miércoles, octubre 16, 2013

Tagore. Rabindranath Tagore

Ha llegado el momento, tras mucho mucho tiempo, de hablar un poco más en profundidad de Tagore en este blog. Últimamente no sólo he estado descubriendo, más tarde que temprano, sus canciones, tan famosas en Bengala Occidental -tanto, que cualquiera, CUALQUIERA, se pone a cantarlas en medio del silencio o de una conversación, cuando encuentran una conexión interna-, sino que además me he estado leyendo varios de sus relatos cortos, he visto ya suficientes películas basadas en sus historias, y me he terminado una de las novelas, además de haber visto dos obras de teatro suyas, entre otras, Tasher Desh, de la que he hablado más que suficiente. 

Me fascina ver que en muchos de los relatos que he leído, en las películas basadas en ellos, en la novela que he leído (Ghare Baire, El hogar y el mundo), la mujer tiene un papel sino protagonista directamente, sin duda fundamental, una de las piezas esenciales. Y que lo escribiera un hombre a caballo entre el siglo XIX y el XX, es más que notable. Aunque en Tasher Desh las mujeres, que inician la revolución, necesitan de un empujoncito masculino, en Chitrangada la mujer transformada en hombre transformada en mujer es la (¿el?) figura principal, y en El Rey y la Reina, pues la Reina (y su hija) están ahí. Eso en cuanto a las obras de teatro que conozco, que tampoco son tantas. En cuanto a las historias, pues una de las que he leído, llamada Visión, fue muy impactante. La protagonista y narradora es una mujer casada que se queda ciega y tiene que sufrir ser una carga para su marido. Su mundo interior está muy bien descrito, de una manera sensible sin caer en el melodrama, tratando sutilmente no sólo la psicología de la mujer, sino de su marido, y en general, de toda la sociedad india. En este relato, la esposa, Kumo, empieza a ver cómo su visión se reduce y debilita después de un aborto que tuvo. Ya el hecho de que abortara a su primer hijo debió de ponerla en una posición difícil en la sociedad de la época - y quizá, aún en la de ahora - y que aún encima se convirtiera en una minúsválida, ciega, que en lugar de ser el apoyo y refugio de su marido fuera todo lo contrario, era sin duda una situación complicada de sobrellevar. Para empeorar las cosas, su marido era un estudiante de Medicina, que por ser estudiante cree que puede curar a su esposa y no la deja ir al médico a pesar de las protestas de su cuñado, el hermano de ella, y cuando finalmente ve, demasiado tarde, que su orgullo y tozudez han provocado que su mujer quedara ciega de por vida, accede a que ella vea un médico (mi traducción): 

"Pero después de un tiempo, la agonía se hizo insoportable. My visión se extinguía, y tenía continuos dolores de cabeza cada noche. Yo podía ver cuánto se alarmaba mi marido. Entendí por su manera de actuar que estaba buscando una excusa para llamar a un médico. Así que yo misma sugerí que podría llamar a uno. 
Él se sintió muy aliviado, pude notarlo. Ese mismísimo día hizo llamar a un médico británico. No sé de qué hablaron exactamente, pero pude notar como el caballero hablaba muy muy cortante y enfadado con mi marido.
Él permaneció silencioso durante un tiempo después de que el médico se marchara. Le tomé de las manos y le dije: ' ¡Pero qué bruto era! ¿Por qué no has llamado a un médico indio? Habría sido muchísimo mejor. ¿Cómo puedes creer que ese hombre sabe más que tú sobre mis ojos?'
Mi marido se mantuvo en silencio por unos segundos, y entonces dijo con voz entrecortada: 'Kumo, tus ojos necesitan una operación'
Yo fingí estar muy enfadada porque él me hubiera estado ocultando esa situación durante tanto tiempo.
'¡Has estado al tanto de eso todo el tiempo y no me has dicho nada al respecto!', le dije, ' ¿Crees que soy un bebé para tener miedo de una operación?' "

Eso. !!!!!!!!!! . Y sigue.

El hogar y el mundo me ha dado mucho que pensar. Esta novela, escrita a modo collage entre los diarios de los tres protagonistas, de modo que da una visión polifónica de los mismos sucesos, no sólo me ha sorprendido por la profundidad y la actualidad, a pesar de haber sido escrita hace casi 100 años, en 1916, sino porque básicamente habla de la desigualdad de género. En esta novela, la protagonista indiscutible es Bimala, una chica de familia tradicional y aldeana de Bengala, casada con un chico de clase más alta, terrateniente y estudiante de Economía y Política. Su marido, Nikhilesh, se convierte en un hombre de fuertes principios morales, un idealista, que intenta crear un mundo mejor lejos de las pequeñas miserias humanas. No sólo enseña a Bimala lo que va aprendiendo en la universidad, sino que intenta "liberarla", es decir, que salga al mundo exterior que las mujeres en la época tienen prohibido, pues una vez casadas deben permanecer siempre dentro de los departamentos interiores de la casa - la purdah, o "cortina" - sin acercarse ni ser vistas por nadie que no sea de la familia o del servicio. Nikilesh desafía todo esto llevando a su mujer a una habitación intermedia, entre los departamentos interiores para las mujeres de la familia y los exteriores, para los invitados y para los hombres, y presentándole a un activista amigo suyo que lucha contra los británicos en un movimiento nacionalista, los swadeshi. Este activista, Sandeep, es un personaje visceral que no intenta esconder bajo ningún disfraz su carácter egoísta y ambicioso, más allá del ligero barniz idealista que le da el hecho de luchar contra los ingleses. Bimala y Sandeep se enamoran, algo que Nikilesh no fue capaz de prever ni imaginar: 

"Cada esquina está inundada por los torrentes del monzón; el brillo de los brotes de arroz es como el del cuerpo de un bebé. El agua había llegado hasta los jardines de nuestra casa. El sol de la mañana se ha vertido sobre la tierra sin obstáculos, equiparándose a la pasión del cielo azul. 
¡Ojalá hubiera música en mi voz! El agua en los arroyos centellea, las hojas de los árboles deslumbran, los arrozales tiemblan y destellan - en la mañana la música ha llegado a este día de julio, ¡y yo soy el único mudo! Las melodías están encerradas dentro de mí; todo el brillo de este mundo que me alcanza acaba cautivo dentro y no puede salir. Cuando veo este deslucido, sombrío yo, puedo entender que me falta algo. Nadie podría soportar mi compañía día y noche. 
Bimal está tan llena de vida. Es por esto que, en todos estos nueve años, ella nunca me ha parecido aburrida. Pero si hay algo dentro de mí, es una muda profundidad y no unas olas susurrantes. Sólo puedo recibir, pero no puedo agitar. Mi compañía es como la inanición; cuando veo a Bimal hoy puedo entender a qué hambruna ha sobrevivido ella todos estos años. ¿A quién se puede culpar? 
Dios mío. 
Las inundaciones del monzón, julio y agosto
¡mi templo está vacío! 
Mi templo está construido para estar vacío; sus puertas están cerradas. He fracasado en entender todos estos años que el ídolo de mi dios estaba esperando afuera. Pensé que él había aceptado los rezos y que me había otorgado favores - pero, mi templo está vacío, mi templo está vacío.
(...)
Toda pena, todos los errores vienen de huir de la Verdad. Si no lleno mi vida con la Verdad, ¿cómo pasarán mis días y mis noches? No puedo soportarlo más; Verdad, llena mi templo ya."
El despertar a la Verdad, que Nikilesh tanto anhela, no es exactamente la Verdad a la que esperaba despertar. 

Bimala dice cosas como: 
"Esta tumultuosa emoción que estaba estallando en las orillas del país, llegó a mi vida con una melodía diferente. La fuerza de la naturaleza que era mi Destino estaba acercándose y el sonido todavía distante de sus ruedas hacía latir mi corazón más y más fuerte, más y más alto. A cada segundo, sentía que un extraño y sublime fenómeno me sobrevenía, y que yo no era del todo responsable de él. ¿Pecado? El camino había huido lejos de los espacios del pecado y de la castidad, de lo justo y legítimo, la pena y la empatía habían abierto su propio sendero. Yo nunca había deseado esto, nunca había anhelado esto; si miraras al conjunto de mi vida, no podrías reclamarme nada. Toda mi vida he rezado devotamente, y cuando por fin llegó el momento de otorgar el deseo, ¡un Dios diferente apareció ante mí! Así como el país de pronto ha despertado, alzado la cabeza y gritado !Viva la tierra nativa! (Vande Mataram), mi corazón y mi alma y cada nervio de mi cuerpo hoy han despertado para decir "viva" a algo extraño, desconocido, exótico - ¡a algo que carece de cualquier explicación! 
Este era un peculiar parecido entre la canción del corazón del país y la canción de mi propio corazón. Muchos días me levantaba de mi cama silenciosamente, e iba a la terraza. Justo un poco más allá de los muros de nuestra casa había un arrozal a medio madurar. Al norte, el agua del río centelleaba era visible a través de la gruesa cubierta de árboles de la aldea. Más allá había un bosque. Carecía de forma, como un feto deforme, dormido acunado en el vientre de la noche inmensa. Yo miraba hacia adelante y veía a mi país allí - de pie, como una niña igual que yo. Ella solía sentirse feliz en su pequeño rincón de la casa. Pero de pronto había oído la llamada de la naturaleza. No había tenido tiempo de pensar. Simplemente, había caminado a ciegas en la oscuridad. Ni siquiera había esperado a encender una pequeña lámpara. Yo sabía, en esa noche somnolienta, cómo su pecho respiraba alterado. Sabía de la melodía distante que la llamaba, cómo ella sentía que ya estaba allí, ella lo había encontrado y ahora ya podía caminar con los ojos cerrados sin tener miedo nunca más. Esta no era la mujer que recordaría que había que barrer la casa, que había que encender las luces, que había de dar de comer a los niños. Hoy ella era la amante. Este era nuestro país en los días de los Vaishanva Padabalis (N.T: unos cantos que relatan la historia de amor entre Krishna y Radha, que son la pareja epítome del amor romántico en la cultura india). Ella había abandonado su casa y olvidado todos sus deberes. Todo lo que tenía era una pasión sin fin; encendida por esa pasión, ella seguía caminando, sin cuidado, por la carretera. Yo también era una viajera que acudía a la misma cita. Yo también había perdido mi casa y mi camino. La meta y los medios se confundían con la niebla ante mí - sólo era consciente de la pasión y del viaje." 
La confusión de Bimala ante el nuevo mundo que se abre ante ella es patente en toda la novela. Sandeep en cambio, es más claro:
"Bajo esta forma, la amistad, entre palabras y gestos, hablados y sin hablar, progresó. Ella era la señora de la casa, quien normalmente es como una estrella en el cielo, inalcazable. Aquí, los senderos no estaban pisoteados. A través de este vacío sin nombre navegábamos a nuestra manera: una tensión gradual, conocimiento y conciencia, un velo de inhibición desapareciendo en un cielo sin forma y de repente descubriendo la naturaleza desnuda - ¡esta era una extraña, victoriosa aventura de la Verdad! 
¡Por supuesto que esta es la Verdad! La fuerza de la atracción entre un hombre y una mujer es una fuerza más que tangible. Desde la partícula de polvo en el suelo hasta las estrellas en el cielo, todas las cosas materiales así lo demuestran. ¡Un hombre querría mantenerlo cubierto y escondido por unas pocas palabras, convertirlo en su propiedad doméstica y hacerlo seguir una serie de normas y regulaciones! Como si fuera una obligación fabricar un reloj de pulsera para el yerno a partir de las estrellas del universo. Pero, cuando la realidad despierta ante la llamada de la materia, y cuando en apenas un instante, barre de un sólo golpe cualquier pretensión palabrera del hombre y toma el lugar que le pertenece, ni la fe ni la moralidad pueden pararlo. ¡Así vengan condenas, arrepentimientos y órdenes! Pero para poder luchar contra la tormenta, necesitas algo más que palabras. La tormenta no te responde, sólo te sacude - es la realidad. 
Por eso estoy disfrutando tantísimo esta palpable revelación de la Verdad. Tanta vergüenza, tanto miedo, ¡tantos dilemas! Pero, sin ellos, ¿cuál es el encanto de la Verdad? Este temblor en el paso, este huir cada dos por tres - es muy dulce, sin duda. Y la mentira es más para uno mismo que para los demás. Cuando la realidad se prepara para luchar contra lo artificial, el engaño es la primera arma de éste, porque los enemigos de la materia dicen que la realidad es grosera. Por eso necesita mantenerse escondida o ponerse una máscara. Así, la realidad no puede decir directamente 'Sí, soy grosera, porque soy la Verdad, soy corpórea, soy instinto, soy hambre, no tengo vergüenza ni corazón - tan desvergonzada e insensible como una roca gigante, desgajada de una montaña por culpa de las lluvias y que cae rodando sobre las cabezas de los hombres, sin que le importe si mueren o sobreviven."
(...)
¿Por qué ella no se da cuenta? Porque el hombre ha destruido con sus propias manos la capacidad de entender y de conocer la realidad por completo, ya que siempre la está disfrazando. El ser humano se avergüenza de la realidad. Por eso trabaja a escondidas, bajo montones de velos que envuelven; es por ello que nunca llegamos a saber cómo funciona de veras y cuando la realidad nos sobreviene sin previo aviso, no hay manera de negarla."

Una novela que vale la pena leer.

Y en cuanto a las canciones, de momento esta versión de una canción religiosa de Tagore (Rabindrasangeet), hecha por Arnob, un cantante de Bangladesh que ya he mencionado varias veces también, me parece maravillosa: 

A veces puedo verte, ¿por qué no puedo verte cada día?
¿Por qué las nubes vienen al cielo de mi corazón? ¿Por qué no me dejan verte?
Sólo puede verte a la luz del instante en que parpadeas
perdido siempre por el miedo, desapareces en un segundo
¿Qué podría hacer para conseguirte, dime? ¿Para guardarte en mis ojos?
¿Dónde podría conseguir tanto amor como para guardarte en mi corazón?
No deseo nada más, lo haré lo mejor que pueda,
si tu quieres, ahora mismo yo sacrificaré mis deseos terrenales.



La canción es bonita en sí, pero su versión, es que me lleva a otro mundo. ¿Y a vosotros?


4 comentarios:

Sicander dijo...

Hace tiempo, creí detectar que tenías ciertos prejuicios hacia Tagore.
O yo estaba equivocado, o el contacto diario con su universo te ha hecho descubrir matices que te estaban ocultos. En cualquier caso, felicitarte por esta última entrada.

Indispania dijo...

No te equivocas. Tenía prejuicios. Ya no :)

ka dijo...

muy chula la canción, muy buena la entrada... me estoy leyendo una novela histórica sobre el renacimiento bengalí, Sunil Gangopadhyay - First Light, y uno de los personajes es Rabindranath, muy recomendable para conocer su biografía en contexto, te la recomiendo... un saludo

Indispania dijo...

Sunil Gangopadhyay es uno de los grandes de la literatura bengalí. Cuando este año murió, mis amigos fueron en procesión con él hasta el crematorio, e incluso algunos habían ido ya al hospital a ver el cuerpo. Toda la ciudad estaba de luto ese día. Es uno de mis pendientes para leer :) Gracias por la recomendación.

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