las estrellas para siempre. Ella, a quien tanto cariño teníamos, se ha ido de nuestros ojos, tan buena, tan amable, para uno y para todos, querrían que ella viviera muchos años, pero todos debemos partir cuando Dios nos llama."


Una tumba con la inscripción en latín.


La familia unida permanece unida.


El Mayor General Charles Stuart (conocido como Hindu Stuart) 1759-1828. Jefe del Primer Regimiento Europeo de Bengal y más tarde Comandante del Décimo Regimiento de Andis (?)


La tumba de Hindu Stuart imita a un templo hindú como los que hay en Orissa.


Tumba con diseño grecorromano.




El cementerio de Bhawanipur es muy diferente. Tiene un estilo más, no sé, ¿moderno? Aquí las tumbas no son monumentos a los difuntos como en el de Park Street, sino que son sencillas cruces con los datos personales, algún que otro adorno, y muchas muchas plantas y flores.


Una anónima pero querida madre.


Panorámica al media tarde


Quizá esta sea una frase tradicional en inglés, pero traducida literalmente, me resulta ominosa.


Inscripción en bengalí (Mrittu Joye Kobolito Hoilo) en la memoria de Arati Biswas.


El único árbol en consonancia con el lugar.


Una de las tumbas con más decoración.


¿Es Calcuta o es el Castillo de Otranto?


Esta es la tumba más antigua del cementerio, perteneciente a Jeannie, una mujer inglesa (de las pocas que hay enterradas aquí) que apenas dos años después de llegar a India, con 22 años, murió en Fort Williams en 1853 (el mismo lugar donde ocurrió, casi cien años antes de la muerte de esta chica, la tragedia del "Agujero Negro de Calcuta"), dejando además de a su marido, un militar, viudo, también una hija de 4 años.


Destino.

lunes, noviembre 11, 2013

Cine mudo indio

Hoy he ido a una interesante exposición sobre el cine mudo indio más allá del estereotipo de que todas las películas indias de esta era trataban temas mitológicos, como en Raja Harishchandra, que es de las más conocidas porque es el primer largometraje indio.

En una casa reconvertida en galería de arte, cinco habitaciones contenían la exposición, que la verdad, se quedaba un poco corta para un tema que, estoy segura, da para mucho. Claro que Calcuta no es Mumbai, y la mayoría de los archivos, si es que se conservan, deben estar allí, que fue donde realmente el cine tuvo arraigo, a pesar de que los primeros cortometrajes, e incluso el primer director de cine, fueran bengalíes.

La primera sala mostraba imágenes y un extraño vídeo, como de negativo, una película mitológica, que servía a contrapunto a las demás. El visitante entra en lo conocido para poco a poco ir enfrentándose a todo lo que no sabía del cine mudo indio: las revistas de los fans, con imágenes que enseñan "cómo actuar" para diferentes emociones, poemas sobre artistas de cine o cuentos cortos, un documental inglés sobre la industria del yute en Calcuta (proyectado sobre unas fibras de yute, un concepto muy interesante que sin embargo, no te dejaba ver bien el documental, puesto que no era un pantalla ni plana ni blanca), fotogramas de una película corta bengalí, y el tráiler de una película de acción de los héroes de moda en Mumbai (entonces, Bombay): Sulochana y D. Billimoria, junto a fotos de éstos y artículos de revistas sobre ellos.


Las superestrellas del momento: D. Billimoria y Ruby Myers, conocida como Sulochana


Sulochana se hizo tan famosa que llegó a protagonizar una película con su propio nombre, aunque no fuera autobiográfica.

Esta chica, Ruby Myers, era descendiente de judíos, nacida en Pune, Maharastra, donde trabajaba de teleoperadora hasta que un cazatalentos la descubrió. Se convirtió en la gran estrella del cine mudo, y la emparejaron con el actor de moda, con el que por supuesto tuvo una relación amorosa (porque sino, dudo mucho que hubieran permitido que actuaran juntos en las escenas de amor. Ya debió ser difícil, sin que estuvieran casados). Pero cuando empezó el cine sonoro, tuvo que abandonar las pantallas por un tiempo para aprender hindi correctamente, y poder así actuar en ellas. Sin embargo, aunque cuando volvió rehízo sus propias películas en hindi (por ejemplo, Wildcat of Bombay se convirtió en Bombay ki billi que significa exactamente lo mismo), ya nada volvió a ser lo mismo, y no duró mucho más. Por cierto que esta película debió de ser curiosísima, porque en ella tiene ocho papeles diferentes. Ojalá la encontrara por alguna parte para verla.

Os dejo con la película corta bengalí de la exposición, Jamai Babu, que he encontrado en Youtube. La película trata de un chico pueblerino de clase media que llega a Calcuta a ver a la familia de su esposa (aunque no entiendo muy bien por qué no viven juntos), que es incapaz de andar por las calles de una Calcuta, en los años 30, amplia, espaciosa, y sin tanta gente como ahora, al que su torpeza le hace caer y tropezarse física y socialmente con todo y todos. El chico tiene ganas de pasar la noche con su mujer, y como una le sabe a poco, finge ponerse gravemente enfermo para quedarse otra más, pero no todo le sale como él desea...

A él no hay quien le aguante, pero ver esa Calcuta es algo maravilloso. ¡Qué avenidas! ¡Qué calma en la estación de Haorah, en Chowringee, en Rabindra Sarovar! Ya me gustaría a mí tener una máquina del tiempo.




https://www.youtube.com/watch?v=IdOUUp-toxQ

sábado, julio 20, 2013

¿Es la tierra redonda?

Hace ya tiempo, encontré este libro en la calle de la Universidad, donde se venden libros de segunda (o tercera, o cuarta...) mano a precios irrisorios. Se trata de un libro que habla sobre cómo el ser humano ha descubierto que la Tierra es redonda, a lo largo de los siglos. Lo más interesantes son los dibujos, algunos de ellos, sin terminar :)

El libro está traducido del ruso al bengalí, pero publicado en Moscú, en 1986.



Prithibi ki gol? ¿Es la tierra redonda?


China


Leyendas sobre cómo es el mundo


Europa


Dibujos sin terminar :)




De visitas e idiomas

El otro dia vino a verme un alumno del taller de teatro y del taller de debate, ya un amigo con el que hay un amplio tráfico de libros, Subhas. Si recordáis, para los lectores más asiduos, mis aventuras cerca de Bangladesh, en un pueblo en el que pasé una noche para dar una charla sobre España y visitar la sede-comuna(-biblioteca, hay que añadir) de un partido comunista bengalí, Subhas fue el que tuvo la idea de llevarme allí. ¿También hablé de una revista trilingüe que estaba ayudando a empezar? Pues también fue idea suya. 

Lo cierto es que a Subhas no le faltan las ideas. Aunque pensaba que venía a verme para preguntarme unas dudas que le estaban asaltando con la novela que está traduciendo del español al bengalí, en realidad vino para contarme las ideas y proyectos, de aquí a diez años, en las que esperaba contar con mi ayuda. Algunas a corto plazo (la traducción de esa novela), o a medio (más charlas en Bongaon, y pasar más tiempo allí), otras a largo (la revista) o larguísimo plazo (una escuela comunal para niños con talento donde se enseñarían lenguas, arte y matemáticas, gratis  y donde contarían con profesores extranjeros visitantes - ahí es donde entra mi participación en el asunto). Me encanta ver que tiene tanta iniciativa, ganas y estrategias para hacer cosas, y que son todas siempre para ayudar a su comunidad. Aparte de la escuelita que ya tiene. Ojalá hubiera más gente así en el mundo. O quizá ya la haya pero nadie les conoce...

Bueno, aparte de esta visita, he tenido otra visita sorpresa de un ex-alumno que planea repetir curso para compensar el mal año anterior, y terminar lo que había empezado. Estuvimos tomando un té después de clase, y con un tacita de té pasamos hablando media hora, en una de estas addas bengalíes, sobre todo tema bajo el sol: desde de las clases, pasando por algunos compañeros de clase y amigos, por la situación del Tíbet, a lo bueno que es cocinar uno mismo y limpiar sus platos, o a cómo elegir los mejores vegetales en el mercado.

Me gustan estas charlas que podrían ser interminables, y me hace gracia los idiomas como van cambiando en el medio de la conversación. De unas palabras en español, al inglés, a algo de bengalí, al inglés otra vez, bengalí por aquí y por allá, alguna palabra en español de nuevo... Parece una ensalada.

Pero especialmente, me fascina el modo en el que los propios indios hablan entre sí, mezclando lenguas, eligiendo - todavía no se cómo - una de ellas a la hora de dirigirse a alguien. Si es un extranjero lo normal es que usen el inglés, pero si son indios, a veces se hablan en inglés también, aunque la mayoría sea en hindi y en bengalí.

Eso del inglés es algo supercurioso. Me he dado cuenta de que cuando hay un grupo de pijos indios, del estado que sean, hablan en inglés. A veces mezclan sus lenguas con el inglés, vale, pero sobre todo usarán inglés. Les da... no sé, un status. Me parece que están exhibiendo su inglés como si este fuera arte moderno, para parecer guays y que nadie les entienda.

Me sorprende más todavía cuando, por ejemplo en una cafetería, se dan cuenta de que estoy ahí, a poca distancia, que puedo oírles y que soy extranjera. Como en Japón, aquí, inmediatamente, si uno es extranjero, es seguramente estadounidense (o en su defecto, francés), y me da la impresión de que de pronto, usan más inglés para que yo les escuche. Esto me pasó hace una semana en una cafetería. Estaba yo allí con mi café y mi libro tranquilamente, cuando llegaron dos chicas marwaris, que se sentaron al lado y se pusieron a hablar animadamente....en inglés. Lanzándome miraditas de vez en cuando (supongo que porque aquí nadie lee libros en cafeterías), a los cinco minutos llega otra chica que se une al grupo y empieza a hablar..en hinglish (hindi + english), mezclando a cada frase una lengua distinta. Poco a poco, a medida que empiezan a olvidarse de mí y van a lo suyo, el hindi aparece cada vez más, quizá también por influencia de la tercera chica, que en realidad no era ya tan chica, sino una mujer de unos 35 años, mientras que las otras dos, como mucho, tenían 25.

Me impacta mucho la expectativa que la gente tiene sobre en qué idioma voy a empezar a hablar, por ejemplo, en una tienda. Si es un puestecillo en la calle, enseguida aceptan mi bengalí, por malo que sea, y me responden en bengalí y todo fluye. Si es una tienda en un centro comercial, o un tienda en un local de un edificio, un lugar de esos con suelos blancos y aire acondicionado, se casi asustan cuando me escuchan en bengalí, porque esperaban inglés, y no son capaces de aceptarlo fácilmente: les cuesta hablarme en bengalí. Aunque algunos sonríen y enseguida me preguntan qué de dónde soy y dónde he aprendido bengalí y tal y cual, y se ponen a hablarme despacito para que yo les entienda mejor. Otros, se niegan a usar bengalí y me hablan directamente en inglés, sin importarles la lengua que yo intente hablar. 

Otros, los emigrantes que han llegado a Calcuta desde otros estados, enseguida intentan hablarme en hindi: por ejemplo, los de las dos tiendas donde suelo comprar yogur (que son de la misma familia). Me han preguntado mil veces que por qué no sé hindi, por qué no aprendo hindi en lugar de bengalí. Está claro que quieren comunicarse mejor conmigo y como su bengalí no es bueno, ni el mío tampoco, y no saben inglés, su esperanza es el hindi. Y no sólo ellos, en otras tiendas y oficinas ya me ha pasado que al empezar yo en bengalí, enseguida se pasen al hindi, como si yo no fuera capaz de reconocer que no son bengalíes y que compartimos una lengua común en la que podríamos hablar. No se les ocurre pensar que haya aprendido una sin aprender la otra.

Pero, yo me pregunto, ¿cómo podrá un extranjero aprender hindi o bengalí, si apenas se enseñan en ninguna academia?

jueves, mayo 09, 2013

¿Río o mar?

Ayer miércoles, después de todo el ajetreo en la universidad, quedé con un amigo que vive cerca de allí un rato, y se nos ocurrió la idea de ir hasta Haorah, al otro lado del Ganges, en ferry. Para variar un poco. Con el calor, la idea de acercarse al agua, sonaba maravillosa, aunque aquí no hay playa y si la hubiera, tampoco me bañaría. Ya hay ghats (las gradas que bajan hasta la orilla) y gente que se baña, lo que no me explico es cómo no acaban directamente en el hospital después. O como no salen de color verde fosforito.

Después de un té con galletas (de las indias, que son medio saladas medio picantes, y combinan maravillosamente con la dulzura del té), nos subimos a un autobús entre la multitud, hasta el norte, Bagbazar en Shyambazar, y caminamos cruzando una callejuela llena de templos incrustados en los bajos de los edificios, las vías del tren, y llegamos hasta el muelle de los ferrys.

Hacía un viento maravilloso, y como ya estaba oscuro, podía imaginar que estaba en el mar, en la ría de Vigo, y que lo que veía al otro lado no era Haorah, sino Cangas. Sólo se podían apreciar las luces de la ciudad vecina, que eran pocas. Estábamos lejos de la estación de tren, más al norte, tras una curva en el cauce del río.  Había una brisa a la que sólo se faltaba el olor a sal, y como había marea alta, había olas que mecían levemente la plataforma donde esperábamos al ferry.

Al cabo de un rato vino el barco, subimos, y nos colocamos en la proa, de frente, donde todo el viento nos daba en la cara. Era maravilloso escuchar el ferry cortando las olas, la espuma saltando, y el viento silbando en nuestros oídos. Al doblar el meandro, apareció el puente de Haorah vestido de luces amarillas y violetas, como si fuera Navidad o Durga Puja.


La idea del nuevo gobierno de pintar todo Calcuta de blanco y azul no me gusta, pero sí me gustan las luces que están poniendo.

Cruzamos bajo el puente y por fin atracamos. Apenas unos 15 minutos de viaje, pero fue fantástico. Para volver, decidimos hacerlo andando por el puente. Pero no contábamos que a esa hora el flujo de gente que va hacia la estación de tren fuera tan intenso: era otro río, pero de personas. No os podéis imaginar la riada de gente. ¿Cuántos millones (porque no son miles, son millones) de personas vienen hasta Calcuta cada día para trabajar o estudiar? ¿Cuántos commuters recorren este puente cada día, a pie o en autobús? Es tan imposible de contar como contar cuántas gotas de agua tiene el Ganges.

Esperamos una media hora en medio del puente, observando las dos ciudades, disfrutando de la brisa fluvial. A medida que nos acercábamos a lo que durante el día es el mercado de las flores, olía a flores húmedas. Mi amigo, Aritra, me contó que una vez, cuando él era uno de los miles de trabajadores que vienen y van a Calcuta diariamente, volviendo a la estación, se encontró con que había un incendio en el mercado de flores, y todo olía a flor quemada. No sabía decirme si era un buen olor o un mal olor: la impresión del incendio no le había permitido pensar en esos términos. Intenté imaginarme cómo sería, pero no llegué a ninguna conclusión tampoco. Siempre que yo voy cerca del mercado de las flores, me pasa lo contrario: que llueve, o ha llovido, y huele a humedad y podredumbre.

Perdimos de pura mala suerte el último tranvía a Central, así que nos volvimos a subir en un autobús, el primer autobús que veo donde todo un lateral está reservado para las mujeres, cuando normalmente sólo hay unos cuatro asientos para ellas. Aquí, los hombres son caballerosos para algunas cosas, pero ninguno se levanta para prestarle su asiento a una mujer mayor, embarazada, discapacitada, etc. En el metro, en cambio, este martes cuando iba a clase, debía tener una cara de enferma tal, después de la intoxicación con phuchka, que una chica se levantó para dejarme sentarme, ¡y ella se pasó tres paradas de pie!

La excursión en barco por el riomar fue estupenda: cuando no tenga nada que hacer por la tarde, me parece que ya sé lo que voy a hacer... 



Vengo de un prado vacío 
un país con el nombre de un río 
un edén olvidado 
un campo al costado del mar lo 
Pocos caminos abiertos 
todos los ojos en el aeropuerto 
Unos años dorados 
Un pueblo habituado a añorar 
Como me cuesta quererte 
Me cuesta perderte 
Me cuesta olvidar 
El olor de la tierra mojada 
La brisa del mar, 
brisa del mar, llévame hasta mi casa 
Un sueño y un pasaporte 
como las aves buscamos el norte 
cuando el invierno se acerca y el frío comienza a apretar 
Y este es un invierno largo 
van varios lustros de tragos amargos 
y nos hicimos mayores esperando las flores 
del Jacaranda. 
Como me cuesta marcharme 
Me cuesta quedarme 
Me cuesta olvidar 
El olor de la tierra mojada 
La brisa del mar 
brisa del mar, llévame hasta mi casa 
Brisa del mar

La canción podría haber tratado sobre India, y no habría cambiado nada

viernes, abril 26, 2013

Off-topic: Fracking y el medioambiente

Parece que el petróleo ha caído en desgracia y hay una nueva moda energética: el fracking, o la extracción de gases "no-convencionales" que están a kilómetros bajo tierra. Un nuevo sistema que se está vendiendo como "de transición", de transición no sé a qué, porque el dinero invertido en desarrollar este sistema es dinero no invertido en hacer más rentables y más organizadas las energías renovables, y que ha empezado en Estados Unidos, como una forma quizá de librarse de su dependencia energética de los países de la OPEP. Pero este sistema, con este nombre tan moderno, ¿qué es realmente? Antes de decidir que ponerlo en práctica es bueno, deberíamos informarnos, ¿no?

Así que ahí va la información:

http://lab.rtve.es/fracking/  La cadena pública de información ha hecho su página interactiva para saber más


Los americanos lo explican de una manera mucho más entretenida: con un rap, un buen estribillo, y unos buenos gráficos



Y un documental nominado a los Óscar en 2011, cuyo tráiler está disponible en Youtube:



The water is on fire tonight!

sábado, octubre 27, 2012

Kumartuli, o la callejuela donde se fabrican dioses

Kumartuli es un lugar que aparece en todas las guías de Calcuta, como un lugar pintoresco y misterioso al que ningún turista debe dejar de acudir. Normalmente desconfío de las guías, y cuando dicen que un sitio en particular "mola mucho", la realidad suele ser bien distinta (aunque también es cierto que si hay muchos turistas que acuden a ese lugar, guiados por la misma guía de viajes, el encanto se transforma en una especie de feria o museo al aire libre). Así que me había dedicado a mirar a los escultores de imágenes religiosas de Kalighat, donde no van los turistas, y donde también fabrican miles de dioses y diosas (y todo tipo de esculturas, por encargo).

Pero hoy por casualidades de la vida, he acabado en Kumartuli acompañando a un amigo a comprar una estatua de la diosa Kali para la Kali puja que está a puntito de llegar. Y la experiencia ha sido diferente, no simplemente parapetada detrás de mi cámara, sino entrando en las tiendas a preguntar precios, en los almacenes a ver las estatuas por pintar, vamos, en medio de una situación real en Kumartuli. Además, no había turistas. Sólo cuando nos íbamos vi a un grupo de cuatro hippies que andaba flipando por el lugar...y que hablaban español.

Y he aquí el resultado fotográfico del día:


Kali Puja viene pronto y ya empiezan con algunas estatuas. La diosa Kali lleva una guirnalda de cabezas de demonios cortadas alrededor de su cuello.



Como estas cabezas, que casi parecen dulces



Pero antes de Kali Puja viene Lakhsmi Puja, y hay muchas formas de representar a la misma diosa.



Aunque esta es la más normal



Dos hombres visten de sari a alguna diosa que no es Lakhsmi ni Kali, para otra puja desconocida para mí


Otra escultura de una diosa desconocida para mí..



Esta diosa tan bonita es en realidad, Kali, pero en versión angelical. Reconocible por la guirnalda de cabezas cortadas.



También hay estatuas de demonios y fantasmas, que son los enemigos que Kali mata. Pero este es tan mono que me entran ganas de llevarmelo a casa, no de matarlo...



O este otro, no en Kumartuli, sino hecho al lado del Ganges, cerca de Nimtala Ghat, junto a cuatro hermanitos más.

viernes, octubre 26, 2012

Caos en Chitrakut

En este viaje no teníamos planeado nada más que Varanasi, por lo que ponernos de acuerdo para qué hacer después, fue un infierno. No había forma posible de aunar las dos rutas que cada una queríamos hacer: yo quería ir al norte y al oeste, y Charline al sur. Al final, para evitar problemas más graves, cedí y reservamos un tren al sur, a Khajuraho, que está realmente en Madhya Pradesh, otro estado. Pero no había buenas conexiones, y no queríamos perder más tiempo en Varanasi, de la que ya estábamos hartas. Entre Varanasi y Khajuraho hay un pueblo practicamente desconocido, en la frontera de Uttar Pradesh y Madhya Pradesh. Tan en la frontera, que una orilla del pueblo está en un estado, y la otra orilla, en el otro. En mi guía apenas decían unas líneas sobre el pueblo. En la de Charline, nada de nada. Prometía ser algo diferente, y además la conexiones de trenes a través de este pueblo nos venía de perlas para huir de Varanasi e ir a Khajuraho. Así que allá fuimos.

Os diré que de Chitrakut, además de lo de que está en la frontera y que es poco turístico, sólo sabía que es una "mini Varanasi", y que en los alrededores fue donde el legendario héroe hindú, Rama, pasó sus 11 años y pico de exilio, como se cuenta en el Ramayana. Uttar Pradesh está lleno de lugares históricos, siendo el lugar de nacimiento de Rama, de Krishna, y donde Buddha pasó gran parte de su vida, incluso murió allí. Ya que no podía ir al lugar donde Buddha murió (Kushinagar), porque está demasiado al norte, ni al de Krishna (Mathura y Vrindavan), porque están demasiado al oeste, al menos un lugar de leyenda, Chitrakut, si estaba en el camino. Esas eran mis cuatro razones para ir.

Nos subimos en un tren que llegaría al pueblo a eso de la 1 de la madrugada. Reservamos por teléfono una habitación en el hostal que mencionaba mi guía (no había más que media página al respecto del lugar, y tan solo dos hostales recomendados), pedimos un pick-up service a la estación, y nos olvidamos del tema. En el tren, de nuevo en Sleeper Class, al principio no había mucha gente. Pero poco a poco vimos con una mezcla de sorpresa y horror como la gente se agolpaba contra las puertas de los vagones en cada estación, intentando entrar, sin billete ni nada. La policía andaba de un lado para otro de los vagones, cerrando las puertas para que no entraran. Los más desesperados se estaban subiendo al techo, algo que sólo había visto en una película. 

A mi lado, un hombre no paraba de mirarme y de intentar que le diera mi teléfono, a pesar de que le estaba ignorando ostensiblemente. Charline estaba durmiéndose, y yo intentaba resistirme al sueño, para no perder la estación. No teníamos ni idea de dónde estábamos, sólo sabíamos que íbamos con retraso. A cada estación intentaba divisar el letrero con el nombre a través de la ventana, sin resultados. Cuando por fin nos tocó bajar, nos enteramos gracias al pelma que no dejaba de mirarme, al que le había dicho que íbamos a Chitrakut. Si no me llega a avisar él, pierdo la estación; sin duda, hay que mirar el lado positivo de las cosas. Al intentar salir, la avalancha de gente fue aún peor: al abrir la puerta, la muchedumbre nos impedía bajar, y temíamos que el tren se pusiera de nuevo en movimiento con nosotras todavía dentro, pues el tren apenas pararía unos 5 minutos. Lo conseguimos, no sé cómo todavía, pero al mirar atrás vimos que la gente seguía intentando entrar, o subirse al techo, aunque el tren empezaba a ponerse en movimiento para abandonar la estación. Aún así, no estábamos del todo seguras de que esa fuera nuestra estación. Le preguntamos a un policía que se había bajado del tren, y no fue capaz de decirnos si esa era nuestra estación, a pesar de que le enseñé el billete. Al final el tren se fue y nosotras nos quedamos allí, sin saber si era la estación correcta o no...

La estación era también terrorífica. He visto muchas estaciones de trenes, y sé que hay mucha gente que duerme en el suelo en las estaciones, unos porque no tienen otro sitio a dónde ir, y otros porque vienen de lejos y prefieren esperar allí que perder el tren por no encontrar transporte para llegar a la estación a tiempo. Así que estoy acostumbrada a ver a mucha gente dormir en las estaciones. Pero en esta, es que no se podía andar. Cada pedazo de suelo estaba cubierto por alguna manta o plástico con una persona o tres durmiendo encima. Olía fatal, a sudor y a basura, y las moscas y las cucarachas volaban por todas partes. Había una tienducha abierta, y poco más. No se veía a nadie que hubiera venido a buscarnos tampoco, a diferencia de en Varanasi, a pesar de que habíamos dado toda la información del horario y del vagón del tren. Llamamos al tipo que se suponía que nos venía a buscar, Raja, y nos dijo que estaba fuera y que ahora llegaba. Después de cinco minutos de pánico en la estación, llego este hombre con una toalla roja alrededor del cuello, con una barba de varios días. Nos llevó sorteando a los durmientes, hasta fuera de la estación, un lugar sucio, más que sucio un auténtico basurero. No había nadie (en realidad llegamos como a las 2 de la mañana), apenas unos conductores de un autorickshaw (aquí también llamado tuk tuk) en el que cabían seis personas. Raja habló con uno y nos metimos dentro. Resultaba que la estación estaba en un lugar llamado Chitkut, un pueblucho lleno de monos, con un basurero alrededor de la estación, mientras que Chitrakut estaba a unos 10 kilómetros del lugar. Por eso la confusión en la estación, ya que no se llamaba como esperábamos y el policía no reconoció el código de la estación (CTKD).

Más tranquilas, y un poco muertas de frío porque era muy de noche y estábamos subiendo y subiendo, mientras la temperatura bajaba y bajaba, por fin llegamos a Chitrakut. Llegamos directamente a Ram Ghat, que es como el centro del pueblo y donde está el hostal. Es un pequeño ghat como los de Varanasi o Calcuta, quizá más largo, que lleva el nombre del héroe Rama porque se supone que allí se bañó con su mujer Sita. Eran las 3 de la mañana cuando llegamos. Aunque la ciudad estaba toda cerrada, en el ghat había mucha gente despierta, sobre todo grupos de mujeres. No eran mendigos. Estaban allí por alguna razón, pero no sabíamos cuál, todavía. 

Para llegar al hostal teníamos que subir unas empinadas escaleras que terminaban en una fortaleza de estilo musulmán con una puerta preciosa. El hostal en sí estaba ruinoso y daba un poco de miedo, así por la noche. Raja despertó al cuidador, un hombre joven, delgaducho y con la mirada perdida, no sabemos si por el sueño o por algo más, porque durante toda nuestra estancia, tenía la misma mirada, fuera la hora que fuera. Nos llevó a una habitación cualquiera de las muchas que había en el hostal: era enorme, y no había nadie. Éramos las únicas clientes. La habitación era un cuadrado despintado, con un ventilador, una cama demasiado pequeña para el colchón que tenía (que sobresalía por los pies, con lo cual si te despistabas, te ibas a caer al suelo). Aquella habitación no la habían limpiado en años. El cuidador, apremiado por Charline, cambió las sábanas, retiró una especie de futón que estaba en el suelo (en India también se duerme en el suelo como en Japón), trajo una escoba y barrió la habitación. Le pedimos agua, pero en este pueblo no había agua filtrada y solo había "desi pani", literalmente agua del país, que no nos atrevimos a beber a pesar de estar sedientas. Al final, mientras deshacíamos el equipaje, el cuidador nos observaba en silencio desde el marco de la puerta. Charline me preguntaba por qué, y entonces caí en la cuenta: le tendí un billete de diez rupias y se fue tan contento, dejándonos dormir por fin.

Sin embargo, la verdad es que no dormimos. Eran las 3.30 de la madrugada. Salimos a la terraza, que era enorme, y que hacía de aquel cutre hostalucho un lugar maravilloso. Se veían las estrellas claramente, y desde arriba se apreciaba el ghat, el río, la gente...la gente que empezaba a bañarse en el río. Por eso estaban allí los grupos de mujeres: para bañarse en río y cambiarse el sari sin que nadie las viera. Las mujeres se ponían el sari también de otra manera, y ninguna tenía la cabeza sin cubrir. Algunas no llevaban enagua debajo, otras sí. A eso de las cuatro, cuando empezaron a poner la música religiosa desde el templo en el ghat, y cuando la gente empezaba a llegar de sus casas a bañarse y recoger agua del río, bajamos al pueblo a ver si encontrábamos por casualidad alguna tienda abierta en la que vendieran agua mineral. Pero no tuvimos suerte: sólo encontramos a un hombre que ya a esas horas vendía té. Le pedimos un par de tacitas, pero en lugar de tazas nos dio vasitos de plástico, y nos cobró 5 rupias, carísimo. Eso sí, el té tenía un maravilloso sabor a cardamomo.

Tras la infuctuosa búsqueda de agua, volvimos a dormir un poco a la habitación, para poder recuperar energía para el día siguiente, y explorar este pueblo de Chitrakut.


La puerta de la fortaleza en lo alto de Chitrakut.


El pasillo de entrada a nuestro hostal. Con la luz del día no se ve ni tan mal.

sábado, octubre 13, 2012

Unas fotos antes de las vacaciones


Una curiosa tienda de maquinaria entre Dalhousie y Chandni Chowk



Con modelos de máquinas perfectamente explicados


Como esta máquina para hacer velas. Pero lo mejor es el lema: Our Aim is All Unemployed Be Employed (Nuestro objetivo es que todos los desempleados sean empleados). Alguien debería tomar nota...



Mis alumnas y yo en el último día de clase antes de vacaciones. El sari, porque ellas me lo pidieron, que si no... no se puede dar clase si no te puedes mover bien...

sábado, septiembre 29, 2012

Curiosas curiosidades

Sé que me repito hasta la saciedad, pero no puedo dejar de notar, a pesar de que resulte difícil de creer, que aunque ya llevo en India más de año y medio, este país no deja de sorprenderme. Cada día acumulo experiencias que en otro país resultarían inimaginables, sobre todo si pienso en países como España, USA, o Japón (que son los que conozco). Vale, Japón también tenía sus curiosidades, pero no son comparables a las que me sorprenden en India.

He aquí el pequeño resumen de la semana:

- Estoy tramitando mi PAN card para evitar tener problemas con el visado y el Income Tax como me ha pasado este año. Tramitar algo en India significa ir y venir a la oficina varios días, cada día con papeles nuevos y siempre falta alguno del que no sabías su existencia. Pero además de eso, hay que rellenar formularios.

La tienda donde estoy tramitando mi PAN card es un pequeño cibercafé escondido del mundo, en uno de los goli (callejuelas) más estrechos que he visto en Calcuta, detrás de un edificio en Bhowanipur. Aunque está relativamente cerca de mi casa, y mi amigo Arnab me la recomendó porque fue allí donde él tramitó su propia PAN card, al principio fue casi imposible dar con ella: no hay ningún cartel ni nada que indique en ese mínimo goli hay una tienda de nada. Así que hay que encontrarla preguntando. El hombre de la tienda no había hecho nunca una PAN card para un extranjero, de hecho, al principio creyó que yo era una NRI (Non-resident Indian, es decir, una ciudadana india que vive en el extranjero, la mayoría, en USA). Cuando por fin le expliqué que no, que era española, volvió a llamar a su oficina central para aclarar dudas de si hacerme una PAN card era posible. Lo era. Tenía que comprar un formulario para rellenar con mis datos y entregar dos fotos tamaño carnet y algunos documentos acreditativos de mi actividad en India. Todo normal.

Pero, ¿dónde comprar el formulario? Fuera de la tienda. ¿Fuera? ¿Fuera dónde? No había ninguna oficina de nada ni ninguna tienda con pinta de vender papeles oficiales que van a ir al Ministerio de Hacienda. Pero esto es India, donde lo inimaginable es posible. "Fuera" se refería en realidad a una tienda de "paan", de tabaco de fumar y de mascar. El hombrecillo, moreno, con bigote espeso y negro, vestido con una camiseta blanca sin asas y un lungi azul, tenía entre las hojas de betel, los botes de diferentes productos que meten en el paan y las cajetillas de tabaco, un bloc con formularios para la PAN card. 5 rupias.

Claro que esto no podía ser tan fácil tampoco. En realidad ese formulario no valía, porque era para "Indian Citizens", y claro, yo no lo soy. Por fin el dueño de la tienda me prometió que me daría el formulario correcto al día siguiente, sin tener que pagar nada. Así fue, y mientras rellenaba el formulario, con cosas absurdas como el nombre de mi padre (como si yo no fuera mayor de edad para tramitar mis propios papeles), o la dirección de mi jefe (que no me la quería dar, y tuve que poner la de la oficina), una de las cosas a completar era si pedía la tarjeta como individuo, como empresa, etc. Pero una de las opciones me llamó la atención de sobremanera:


¿¿Hindu undivided family?? ¿¿Una familia entera puede tener el mismo número, sin diferenciar a los distintos miembros de la familia, para pagar impuestos?? ¿E hindu? ¿Es que los musulmanes o cristianos o sikhs o jains no pueden tener una "undivided family"?

- Cosas de clase. En clase hemos visto en esta última lección que hemos hecho, la ropa, los colores, comprar en una tienda, etc. Al final de la unidad había un pequeño apartado cultural en el que se hablaba de Federico García Lorca, ya que sus poemas son sencillos (el vocabulario, que no el significado), y en muchos aparecen los colores de una manera sorprendente. Así que leímos tres de los seis poemas del libro, los expliqué actuando o dibujando en la pizarra (lo cual les pareció muy gracioso), y en internet encontré otro poemilla, muy sencillo, llamado "Corazón". Al poema le quité tres palabras que tenían que completar a su manera usando su imaginación:


En la mañana _________ (1),
quería ser corazón.
Corazón.
Y en la tarde madura
quería ser _________ (2).
___________ (2).

Alma,
ponte color de __________ (3).
Alma,
ponte color de amor.

En la mañana viva,
yo quería ser yo.
Corazón.
Y en la tarde caída
quería ser mi voz.
__________ (2).

¡Alma,
ponte color __________ (3)!
¡Alma,
ponte color de amor!



Pues creo que para ellos ha sido el ejercicio más difícil que hemos hecho en el curso: imaginar. Dos o tres o cuatro estaban abrumados por la tarea, con los ojos como platos mirando la hoja y mirándome a mí, sin poder reaccionar ante semejante bestialidad: tener que inventarse tres palabras, tres palabras que queden bien en el poema (del que conocen prácticamente todas las palabras, y además, todos tienen un smartphone con diccionario español-inglés que usan en clase). 


Ya sabía que los alumnos aquí tienen problemas para pensar por sí mismos y analizar porque no están acostumbrados a hacerlo en clase: aquí las clases son totalmente magistrales, en las que el profesor no explica, sino que dicta, y los alumnos copian (he visto miles de clases así en la uni, en todas las universidades del mundo, la verdad). Pero no pensé que tuvieran problemas con imaginar libremente, aún a sabiendas de que en esto no hay respuestas correctas o incorrectas, sino que es simplemente por experimentar....(esto también lo expliqué en clase, porque hubo algún alumno que pensaba que tenía que adivinar las palabras del original: es demasiado serio para entender que no es un ejercicio para corregir, sino un juego....).

En fin, al menos creo que el shock les divertió bastante. Entre eso y verme explicar los poemas actuando por la clase, espero que se animen más a leer poesía...

Ah, por cierto, este es el poema original de Lorca: 

En la mañana verde,
quería ser corazón.
Corazón.
Y en la tarde madura
quería ser ruiseñor.
Ruiseñor.

Alma,
ponte color de naranja.
Alma,
ponte color de amor.

En la mañana viva
yo quería ser yo.
Corazón.
Y en la tarde caída
quería ser mi voz.
Ruiseñor.

¡Alma,
ponte color naranja!
¡Alma,
ponte color de amor! 


jueves, julio 26, 2012

Ciudades visibles e invisibles

"Los viajeros regresan de la ciudad de Zirma con recuerdos nítidos: un negro ciego gritando entre la multitud, un lunático tambaleándose en la cornisa de un rascacielos, una chica paseando con un puma atado con una correa. De hecho, la mayoría de los ciegos que golpean sus bastones en las aceras de Zirma son negros; en cada rascacielos hay alguien que se vuelve loco; todos los lunáticos pasan horas y horas en las cornisas; no hay un puma que una chica no amaestre, por capricho. La ciudad es redundante: se repite a sí misma para que algo de ella permanezca en la mente.
Yo también estoy volviendo de Zirma: mis recuerdos incluyen dirigibles volando en todas direcciones, al nivel de las ventanas; calles de tiendas donde se pintan tatuajes en la piel de los marineros; trenes subterráneos abarrotados de mujeres obesas que sufren la humedad. Mis compañeros de viaje, en cambio, aseguran que sólo han visto un dirigible sobrevolando los tejados puntiagudos de la ciudad, solo un tatuador ordenando las agujas, tintas y dibujos en su banco, solo una mujer gorda abanicándose en el andén. La memoria es redundante: repite signos para que la ciudad pueda empezar a existir."
Italo Calvino, Las ciudades invisibles 

Las ciudades de Calvino son tan reales como imaginarias. Enfocando la idea de ciudad desde distintas perspectivas, sus relatos - quizá sea mejor decir descripciones, porque no hay una narrativa, una historia - son deliciosos y nos dejan la mente llena de imágenes y preguntas. ¿Qué se repite, la ciudad, o nuestros recuerdos? ¿Qué caracteriza a una ciudad? ¿Son todas distintas o son todas iguales?

Este de Zirma es uno de mis relatos favoritos del libro. Ahora, cada vez que lo leo, pienso en Calcuta. También pienso en las otras ciudades en las que he vivido, pero sobre todo, en Calcuta. En esta ciudad intensa y abarrotada, ¿qué es lo que destaca? ¿qué elementos se repiten, o repite mi memoria?

Quizá si yo fuera una viajera que hubiera estado poco tiempo en Calcuta, mi memoria registraría algunos elementos por encima de los demás. Pero después de tanto tiempo, y como aquí sigo, veo cada parte de la ciudad, cada calle, y en cada una hay un elemento diferente que ha dejado su huella en mi mente por encima de todos los demás. 

Así que voy a intentarlo con Bangalore. 

Todos los viajeros vuelven de Bangalore con recuerdos nítidos: un autorickshaw negro y amarillo como un escarabajo, que va a velocidades peligrosas; un conductor de autorickshaw que viste gorra de lana y cazadora de plumas en verano; un hombre y una mujer jóvenes, vestidos con un uniforme de pantalón o falda negros y camisa blanca, con su mochila negra a la espalda y su tarjeta de identificación de alguna empresa americana de software, esperando al auto a los bordes de la carretera; un hombre de cincuenta años y el pelo canoso, que conduce una scooter: en el manillar de su motocicleta lleva bolsas de tela sucia llenas de termos de leche, té y café, vasos de plástico y paquetes de galletas. De hecho, muchos de los autorickshaws de Bangalore son negros y amarillos; casi todos los conductores de autos llevan gorros de lana y cazadoras incluso en verano. Todos los hombres y mujeres jóvenes trabajan en empresas americanas de software y llevan todos idéntica ropa, en blanco y negro, mochila y tarjeta de identificacion colgada del cuello. Todos esperan los autos en el borde de la carretera, porque no hay aceras en Bangalore. No hay hombres del té que no vayan en moto; y todos llevan las mismas bolsas con los mismos termos y el mismo tipo de galletas Parle.

Entre mis recuerdos, se incluyen chicas tailandesas vestidas con minifalda entrando en las discotecas a las siete de la tarde; calles llenas de restaurantes que abren hasta más tarde del toque de queda y en los que hay que hacer cola para sentarse y cenar; tiendas de zumos donde meten el zumo en bolsas de plástico para los que se lo llevan a casa. 

No sé qué dirán mis compañeros de viaje...

sábado, julio 21, 2012

Palabrejas y palabrillas

Dicen por ahí que el bengalí es la lengua más dulce de India. No estoy en desacuerdo: en la mayoría de las palabras comunes abundan las consonantes sonoras, las bilabiales, y las nasales como b, d, p, m, n; además de muchas "sh".

Pero en mi humilde opinión, en bengalí no es solo una lengua dulce. Es una lengua graciosa y musical. Escucharla es como que te hagan cosquillas en el oído. Por ejemplo, la palabra "cosquillas": katukutu. Pero además de esa, que suena a la parte graciosa de las cosquillas, la parte de la risa, hay otra palabra también: shurshuri, que suena a la parte dulce y tierna del hecho de que alguien te haga cosquillas acariciándote.

El bengalí está lleno de palabras que riman consigo mismas, que son una anáfora en sí mismas. Me encantan, porque tienen poesía y ritmo. Entre esas palabrejas y la entonación del bengalí, parece música. Ya no somos los gallegos los únicos que cantan cuando hablan. 

Unos ejemplos ilustrativos:

taratari - rápido, pronto
kachakachi - "al ladito"
maramari - pelea, o para que en español no quedemos mal, yo diría "rifirrafe" (aunque quizá rifirrafe sea demasiado ligero para maramari) ^Efectivamente, tras comentarlo, parece que "rifirrafe" se diría hostahosti, y que maramari es una pelea ya en serio.
elomelo - desorden, lío
katakuti - el juego del tres en raya
chupchap - silencioso
majhe majhe - a veces
shokal shokal - temprano (en realidad, es la palabra "mañana" repetida...muy de mañana es temprano, sin duda)
Y tres que me encantan: tolmol (brilla el agua, reflejar), chokchok (despedir destellos metálicos) y jholmol (centellear los ojos). Sí, nosotros también tenemos palabras, pero son menos sugerentes al oído. O tal vez es que las tengo muy oídas. Es un poco como en japonés, donde las estrellas brillan con kirakira suru y las sonrisas (sí, las sonrisas) brillan con nikoniko suru.

Son mucho de repetir palabras para darle un énfasis al significado, como lo de shokal shokal. También tenemos: aste aste (despacito, poco a poco), dekhte dekhte (que viene a significar lo mismo que el anterior, aunque significa "mirando mirando"), hajar hajar (mil mil, vamos, un mogollón), y si sigo no acabaría nunca

En español también tenemos palabras graciosas de este estilo, como la de rifirrafe: batiburrillo (mezcla desordenada de cosas), pelele (tonto sin personalidad), guirigay (confusión ruidosa, griterío de gente), mequetrefe (persona inútil pero presuntuosa), tiquismiquis (persona muy remilgada, escrupulosa o maniática), cachibache (manera coloquial de llamar a un objeto cuyo nombre hemos olvidado o no nos interesa decir), recoveco (sitio escondido, difícil de encontrar)... Me gustan estas palabras rimbombantes.

Pero algo que no tenemos en español es la costumbre de los bengalíes cuando hablan coloquialmente de decir el nombre de una cosa, por ejemplo, agua (jol), y añadirle una especie de sufijo que rima con esa palabra pero que no significa nada: jol-thol. Y en lugar de decir, "dame agua" (jol deben), dicen "dame agua-pagua" (jol-thol deben). Yo es que me parto cada vez que lo oigo. Boi-toi (libro-mibro), poisha-doisha (dinero-linero), golpo-tolpo (charla-parla), cualquier palabra vale. 

Es una pena que no tengamos algo así en español (aunque me recuerda al uso que le damos a los diminutivos -ito/a, -eto/a, -uelo/a, etc). De todos maneras, esto me ha hecho recordar a los argentinos, a sus curiosas palabras (curiosas para mí, claro) y a su forma de hablar coloquial en la que le dan la vuelta a las palabras: en vez de decir "qué lío", tenemos "qué quilombo" y de ahí, pasamos a "qué bolonqui". Inventiva, que no nos falte.

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