El otro dia vino a verme un alumno del taller de teatro y del taller de debate, ya un amigo con el que hay un amplio tráfico de libros, Subhas. Si recordáis, para los lectores más asiduos, mis aventuras cerca de Bangladesh, en un pueblo en el que pasé una noche para dar una charla sobre España y visitar la sede-comuna(-biblioteca, hay que añadir) de un partido comunista bengalí, Subhas fue el que tuvo la idea de llevarme allí. ¿También hablé de una revista trilingüe que estaba ayudando a empezar? Pues también fue idea suya.
Lo cierto es que a Subhas no le faltan las ideas. Aunque pensaba que venía a verme para preguntarme unas dudas que le estaban asaltando con la novela que está traduciendo del español al bengalí, en realidad vino para contarme las ideas y proyectos, de aquí a diez años, en las que esperaba contar con mi ayuda. Algunas a corto plazo (la traducción de esa novela), o a medio (más charlas en Bongaon, y pasar más tiempo allí), otras a largo (la revista) o larguísimo plazo (una escuela comunal para niños con talento donde se enseñarían lenguas, arte y matemáticas, gratis y donde contarían con profesores extranjeros visitantes - ahí es donde entra mi participación en el asunto). Me encanta ver que tiene tanta iniciativa, ganas y estrategias para hacer cosas, y que son todas siempre para ayudar a su comunidad. Aparte de la escuelita que ya tiene. Ojalá hubiera más gente así en el mundo. O quizá ya la haya pero nadie les conoce...
Bueno, aparte de esta visita, he tenido otra visita sorpresa de un ex-alumno que planea repetir curso para compensar el mal año anterior, y terminar lo que había empezado. Estuvimos tomando un té después de clase, y con un tacita de té pasamos hablando media hora, en una de estas addas bengalíes, sobre todo tema bajo el sol: desde de las clases, pasando por algunos compañeros de clase y amigos, por la situación del Tíbet, a lo bueno que es cocinar uno mismo y limpiar sus platos, o a cómo elegir los mejores vegetales en el mercado.
Me gustan estas charlas que podrían ser interminables, y me hace gracia los idiomas como van cambiando en el medio de la conversación. De unas palabras en español, al inglés, a algo de bengalí, al inglés otra vez, bengalí por aquí y por allá, alguna palabra en español de nuevo... Parece una ensalada.
Pero especialmente, me fascina el modo en el que los propios indios hablan entre sí, mezclando lenguas, eligiendo - todavía no se cómo - una de ellas a la hora de dirigirse a alguien. Si es un extranjero lo normal es que usen el inglés, pero si son indios, a veces se hablan en inglés también, aunque la mayoría sea en hindi y en bengalí.
Eso del inglés es algo supercurioso. Me he dado cuenta de que cuando hay un grupo de pijos indios, del estado que sean, hablan en inglés. A veces mezclan sus lenguas con el inglés, vale, pero sobre todo usarán inglés. Les da... no sé, un status. Me parece que están exhibiendo su inglés como si este fuera arte moderno, para parecer guays y que nadie les entienda.
Me sorprende más todavía cuando, por ejemplo en una cafetería, se dan cuenta de que estoy ahí, a poca distancia, que puedo oírles y que soy extranjera. Como en Japón, aquí, inmediatamente, si uno es extranjero, es seguramente estadounidense (o en su defecto, francés), y me da la impresión de que de pronto, usan más inglés para que yo les escuche. Esto me pasó hace una semana en una cafetería. Estaba yo allí con mi café y mi libro tranquilamente, cuando llegaron dos chicas marwaris, que se sentaron al lado y se pusieron a hablar animadamente....en inglés. Lanzándome miraditas de vez en cuando (supongo que porque aquí nadie lee libros en cafeterías), a los cinco minutos llega otra chica que se une al grupo y empieza a hablar..en hinglish (hindi + english), mezclando a cada frase una lengua distinta. Poco a poco, a medida que empiezan a olvidarse de mí y van a lo suyo, el hindi aparece cada vez más, quizá también por influencia de la tercera chica, que en realidad no era ya tan chica, sino una mujer de unos 35 años, mientras que las otras dos, como mucho, tenían 25.
Me impacta mucho la expectativa que la gente tiene sobre en qué idioma voy a empezar a hablar, por ejemplo, en una tienda. Si es un puestecillo en la calle, enseguida aceptan mi bengalí, por malo que sea, y me responden en bengalí y todo fluye. Si es una tienda en un centro comercial, o un tienda en un local de un edificio, un lugar de esos con suelos blancos y aire acondicionado, se casi asustan cuando me escuchan en bengalí, porque esperaban inglés, y no son capaces de aceptarlo fácilmente: les cuesta hablarme en bengalí. Aunque algunos sonríen y enseguida me preguntan qué de dónde soy y dónde he aprendido bengalí y tal y cual, y se ponen a hablarme despacito para que yo les entienda mejor. Otros, se niegan a usar bengalí y me hablan directamente en inglés, sin importarles la lengua que yo intente hablar.
Otros, los emigrantes que han llegado a Calcuta desde otros estados, enseguida intentan hablarme en hindi: por ejemplo, los de las dos tiendas donde suelo comprar yogur (que son de la misma familia). Me han preguntado mil veces que por qué no sé hindi, por qué no aprendo hindi en lugar de bengalí. Está claro que quieren comunicarse mejor conmigo y como su bengalí no es bueno, ni el mío tampoco, y no saben inglés, su esperanza es el hindi. Y no sólo ellos, en otras tiendas y oficinas ya me ha pasado que al empezar yo en bengalí, enseguida se pasen al hindi, como si yo no fuera capaz de reconocer que no son bengalíes y que compartimos una lengua común en la que podríamos hablar. No se les ocurre pensar que haya aprendido una sin aprender la otra.
Pero, yo me pregunto, ¿cómo podrá un extranjero aprender hindi o bengalí, si apenas se enseñan en ninguna academia?
Pero, yo me pregunto, ¿cómo podrá un extranjero aprender hindi o bengalí, si apenas se enseñan en ninguna academia?
1 comentario:
la enseñanza de idiomas está fatal allá, creo que es mejor aprender por la calle en el día a día y currarse la gramática por una misma...
oye hablando de iniciativas, voy a estar la segunda semana de agosto por Calcuta, la del I Day, aprovechando que soy profe de cocina estaría bien dar una charla de gastronomía española a tus alumn@s, primero había pensado en una clase práctica pero eso sería más lío.
si te ape, me lo dices y preparamos un guión.
un saludo desde el mediterráneo par el del golfo bengalí
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