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lunes, mayo 12, 2014

La celebración de la unión en el canto a la separación: Rabindranath Tagore y Kalidasa


Estos ojos cumplieron 153 años esta semana. Y digo cumplieron, no habrían cumplido, porque Rabindranath sigue muy vivo todavía. Su recuerdo se está desvaneciendo, cierto, y parece cada vez más una pieza de museo, una reminiscencia como eso de "todo el pasado fue mejor", una perspectiva que lo separa totalmente del presente, que crea una barrera entre él y los que lo recuerdan. Sin embargo, usando un símil del propio Tagore, a la flor artificial dentro de casa hay que quitarle el polvo todos los días para que luzca, pero a la flor del bosque no hay que hacerle nada para que luzca bonita. No requiere mantenimiento. Sólo requiere que la vayamos a buscar al bosque y la miremos. Lo mismo pasa con Rabindranath: sus libros, sus retratos, que llenan las casas bengalíes (y poco a poco, la mía también) podrán llenarse de polvo, pero si le miramos a los ojos - como en la foto de arriba - o le buscamos en la lectura, nos deslumbra sin artificios. No hay polvo que pueda deslucir sus palabras. Y por suerte, tenemos muchas de ellas.

Cada vez que leo algo suyo, cuentos o novelas, ensayos, poemas o canciones, me quedo embelesada por lo sublime de la expresión y la profundidad del contenido. Últimamente he estado leyendo una colección de sus ensayos y artículos sobre literatura y sobre la lengua bengalí, en una edición traducida al inglés con anotaciones e introducción por Sisir Kumar Das, uno de los historiadores y críticos literarios más importantes de Bengala. Das también es un genio del análisis, y su prosa - la mayoría de sus ensayos los escribía directamente en inglés - es clara y aguda, perfecta para su propósito: explicar con la mayor sencillez posible los intrincados hilos de la literatura. Si tenéis algún interés por aprender sobre la historia de la literatura india, Sisir Kumar Das es la mejor opción. 

En este libro, Selected Writings on Literature and Language, se resume el papel que Rabindranath tuvo en la creación de la critica literaria en Bengala, que era prácticamente inexistente hasta el siglo XIX. Su tarea no sólo se centra en la crítica literaria de sus contemporáneos, sino que mira atrás, a la antigua literatura en sánscrito, y a su alrededor, a la literatura popular y de tradición oral, algo que nadie consideraba en aquel entonces digno de ser llamado "literatura". Estos esfuerzos son coherentes con su filosofía de la unión de los seres humanos en armonía: trata de unir el pasado con el presente, la clase alta, con sus escritores versados en la cultura occidental y en el inglés, con las clases populares y rurales, ignorantes de todo aquello que los altos urbanitas admiraban. Juntar el pasado con el presente, juntas a las personas más allá de sus clases sociales y sus diferencias económicas, más allá de las fronteras lingüísticas o nacionales, para el beneficio de todos que resultaría de esta unión: esa era la misión que daba sentido a su vida. 

Juntar, precisamente, es el significado etimológico de la palabra bengalí para literatura, "sahitya". Y es que no se puede negar que la literatura nos acerca los unos a los otros, más allá de distancias geográficas, temporales o sociales. Sólo hay que abrir un libro de Rabindranath para estar con él, sólo tengo que escribir en este blog para estar con vosotros. Yo os hablo de Rabindranath Tagore, y por unos instantes estáis con él, mientras que cuando él escribe sobre Kalidasa, un poeta de la época clásica sánscrita, del silgo V d.C, por unos instantes yo también estoy con él. Y así sucesivamente.

Según Sisir Kumar Das, posiblemente el Meghadutam de Kalidasa fuera el poema favorito de Tagore. Que Rabindranath tuviera un sólo poema favorito me parece algo difícil de creer, pero si uno de ellos era Meghadutam, eso ya nos dice todo lo que necesitamos saber: que tenemos que leer el poema nosotros mismos ya!

Al parecer, Rabindranath escuchó este poema de joven, leído en boca de uno de sus hermanos mayores, en unos días de lluvia incesante durante el monzón, con el cielo oscurecido por las nubes, cuando todavía no sabía sánscrito y no podía entender las palabras del poema. A pesar de eso, o quizá precisamente por eso, los versos le hechizaron. Si podéis, apagad las luces de casa, o bajadlas, y escuchar un fragmento del Meghadutam vosotros mismos, todavía sin entender nada de lo que significa.


No sé quién es este hombre que recita, aparte de que es bengalí por su nombre, pero realmente le felicito. Ojalá recitara el poema entero, y no sólo un fragmento...

Imaginemos una densidad oscura, una intensidad lluviosa. Imaginemos a ser niños de nuevo y escuchar un poema musical en una lengua extraña. ¿Qué sentiríamos entonces? ¿Qué habría sentido Rabindranath? Escuchemos otra vez.

kaścit kāntāvirahaguruṇā svādhikārāt pramattaḥ
śāpenāstaṃgamitamahimā varṣabhogyeṇa bhartuḥ
yakṣaś cakre janakatanayāsnānapuṇyodakeṣu
snigdhacchāyātaruṣu vasatiṃ rāmagiryāśrameṣu


Vamos con el significado del poema. Yo no soy quien de traducir del sánscrito, así que vais a permitirme citar la traducción al inglés de McComas Taylor, que a pesar de estar traducida a prosa, es tremenda, y sobre todo, fiel, que es lo que os importa ahora, seguro, conocer el significado exacto de tan exótico cántico:

"A certain yaksha who had been negligent in the execution of his own duties, on account of a curse from his master which was to be endured for a year and which was onerous as it separated him from his beloved, made his residence among the hermitages of Ramagiri, whose waters were blessed by the bathing of the daughter of Janaka and whose shade trees grew in profusion."

"Un yaksha quien habiendo sido negligente en la ejecución de sus deberes, por una condena de su señor que había de ser soportada durante un año y que le resultaba ominosa ya que le separaba de su amada, se alojó con los ermitaños de la Colina de Rama (1), cuyas aguas habías sido bendecidas al contacto con la piel de la hija de Janaka (2) y cuyos abundantes árboles regalaban sombra"

(1) Ramagiri
(2) Sita, la esposa de Rama.

Meghadutam es conocido en inglés como The Cloud Messenger, La Nube Mensajera. En este poema, un yaksha - un semidiós de la mitología hindú - se encuentra cumpliendo una condena de destierro por un año, por desatender sus funciones en el palacio del rey Kubera - el dios de la riqueza-, rey de Alaka, una hermosa ciudad en los Himalayas (que es donde viven los dioses, es el Olimpo de los dioses hindúes). Este año de destierro debe pasarlo en la parte central de India, en Madhya Pradesh, más exactamente en las montañas donde el héroe Rama también sufrió sus años de exilio - exactamente en Chitrakut, si recordáis mis entradas sobre mi viaje a Madhya Pradesh, ahí está. Pero esto yo no lo sabía hace un año - , un lugar seco y cálido, que no tiene nada que ver con su ciudad alpina. Sin embargo, lo que realmente causa dolor al yaksha es la separación de su esposa, y está consumido por la nostalgia. Tanto añora a su amada, que después de haber sufrido ya seis meses de exilio, cuando se acerca la temporada de lluvias (que empieza en junio-julio, en el tercer mes del calendario indio, Ashar), desesperado le suplica a una nube que vaya al norte y le lleve un mensaje a su amada, y que vuelva con noticias de ella. El poema es la súplica del yaksha a la nube, que le explica la ruta para llegar a Alaka, y cómo encontrar a su esposa, y las palabras que debe decirle.

El poema no es excesivamente largo. Sus 115 estrofas - aunque algunas versiones contienen 110, otras 120 - se suelen separar en dos secciones, aunque esto no está abiertamente dividido en el texto: Purvamegham (la nube primera), que describe la condición del yaksha y la ruta a seguir por la nube mensajera, y Uttaramegham (la nube última), que describe el esplendor de Alaka y a la esposa del yaksha, y contiene el mensaje que la nube debe transmitir. Está escrito en un tipo de verso llamado mandakranta, que normalmente se agrupa en cuartertos, y que es muy musical a pesar de no ser rimado. Cada verso consta de 17 sílabas, divididas por dos cesuras, una tras la sílaba 4 y otra tras la sílaba 10, formando un patrón de 4+6+7=17, lo que crea el ritmo musical que escuchamos al recitarlo.

kaścit kāntā / virahaguruṇā /svādhikārāt pramattaḥ

Kalidasa expresa en este poema el dolor, la aguda aflicción que produce la separación. El yaksha intenta sobreponerse a ella, y llevado por el desespero, intenta usar a una nube para reunirse con su amada. ¿Por qué no pide a un ser humano, o a un pájaro al menos, a un ser sólido y con voz, que transmita su mensaje? Eso quizá tendría más sentido, pero la separación forzosa nos hace perder el sentido. Para superar la desolación el yaksha hace algo muy humano: usa el poder de la imaginación para consumar la reunión. Envía a una nube mensajera. Este es el poder de la literatura, el poder de la unión.

Kalidasa nos hace saborear la añoranza del yaksha con descripciones muy detalladas y visuales. Nos regala un paraíso imaginativo, de imágenes y de la imaginación, y es capaz de transformar el dolor en una delicia. Unos ejemplos:

(Estrofa 2)

tasminn adrau katicid abalāviprayuktaḥ sa kāmī 
nītvā māsān kanakavalayabhraṃśariktaprakoṣṭhaḥ 
āṣāḍhasya prathamadivase megham āśliṣṭasānum
vaprakrīḍāpariṇatagajaprekṣaṇīyaṃ dadarśa


That lover, separated from his beloved, whose gold armlet had slipped from his bare forearm, having dwelt on that mountain for some months, on the first day of the month of Asarha, saw a cloud embracing the summit, which resembled a mature elephant playfully butting a bank. 

Ese amante, separado de su amada, cuyo brazalete de oro se deslizaba ya de su desnudo brazo, habiendo pasado en aquella montaña algunos meses, en el primer día del mes de Ashar (1), vio abrazando la cima a una nube que parecía un elefante adulto jugueteando y chapoteando en una orilla.

(1) Ashar es el nombre moderno (en bengalí) del mes de Asarha: el tercer mes del año indio (que empieza a mitad de abril), y que es el primer mes del monzón.


Cuyo brazalete de oro se deslizaba ya de su desnudo brazo... El amante, consumido por la nostalgia, ha adelgazado tanto que su pulsera se le cae del brazo al que antes se ajustaba perfectamente. No sé si este es un topoi, porque lo he leído en unos poemas tamiles supuestamente más antiguos que el de Kalidasa, pero sea cómo sea, es precioso. Y la nube gris es un elefante adulto, un animal poderoso, inteligente y muy apreciado en India. Esta metáfora se repite a lo largo del poema muchas veces, por ejemplo en la estrofa 54, dice que es un "elefante de los dioses"; es el yaksha intentando halagar a la nube para que así no rechace su petición de ayuda. En otra extraordinaria estrofa (la 62), el yaksha compara a la nube de lluvia con el sólido y brillante negro del kohl, el polvo natural con el que las mujeres indias delinean y realzan la forma de sus ojos.

El yaksha se deshace en llamamientos al corazón de la nube en más de una ocasión, para intentar convencerla. Aquí transcribo otro de los más curiosos:

Estrofa 12

āpṛcchasva priyasakham amuṃ tuṅgam āliṅgya śailaṃ
vandyaiḥ puṃsāṃ raghupatipadair aṅkitaṃ mekhalāsu
kāle kāle bhavati bhavato yasya saṃyogam etya
snehavyaktiś ciravirahajaṃ muñcato bāṣpamuṣṇam 

Having embraced your dear friend, that lofty mountain, marked on its flanks by the feet of the lord of Raghu which are worshipped by men, take your leave. Year after year, having come for union with it, there is a display of affection on your part—you who release hot tears born of long separation. 

Una vez que hayas abrazado a tu querido amigo, esa altiva montaña, marcada en sus faldas por los pies del señor de Raghu (1) que los hombres consideran sagrados, prosigue. Año tras años, tras haberte unido a ella, das una muestra de tu cariño - tú que liberas cálidas lágrimas nacidas tras una larga separación.

(1) Rama

El yaksha, con su ingenio tan agudizado como ofuscado por el dolor y la nostalgia, apela a los sentimientos de la nube, haciéndola ponerse en su lugar, relacionando el sufrimiento de la nube alejada de la montaña que tanto ama, con el suyo propio, a kilómetros de distancia de su esposa. ¿A quién no convencería esta súplica? Todos los lectores quisiéramos inmediatamente convertirnos en nubes para ayudarle.

Otras veces, el yaksha es un poco más agresivo. Por ejemplo en la estrofa 17 dice:

na kṣudro 'pi prathamasukṛtāpekṣayā saṃśrayāya
prāpte mitre bhavati vimukhaḥ kiṃ punar yas tatthoccaiḥ

Even a lowly being, remembering an earlier kind deed, does not turn its back on a friend who has come for refuge; how much less, then, one so lofty?

Incluso un plebeyo, recordando un amable favor anterior, no da la espalda a un amigo que ha venido buscando refugio; ¿cómo podría, entonces, un ser tan noble (como tú)?

Además de estos argumentos tan emotivos, el yaksha, que quiere que la nube se identifique con él y con su dolor, intenta atraer la curiosidad de la nube con las cosas que a él le resultan más atractivas: las mujeres. Le promete la visión de unas jóvenes chicas, blancas como el jazmín y perfectas como la flor de loto, que esperan sin saberlo la amistad de la nube, que posará por unos instantes su sombra sobre sus bellos rostros (estrofa 27):  "chāyādānāt kṣaṇaparicitaḥ puṣpalāvīmukhānām" /"you who have made a momentary acquaintance with the flower-picking girls by lending shade to their faces"  / "tú, que al prestar tu sombra sobre las caras de las chicas que recogen flores has entablado amistad con ellas un instante". También le promete el placer de ver las "temblorosas pestañas" de las mujeres atemorizadas por el relámpago en la ciudad de Ujjain (estrofa 28), por poner algunos ejemplos.

Pero las mujeres no son la única atracción que la nube puede encontrar en su camino. Las descripciones de los paisaje sobre los que pasará en su viaje son fascinantes. Nosotros también queremos hacer ese viaje, queremos sobrevolar esos valles, esos ríos, esos bosques, esas cumbres nevadas, esas ciudades.

Estrofa 29:

vīcikṣobhastanitavihagaśreṇikāñcīguṇāyāḥ
saṃsarpantyāḥ skhalitasubhagaṃ darśitāvartanābhaḥ
nirvindhyāyāḥ pathi bhava rasābhyantaraḥ saṃnipatya
strīṇām ādyaṃ praṇayavacanaṃ vibhramo hi priyeṣu

On the way, after you have ascended to the Nirvandhya River, whose girdles are flocks of birds calling on account of the turbulence of her waves, whose gliding motion is rendered delightful with stumbling steps, and whose exposed navel is her eddies, fill yourself with water, for amorous distraction is a woman’s first expression of love for their beloved.

En el camino, después de subir hacia el río Nirvandhya, cuyos collares son las bandadas de pájaros cantando por la turbulencia de sus aguas, cuyo fluído movimiento se convierte en admirable cuando tropieza con las piedras, y cuyos remolinos muestran su ombligo, llénate tú de agua, puesto que la primera expresión amorosa de una mujer por su amado es la desatención.

Los ríos, en sánscrito y en la mitología hindú, son todos mujeres: quizá porque el agua es la vida. Los pájaros son los adornos del río, el fluir de sus aguas es como los andares de una mujer, que se desliza y balancea y cuando da un traspiés contra las rocas del lecho del río, es todavía más dulce. Pero mi metáfora favorita son los remolinos que exponen a la vista el ombligo del río, como una mujer en sari, que según se mueva, muestra o esconde su ombligo de nuestros ojos.

Hacia el final del poema, cuando por fin la imaginación del yaksha llega a su casa en Alaka, y explica a la nube mensajera cómo encontrar a su esposa y qué debe hacer para transmitirle el mensaje, Kalidasa describe su dolor de una manera intensa, a través de la descripción externa de las acciones de la mujer, y muestra un entendimiento muy profundo de la nostalgia amorosa, que yo no puedo evitar preguntarme qué separaciones habrá sufrido Kalidasa en su vida.

(Estrofa 26 de la segunda parte)

utsaṅge vā malinavasane saumya nikṣipya vīṇāṃ
madgotrāṅkaṃ viracitapadaṃ geyam udgātukāmā
tantrīm ārdrāṃ nayanasalilaiḥ sārayitvā kathaṃcid
bhūyo bhūyaḥ svayam api kṛtāṃ mūrcchanāṃ vismarantī 

Or having placed a lute on a dirty cloth on her lap, friend, wanting to sing a song whose words are contrived to contain my name, and somehow plucking the strings wet with tears, again and again she forgets the melody, even though she composed it herself

O habiendo colocado un laúd sobre una sucia tela en su regazo, amiga (1), queriendo cantar una canción destinada a contener mi nombre entre sus palabras, y de alguna manera rasgando las cuerdas con sus lágrimas y humedeciéndolas, una y otra vez ella olvida la melodía, a pesar de haberla compuesto ella misma.

(1) a lo largo del poema el yaksha se autodenomina "amigo" y "hermano" de la nube, a su esposa la "esposa de tu hermano", y aquí por fin, llama amiga a la nube.

La esposa del yaksha, sollozando, pensando continuamente en su esposo, desatiende las tareas de la casa, como se olvida de lavar las telas, y se olvida hasta de las canciones que quiere cantar en memoria de su amado. ¿Es que hace falta decir que está desolada?

Y tras tantas estrofas que despiertan en nosotros el sabor de la pena (la karuna rasa), al mismo tiempo se despierta en nosotros una curiosidad inmensa. ¿Cuál es el mensaje que el yaksha desea decir a su esposa? ¿Nos dirá Kalidasa cuáles son esas palabras? Pues sí:

(Estrofa 42 de la segunda parte)

aṅgenāṅgaṃ pratanu tanunā gāḍhataptena taptaṃ 
sāsreṇāśrudrutam aviratotkaṇṭham utkaṇṭhitena 
uṣṇocchvāsaṃ samadhikatarocchvāsinā dūravartī
saṃkalpais tair viśati vidhinā vairiṇā ruddhamārgaḥ

He whose path is blocked by an invidious command and is at a distance, by means of these intentions, unites his body with yours, the emaciated with the emaciated, the afflicted with the even more deeply afflicted, that which is wet with tears with that which is tearful, that whose longing is ceaseless with that which is longed for, that whose sighs are hot with that whose sighs are even more numerous.

Él cuyo camino está bloqueado por una odiosa orden y quien está lejos, por medio de mí, une su cuerpo con el tuyo, lo consumido con lo consumido, lo afligido con lo aún más profundamente afligido, aquello que está húmedo de lágrimas con aquello que está lloroso, aquello cuya añoranza es infinita con aquello es añorado, aquello cuyos suspiros son cálidos con aquello cuyos suspiros son aún más numerosos.

El yaksha dicta estas palabras a la nube, imaginando que él mismo es la nube diciéndoselas a su esposa recién levantada, observándola por la ventana de su dormitorio. La unión, por fin, imaginada pero unión al fin y al cabo, de las dos nostalgias y las dos tristezas por medio de un cuarteto: los versos son sólo un medio, como la nube, la nube es el poema y nos unimos a Kalidasa al leerlo, nos unimos al corazón humano al leerlo. El poema de la separación es un canto a la unión: 

"Oh, nube, tu esplendor realzado por la temporada de lluvias, ojalá nunca nada te separe de tu consorte, el relámpago.

Para terminar, os dejo con los invisibles hilos que unen a Rabindrantah con Kalidasa, más allá de sus ensayos o de su admiración por el poeta clásico: son sus canciones las que son una celebración del Meghadutam. Si bien Tagore jamás intentó traducir el poema al bengalí, creo que lo que sí intentó, consciente o inconscientemente, fue trasladar el sentimiento de separación, el anhelo de la unión, y la temática de las nubes y la lluvia, en sus famosas canciones. Muchas de ellas hablan de las nubes, y muchas otras, de la lluvia, especialmente del mes de Ashar, el primero del monzón. Escuchad estas dos:

Abar Esechhe Ashar (El monzón ha regresado)


El monzón ha regresado, cubriendo el cielo
a través del viento se huele la lluvia
este viejo corazón mío aún estalla de alegría
al ver a las nuevas nubes condensarse
sin prisa sobre los verdes campos cae la sombra de las nubes negras
"¡Ya llega!", grita el corazón, "¡Ya llega!", canta esta canción
Ha llegado a la mirada, se apresura al corazón.

Bahu yuger opar hote (Después de muchos muchos años)



Después de muchos años he recordado el monzón,
en un verso del poeta con el relámpago y la lluvia que gotea.
Las guirnaldas de flores unidas se balancean y se mezclan con el polvo,
hoy su fragancia fluye en el viento lloroso.
Ese día sin razón aparente llegaron las nubes a la orilla
el agua se derramaba sin razón aparente sobre la verde orilla.
Sin pestañear la guirnalda de nubes se extendía hacia el camino,
como la visión de la sombra de una nube negra a mi memoria.

Tumi Shandhyar Meghamala (Tú eres la guirnalda de nubes del crepúsculo)


Esta canción fue traducida por el propio Rabindranath al inglés para la colección que se recogió bajo el título The Gardener, así que permitidme que cite su traducción directamente, sin duda alguna mejor de que lo que yo soy capaz de hacer:

You are the evening cloud floating in the sky of my dreams.
I paint you and fashion you ever with my love longings.
You are my own, my own, Dweller in my endless dreams!
Gleaner of my sunset songs!

Your lips are bitter-sweet with the taste of my wine of pain.
You are my own, my own, Dweller in my lonesome dreams!
Of the depth of my gaze!

I have caught you and wrapt you, my love, in the net of my music.
You are my own, my own, Dweller in my deathless dreams!
Your feet are rosy-red with the glow of my heart's desire,
With the shadow of my passion have I darkened your eyes, Haunter!



Nota curiosa: Neruda escribió su poema 16 de Veinte poemas de amor y una canción desesperada basándose en esta traducción al inglés de la canción original en bengalí. Veamos su transcreación:


En mi cielo al crepúsculo eres como una nube 
y tu color y forma son como yo los quiero. 
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces, 
y viven en tu vida mis infinitos sueños. 

La lámpara de mi alma te sonrosa los pies, 
el agrio vino mío es más dulce en tus labios: 
oh segadora de mi canción de atardecer, 
cómo te sienten mía mis sueños solitarios! 

Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa 
de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda. 
Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo 
estanca como el agua tu mirada nocturna. 

En la red de mi música estás presa, amor mío, 
y mis redes de música son anchas como el cielo. 
Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto. 
En tus ojos de luto comienza el país del sueño.


Demasiadas cosas para una sola entrada, ¿no?



* La traducción al inglés de McComas Taylor está disponible aquí: http://chl.anu.edu.au/languages/sanskrit/meghaduta_english.pdf

lunes, febrero 10, 2014

Kolkata Boimela 2014 / La Feria del Libro de Calcuta 2014

Mi ciudad hace amago de celebrar una feria del libro cada año, en verano. Quizá por el calor, se ha ido derritiendo a lo largo de los años, limitándose ahora a una exigua línea de casetas blancas, cada una de ellas copia casi idéntica de la anterior. Como la feria la sitúan en el parque de la Alameda, la mayoría de los visitantes son familias jóvenes con niños pequeños, jubilados y algún adulto con perro, a los que la feria sorprende cuando van de paseo al parque. La mayoría acaba sentándose en las terrazas de las cafeterías de la acera de enfrente, desde donde pueden disfrutar de la vista de las casetas blancas, cómodamente, a lo lejos.

Nada que ver con la Feria del Libro de Calcuta.

Aquí, la literatura es más poderosa que la religión. Los únicos dos asuntos que pueden igualársele son los debates sobre los dos equipos de fútbol de la ciudad, y qué cantante interpreta mejor las canciones de Rabindranath Tagore. Y si bien en Bengala tienen su semana religiosa, Durga Puja, que es la fiesta que inicia el período de fiestas, también tienen sus semana literaria, la Feria del Libro, que es precisamente la que lo clausura. Las dos atraen a gente de todo el estado, incluso a bengalíes emigrantes, que acuden a la ciudad con idéntico fervor, a celebrar, quizá, también la misma cosa: la alegría de vivir.

Porque la feria del libro, aquí, no es una mera exposición de bestseller que nadie compra, una excusa para pasear una tarde por algún lugar distinto del habitual, ni una sorpresa repentina que acaece sobre los paseantes que no se miran la sección de la agenda del día del periódico. La Feria del Libro causa expectación e ilusión, los bengalíes tachan los días en sus calendarios, desde el principio de enero, hasta que se anuncian los días exactos de su duración: entonces todo es planear qué día(s) se irá(n), qué casetas se visitarán, a quién se verá allí, averiguar qué país es el país invitado, qué libros se podrían comprar y hasta si venderán algún libro suyo.

Pero no todo son libros en la Feria del Libro. Una de las secciones más importantes, de las que lleva más ventas, es la carpa de las "little magazines", las pequeñas revistas en las que los escritores y pintores menos conocidos publican, la mayoría de las veces por puro amor al arte. Las pequeñas revistas es donde late la creatividad y la pasión de los bengalíes por la literatura, y la pintura: no sólo en la portada, sino en las páginas interiores, raro es una revista sin dibujos, fotografías o diseños de alguna clase. 


La carpa de las pequeñas revistas es uno de los lugares más concurridos de la Feria


Cada centímetro de las largas mesas está cubierto por números y números de miles de revistas distintas


Todas las revistas comparten las mesas, anunciándose con grandes carteles que indican a los lectores dónde encontrar la revista que buscan


Ejemplo de pequeñas revistas y libros que he ido acumulando estos años (estas son las de Diciembre-Enero)


Uttorkal, una pequeña revista editada por mi amigo Jeet Mukhopadhyay, que ganó un premio a la mejor pequeña revista en la Feria de Pequeñas Revistas que hubo el pasado enero. Hay pequeñas revistas en la Feria del Libro, pero no hay libros en la Feria de Pequeñas Revistas. Un número vale 15 rupias. Imprimir 300 números cuesta más que las 2500 rupias que ganan con su venta.

Cada año la Feria del Libro está dedicada a un país, para el que construyen una carpa más grande con lugar para hacer exposiciones culturales generales sobre el país y exhibir libros para leer allí mismo, sobre el que hay actividades culturales cada día, visitas de autores de dicho país, y espectáculos de música y danza. Este año, el país invitado fue Perú, y se rumorea que el próximo será Bolivia.


Además, hay encuentros literarios con autores nacionales e internacionales (este año fue, entre los internacionales, por ejemplo, nada más y nada menos que Lorenzo Silva - yo leí apasionadamente su El alquimista impaciente - y entre los nacionales, Amit Chaudhuri), conciertos (por ejemplo, hubo un concierto en honor a Peter Seeger, fallecido hace unos días) presentaciones de revistas y lanzamientos de libros (por ejemplo, dos de mis amigos, Himalaya Jana y Sanghamitra Halder, lanzaron sus últimos poemarios)


Antes de olvidar, de Himalaya Jana


i larga, de Sanghamitra Halder

En total, 570 casetas de diferentes editoriales y países. Según la Wikipedia, unos dos millones de personas visitan la feria cada año. Si lo comparamos con la asistencia a mítines políticos en la historia más reciente de Calcuta, incluso en este año que es año de elecciones al gobierno central, gana la Feria del Libro. Afortunadamente. Y, no llevada por el fervor, sino por la desconfianza hacia los medios de contabilización de personas, sinceramente creo que más de dos millones de personas la visitan cada año. En la entrada hay unos detectores de metales y guardias de seguridad que dejan pasar a todo el mundo, sin prestar atención a las oleadas de gente que se agolpan para pasar por los estrechos detectores, que no dejan de pitar, sin que por ello se inmuten en absoluto. No creo que sean ellos los que cuentan. Y si cuentan por ventas, tampoco es fiable, porque mientras para los que viven en Calcuta, se convierte en un lugar de reunión y disfrute, seguramente esperen a encontrar el libro en College Street, donde les harán un mayor descuento; quienes más compran son los de fuera de Calcuta, para quienes la feria supone la oportunidad de comprar libros que en sus respectivas ciudades o pueblos sería imposible encontrar. 

Yo compré algunos libros, y me quedé con ganas de otros, que quizá busque, como los auténticos "calcutenses", en College Street. Pero no quise quedarme con las manos vacías: en una tienda de libros de segunda mano compré una Historia de India en bengalí para niños con introducción por Indira Gandhi y unas ilustraciones preciosas, de esas ediciones que tanto me fascinan, y un libro sobre la vida y obra de Bankim Chandra, el primer gran novelista bengalí, del siglo XIX, que os sonará si habéis seguido mi recomendación y habéis visto Charulata. Y de primera mano, un cómic bengalí (aunque en inglés), Devi Chaudhurani, una versión gráfica de una novela del propio Bakim Chandra, sobre una mujer que se convirtió en una, digamos, reina de los bandoleros en la Bengala rural. 

Pero me quedé con ganas de esto:


Sí, Luis Buñuel


Y, sí, ¡¡Castelao!! ¡Sus viñetas traducidas al inglés y al bengalí!


Y el Ramayana en versión cómic y con un terrorífico estilo gráfico por un dibujante argentino, Quique Alcatena



domingo, septiembre 08, 2013

Calcuta: Dos años en la ciudad, de Amit Chaudhuri

Calcuta: Dos años en la ciudad. Este podría ser el título de un libro que hubiera escrito yo, pero no, lo ha escrito Amit Chaudhuri, un novelista bengalí criado en Bombay y afincado a caballo entre Reino Unido y Calcuta. Mi libro se titulará: "Calcuta: Tres años en la ciudad", supongo.

Es un libro interesante, ni una novela ni un ensayo ni un diario ni un nada en particular. Parece como si Chaudhuri hubiera empezado a rellenar páginas con sus pensamientos sobre Calcuta, sobre Bombay, sobre una calle, unas pinturas, un personaje, unas ventanas... El hilo conductor es el propio Amit Chaudhuri, que habla de sí mismo sin orden ni concierto en un libro que no es autobiográfico, sino, diría yo, ombliguista. Aunque no he llegado todavía a leer 100 páginas de las casi 300 que tiene el libro, la tendencia está muy marcada.

Pero a pesar de ello, es un libro interesante. Si lo hubiera escrito una mente europea, habría sido un ensayo, enfocado a una idea, un concepto, que se desarrollaría en cada capítulo de manera coherente y lineal, iluminando diferentes perspectivas. Sin embargo, al leer este libro he tenido la misma sensación que tengo cuando hablo con mis amigos indios, que es que su mente va saltando de aquí para allá sin una dirección, coherencia o lógica que yo pueda entender: quizá haya alguna, pero a mí se me escapa por completo. En algunas personas este "caos" está más marcado que en otras, pero en general, ninguno se libra de este pensamiento laberíntico y expresión en collage, que hace que las historias que cuentan parezcan cuadros de Picasso. Lo cual, pues, como decía, no deja de ser interesante.

Interesante, pero confuso. A pesar de mis dos años en la ciudad, de mis dos años de práctica, sigo luchando por comprender cómo funciona su proceso mental, y sigo frustrándome al no comprenderlo.

El libro tiene algunos pasajes fascinantes, pura muestra de esto que digo, pero traducirlos y copiarlos aquí sería, quizá, demasiado largo. El autor, además, intenta de alguna manera estructurar estos saltos marcando, dentro de cada capítulo, divisiones, con espaciados simples o dobles entre párrafos, o incluso asteriscos, como queriendo avisar al lector de las rupturas de su discurso. Se agradece el intento, aunque sigue sin ser satisfactorio, seguramente, para el lector europeo que, como yo, está acostumbrado al orden y la linealidad hacia un objetivo.

Pero como algunos pasajes son realmente fascinantes, sigo leyendo, intentando echar algo de luz sobre toda esta desestructura. Uno de los párrafos más interesantes que he leído habla de Calcuta y la poesía, y dice así:

"Al igual que ciertos géneros literarios o estilos de escrituras, también ciertas ciudades se vuelven obsoletas en momentos específicos de la historia: se vuelven imposibles de habitar o usar; y sin que nos demos cuenta, se vuelven inaccesibles. Sólo hay que mirar a la situación de la poesía en el mundo globalizado; su casi extinción. Escribir un poema hoy en día nos hace sentir casi como si estuviéramos imitando una época antigua de la historia. Vivir en Calcuta, sortear el laberinto de sus callejuelas y callejones, nos hace sentir casi exactamente lo mismo. Cuando escribí mi tercera novela, Canción de LIbertad, podía todavía tocar la magia de sus barrios, allá por la mitad de los años 90; pero después de eso, sentía que ya no podía hacerlo - como un adolescente que crece y deja atrás una "fase" de escribir poemas, o como un escritor se siente obligado a desestimar un estilo suave y fluido, evocador, por otro más práctico e intransigente."

Me pregunto qué pensaran de esto los poetas que conozco en Calcuta. Es gracioso, porque uno de ellos (bueno, quizá sea amigo de ellos, no sé si él escribe o no), está haciendo una tesis sobre este mismo autor, Amit Chaudhuri, y estuvimos comentando un día un pasaje de este libro, que habla sobre las ventanas de Calcuta (que quizá traduzca y cuelgue otro día), pero no este pasaje. Cuando tuvimos ese debate, yo todavía no había pasado de la anécdota de las ventanas; si lo hubiera hecho, le habría preguntado por este párrafo que acabo de copiar. ¿Tiene razón el escritor, al decir que escribir poemas y vivir en Calcuta es como viajar en una máquina del tiempo hacia una era anticuada, pasada? ¿Lo dice con un tono positivo o negativo? En el libro, Chaudhuri es bastante ambiguo acerca de la globalización: a veces la aplaude, otras habla con nostalgia de la India pre-globalizada. Y ellos, estos poetas bengalíes que viven en Calcuta, ¿viven aún más atrás en el tiempo por hacer precisamente estas dos cosas a la vez, vivir en Calcuta y escribir poesía? ¿Está la poesía realmente anticuada en Calcuta? Aquí hay la mayor densidad de poetas por metro cuadrado que - estoy segurísima - existe en ninguna ciudad del mundo. Todos, todos mis conocidos y amigos, incluso los que no se consideran poetas, escriben poesía. ¿Será que Calcuta anima a esto?

Yo creo que de algún modo, sí. No por lo anticuado de la ciudad (que sí, está vieja, ruinosa, y es ciertamente tradicional), sino porque hay ciertos elementos o características del lugar que, sin animar, incitan a escribir. Para escribir poesía uno necesita calma, tiempo, y pensar. Pararse, reflexionar, sentir, tener tiempo de escribir. Y el tiempo no falta en Calcuta; hay esperas interminables, en salas de la FRRO, en salas de espera de hospitales, en puestos de té a que lleguen tus amigos o a que deje de llover, en paradas de autobús o de metro. Tiempo de pararte, observar, sentir tu entorno, dejarte impactar por él, pensar. Aquí todo puede esperar, con lo cual, el tiempo se dilata. En un mundo en el que prima la inmediatez y el resultado, no puede existir la poesía, sólo el bestseller. 

Una nota más: la poesía moderna bengalí, que he intentado con todos mis esfuerzos leer, es tremendamente complicada en su sintaxis, en comparación con la prosa, o incluso con Tagore, que también es difícil pero, no obstante, he podido traducir algunas canciones. Pregunté el porqué de esta complicación a tres poetas. El primero me dijo que la vida era muy complicada, que las cosas estaban cambiando mucho y habían surgido nuevas complejidades que antes no existían, y que él creía que él mismo y sus compañeros poetas reflejaban su sentimiento hacia esta nueva y compleja realidad, complicando sus versos y sus lenguajes. El segundo poeta me dijo que él escribía de manera muy sencilla, pero que yo no me daba cuenta porque no sabía bengalí lo suficiente, y que la respuesta del primer poeta era una tontería. Al tercero no le pregunté realmente, pero un día me dijo algo que muy bien podría responder a esta pregunta, y fue que "las callejuelas laberínticas de Calcuta han dado forma a mis pensamientos". Y quizá a su estilo y a su sintaxis.

Sea cual sea la respuesta, Calcuta y la poesía están inextricablemente unidas.

sábado, septiembre 29, 2012

Curiosas curiosidades

Sé que me repito hasta la saciedad, pero no puedo dejar de notar, a pesar de que resulte difícil de creer, que aunque ya llevo en India más de año y medio, este país no deja de sorprenderme. Cada día acumulo experiencias que en otro país resultarían inimaginables, sobre todo si pienso en países como España, USA, o Japón (que son los que conozco). Vale, Japón también tenía sus curiosidades, pero no son comparables a las que me sorprenden en India.

He aquí el pequeño resumen de la semana:

- Estoy tramitando mi PAN card para evitar tener problemas con el visado y el Income Tax como me ha pasado este año. Tramitar algo en India significa ir y venir a la oficina varios días, cada día con papeles nuevos y siempre falta alguno del que no sabías su existencia. Pero además de eso, hay que rellenar formularios.

La tienda donde estoy tramitando mi PAN card es un pequeño cibercafé escondido del mundo, en uno de los goli (callejuelas) más estrechos que he visto en Calcuta, detrás de un edificio en Bhowanipur. Aunque está relativamente cerca de mi casa, y mi amigo Arnab me la recomendó porque fue allí donde él tramitó su propia PAN card, al principio fue casi imposible dar con ella: no hay ningún cartel ni nada que indique en ese mínimo goli hay una tienda de nada. Así que hay que encontrarla preguntando. El hombre de la tienda no había hecho nunca una PAN card para un extranjero, de hecho, al principio creyó que yo era una NRI (Non-resident Indian, es decir, una ciudadana india que vive en el extranjero, la mayoría, en USA). Cuando por fin le expliqué que no, que era española, volvió a llamar a su oficina central para aclarar dudas de si hacerme una PAN card era posible. Lo era. Tenía que comprar un formulario para rellenar con mis datos y entregar dos fotos tamaño carnet y algunos documentos acreditativos de mi actividad en India. Todo normal.

Pero, ¿dónde comprar el formulario? Fuera de la tienda. ¿Fuera? ¿Fuera dónde? No había ninguna oficina de nada ni ninguna tienda con pinta de vender papeles oficiales que van a ir al Ministerio de Hacienda. Pero esto es India, donde lo inimaginable es posible. "Fuera" se refería en realidad a una tienda de "paan", de tabaco de fumar y de mascar. El hombrecillo, moreno, con bigote espeso y negro, vestido con una camiseta blanca sin asas y un lungi azul, tenía entre las hojas de betel, los botes de diferentes productos que meten en el paan y las cajetillas de tabaco, un bloc con formularios para la PAN card. 5 rupias.

Claro que esto no podía ser tan fácil tampoco. En realidad ese formulario no valía, porque era para "Indian Citizens", y claro, yo no lo soy. Por fin el dueño de la tienda me prometió que me daría el formulario correcto al día siguiente, sin tener que pagar nada. Así fue, y mientras rellenaba el formulario, con cosas absurdas como el nombre de mi padre (como si yo no fuera mayor de edad para tramitar mis propios papeles), o la dirección de mi jefe (que no me la quería dar, y tuve que poner la de la oficina), una de las cosas a completar era si pedía la tarjeta como individuo, como empresa, etc. Pero una de las opciones me llamó la atención de sobremanera:


¿¿Hindu undivided family?? ¿¿Una familia entera puede tener el mismo número, sin diferenciar a los distintos miembros de la familia, para pagar impuestos?? ¿E hindu? ¿Es que los musulmanes o cristianos o sikhs o jains no pueden tener una "undivided family"?

- Cosas de clase. En clase hemos visto en esta última lección que hemos hecho, la ropa, los colores, comprar en una tienda, etc. Al final de la unidad había un pequeño apartado cultural en el que se hablaba de Federico García Lorca, ya que sus poemas son sencillos (el vocabulario, que no el significado), y en muchos aparecen los colores de una manera sorprendente. Así que leímos tres de los seis poemas del libro, los expliqué actuando o dibujando en la pizarra (lo cual les pareció muy gracioso), y en internet encontré otro poemilla, muy sencillo, llamado "Corazón". Al poema le quité tres palabras que tenían que completar a su manera usando su imaginación:


En la mañana _________ (1),
quería ser corazón.
Corazón.
Y en la tarde madura
quería ser _________ (2).
___________ (2).

Alma,
ponte color de __________ (3).
Alma,
ponte color de amor.

En la mañana viva,
yo quería ser yo.
Corazón.
Y en la tarde caída
quería ser mi voz.
__________ (2).

¡Alma,
ponte color __________ (3)!
¡Alma,
ponte color de amor!



Pues creo que para ellos ha sido el ejercicio más difícil que hemos hecho en el curso: imaginar. Dos o tres o cuatro estaban abrumados por la tarea, con los ojos como platos mirando la hoja y mirándome a mí, sin poder reaccionar ante semejante bestialidad: tener que inventarse tres palabras, tres palabras que queden bien en el poema (del que conocen prácticamente todas las palabras, y además, todos tienen un smartphone con diccionario español-inglés que usan en clase). 


Ya sabía que los alumnos aquí tienen problemas para pensar por sí mismos y analizar porque no están acostumbrados a hacerlo en clase: aquí las clases son totalmente magistrales, en las que el profesor no explica, sino que dicta, y los alumnos copian (he visto miles de clases así en la uni, en todas las universidades del mundo, la verdad). Pero no pensé que tuvieran problemas con imaginar libremente, aún a sabiendas de que en esto no hay respuestas correctas o incorrectas, sino que es simplemente por experimentar....(esto también lo expliqué en clase, porque hubo algún alumno que pensaba que tenía que adivinar las palabras del original: es demasiado serio para entender que no es un ejercicio para corregir, sino un juego....).

En fin, al menos creo que el shock les divertió bastante. Entre eso y verme explicar los poemas actuando por la clase, espero que se animen más a leer poesía...

Ah, por cierto, este es el poema original de Lorca: 

En la mañana verde,
quería ser corazón.
Corazón.
Y en la tarde madura
quería ser ruiseñor.
Ruiseñor.

Alma,
ponte color de naranja.
Alma,
ponte color de amor.

En la mañana viva
yo quería ser yo.
Corazón.
Y en la tarde caída
quería ser mi voz.
Ruiseñor.

¡Alma,
ponte color naranja!
¡Alma,
ponte color de amor! 


miércoles, agosto 15, 2012

Calcuta



Tus calles callan historias
guardadas tras viejas rejas,
cristales sucios, puertas cerradas
con candados oxidados.

Tus goli pierden los pasos de la gente,
sus tazas de té rotas contra la carretera,
sus palabras amontonadas por las esquinas,
entre la basura y los charcos y los perros.

Como tú, los ojos de tu gente
son un laberinto; nada esconden
pero callan. Sólo las ruinas
son visibles: el porqué
es un secreto.


goli*: callejuela estrecha y normalmente, retorcida, en bengalí.

jueves, febrero 24, 2011

Ser y Estar, de Benedetti

Un fantástico poema que además tiene sentido para las clases de español:


Oh marine
Oh boy
una de tus dificultades consiste en que no sabes
distinguir el ser del estar
para ti todo es to be
así que probemos a aclarar las cosas


por ejemplo
una mujer es buena
cuando entona desafinadamente los salmos
y cada dos años cambia el refrigerados
y envía mensualmente su perro al analista
y sólo enfrenta el sexo los sábados de noche

en cambio una mujer está buena
cuando la miras y pones los perplejos ojos en blanco
y la imaginas y la imaginas y la imaginas
y hasta crees que tomando un martini te vendrá el coraje
pero ni así

Por ejemplo
un hombre es listo
cuando obtiene millones por teléfono
y evade la conciencia y los impuestos
y abre una buena póliza de seguros
a cobrar cuando llegue a sus setenta
y sea el momento de viajar en excursión a Capri y a París
y consiga violar a la Gioconda en pleno Louvre
con la vertiginosa polaroid

En cambio
un hombre está listo
cuando ustedes
oh marine
oh boy
aparecen en el horizonte
para inyectarle democracia.


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