Desde que llegué a Bangalore, he estado disfrutando-sufriendo con su clima. Al principio, muy bien, calorcito en invierno, pero hace una semana o así, empezó a hacer un calor agobiante, el peor que he sufrido en mi vida. Dormía ( o más bien, intentaba dormir) con el ventilador puesto, no paraba de beber agua, hasta empecé con los helados...pero nada. Hasta acabé por romper el abanico a base de tanto usarlo. Hasta que por fin, ayer llovió.
¡Y cómo llovió! No me he mojado tanto en mi vida. No tengo paraguas y me pilló la lluvia justo al salir de clase. Nada que hacer. Menos mal que la ropa no destiñó, que era lo que más miedo me daba. A pesar de la lluvia, la temperatura era buena, y la verdad, es que fue maravilloso que lloviera. Hoy la temperatura ha sido más suave, ha estado un poco nublado y previsiblemente seguirá así toda la semana.
Me habían comentado que antes, hace unos años, en Bangalore solía llover todos los días, y yo no me lo acababa de creer. Pero parece que la lluvia ha vuelto después de un mes de sequía. Así que ahora me toca acostumbrarme para cuando llegue el monzón.
La próxima vez, saco una foto. Aunque menos mal que no me llevé la cámara ese día, porque a lo mejor no habría sobrevivido...
3 comentarios:
Como tú misma das a entender parece que los tintados de los tejidos son bueno. Por ciento, ¿sirve de algo un paraguas en estos casos?
Besos
Berta
Es para que no eches de menos Galicia primi!!
Pues sí, los tintes, al menos de la ropa que llevaba ese día, eran buenos! Y mira que era de las cosas más baratas que me he comprado aquí hasta ahora (todo el conjunto, pantalón, túnica y fular, 600 rupias).
Ayer volvió a llover para que no se me olvide de dónde vengo, supongo!
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