miércoles, julio 18, 2012

La aventura de extender un visado I

Érase una vez una profesora de español que tras diez meses en India, veía acercarse la expiración de su visado. Previsora, quizá demasiado previsora, tres meses antes fue a preguntar a la Oficina Regional de Registro de Extranjeros (FRRO, en inglés) de Calcuta por el proceso. Como quería irse un mes a España durante sus vacaciones de verano a disfrutar de su familia, sus amigos, y de la tortilla española, preguntó con antelación y se aseguró - le aseguraron - de que no debía preocuparse, que a su vuelta su visado todavía estaba vigente y que podía empezar el proceso de renovación entonces, sin problemas. De hecho, cuando se marchaba apenas podía empezar la renovación. Resulta no está permitido hacerlo con más de dos meses de antelación, y marchándose solo una semana después de empezar el plazo para la renovación, no le iba a dar tiempo a "recolectar" los documentos necesarios. Y menos aún teniendo que, en esa semana, estar presente en los exámenes finales, corregirlos y preparar la maleta. 

Pero como le habían asegurado que podía hacerlo a la vuelta, se tranquilizó. Sin embargo, previsora - porque lo era, mucho - estuvo un mes de un despacho a otro, escribiendo cartas, preguntando y hablando con todo el mundo para conseguir una carta de la universidad firmada y sellada, en la que constara que le habían extendido su puesto como profesora de español un curso académico más. La fotocopió y la guardó cuidadosamente, preparada para enseñarla en cualquier momento a cualquier policía de aduanas que le pusiera pegas a su reentrada en el país. Por suerte, no hizo falta nada de eso, y la carta y sus fotocopias se quedaron en su funda, de plástico, en el equipaje de mano.

Así que, cuando volvió a Calcuta, como una persona normal cuyo visado está a punto de expirar, se acercó a la FRRO tan pronto como pudo con su carta de que tiene trabajo, su pasaporte, su registro de extranjera, su carta diciendo dónde vive, todas sus fotocopias, y 20 fotos carnet por si acaso. Esto fue el primer viernes, cuando por fin había cogido el ritmo a las clases de 40 estudiantes y podía disponer de un poco de tiempo para burocracias. 

La FRRO de Calcuta está situada en una zona central, por desgracia llena de bancos, empresitas y escuelas. Por todo esto, el metro hacia y desde esta parada (Rabindra Sadan) está siempre congestionado: cuando lo coges por la mañana, está atestado hasta esa parada justamente por la gente que va a trabajar o los niños que van al colegio (y sus madres, tengan la edad que tengan los chavales); cuando lo coges después del mediodía, está semivacío hasta esa parada, cuando se llena de colegiales que vuelven a casa (con sus madres, tengan la edad que tengan los chavales), y cuando lo coges por la tarde, te subes en un tren abarrotado de gente que vuelve a su casa después de la jornada de trabajo, y en esa parada intenta subirse aún más gente. Un horror, vamos.

Total, que después de sudar apretujada en un vagón de metro, que con suerte te libras del del aire acondicionado (eso si que es una lata de sardinas), te bajas y descubres que en las taquillas de la estación están haciendo cola 500 personas que no tienen una tarjeta de metro y necesitan comprar el billete, cuando la capacidad de esa zona de la estación debe ser de 100 personas como mucho. De alguna manera consigues llegar a una de las escaleras mecánicas, para descubrir que la que sube está estropeada: para arreglar el tráfico humano temporalmente, han parado también la de bajada y la gente va en fila india subiendo o bajando por una única escalera mecánica que ha dejado de serlo.

Cuando sales, te fijas en el señor que intenta arreglar la maquinaria de la escalera que sube con un simple destornillador...y rezas por que no cause un cortocircuito que estropee los ordenadores de la FRRO.

Porque, efectivamente, tras driblar el tráfico de personas que no ven por dónde andan (o eso te parece a ti, porque a ti no te ven, vamos, eso seguro), de agujeros en las aceras, mendigos y gente repartiendo panfletos de falsas academias que te darán el diploma con el que conseguirás todos los empleos, llegas a una oficina destartalada en la que han instalado ordenadores. No voy a decir nuevos, porque antes es que no había. Ahora hay cuatro ordenadores de una marca desconocida, algo así como una mezcla entre IBM y DHL, puede que IHM, que todavía están montando dos "técnicos": dos hombre jóvenes vestidos de pantalón negro y camisa blanca, uno mirando los cables de la cpu y el otro mirando al uno.

- You are the Spanish teacher, na? María, na? - me dice un hombrecillo al que reconozco de otras veces. Es el único al que se le ve hacer algo: firmar, leer papeles, hablar con los extranjeros. Otros hablan por teléfono con dios sabe quién, otros leen libros, otros miran al aire...En total, debe haber unas seis personas sentadas allí. Porque trabajando, no hay seis. 

Tras explicar por enésima vez que no soy María (me pregunto si es que nos parecemos tanto o es que piensan que todas las españolas nos llamamos María...), sino la sustituta, ya me puedo sentar y empezamos la negociación: ¿qué tal en Calcuta? ¿Has visto el Victoria Memorial? ¿Conoces al profesor Mukherjee? Pues los dos estudiamos juntos chino de pequeños, pero luego lo dejamos, yo empecé a trabajar para el gobierno y él empezó a estudiar español y ahora mira... Entre pregunta y pregunta le voy entregando los papeles:
- No has puesto tu altura en el formulario online - no era obligatorio...- escríbelo a boli. - Si lo puedo escribir a boli, ¿por qué demonios tengo que hacerlo online en un límite de tiempo de media hora?
- Esta fotocopia se ve mal. Haz otras. - Bueno, esta es verdad. Las fotocopias eran viejas y con la humedad de Calcuta, ya se sabe...
- Esta carta pone "To whom it may concern". No vale - aunque sí valió para el registro de extranjeros, la misma carta, para renovar, parece que no vale.. - Tiene que decir "Para el Encargado de la Oficina Regional de Registro de Extranjeros, 237 AJC Bose Road, Kolkata-20".

Tomo nota de todo, me voy sin conseguir nada. En la universidad revoloteo por distintos despachos, escribo una carta, voy a ver al Assistant Secretary, pero está ocupado tomándose su postre - mishti doi, a las 3 de la tarde. Espero un rato fuera mirando como empieza a lloviznar. No han pasado ni cinco minutos y ha salido a buscarme a ver que pasa. Le explico lo de mi visado, la carta, mientras gente entra y sale pidiéndole una firma. Le llaman tres veces por teléfono, y él llama una vez también, mientras habla conmigo. Al final, le convezco para que me escriba una carta que no ponga "To whom it may concern", sino todo el rollo de la FRRO. Al final acabo dictándole yo misma la carta a un jovencillo que anda por allí y al que el Assistant Secretary le pide que mecanografíe en el ordenador. ¿Será el secretario del secretario?

Pero yo salgo como unas pascuas, porque he conseguido mi carta el mismo día que la he solicitado, en apenas media hora, y hasta yo misma he podido revisar lo que se escribe para asegurarme de que es lo correcto. Nunca me había salido nada tan bien. El lunes vuelvo a la FRRO y la entrego y listo. Ah, pero tengo que hacer fotocopias de esta carta también....

Y así, la profesora de español pasó un fin de semana tranquilo, pensando que estaba todo solucionado y que el lunes se acabaría la FRRO por una temporadita. Pero las cosas nunca son como uno se piensa, y menos en Calcuta.

En el siguiente episodio, la amenaza del Form-16 y cómo "cinco minutos" significa, en realidad, "dos horas".

2 comentarios:

Berta dijo...

En fin..."vuelva usted mañana" (porque no sé decirlo en bengalí)... !Tan lejos pero tan cerca!
Si la burocracia te deja puedes contestarme al correo.
Besos
Berta

Unknown dijo...

Ha sido divertido leer esto...hahaha
Ya q me voy esta semana q viene al sur d la India al centro d Amma y despues a Auroville....aunq son dos apartados aparte denteo d la India cn otro tipo d energia.....voy mentalizada para tomar todo cn el doble d calma y paciencia......sin esperar nada, jjj

Hace pensar , la manera tn difernte d atender las necesidades del projimo ,
Precisamente en los paises dnd se kejan mas d una falt d todo..Bienes materiales o justicia social......sin darse cuenta d q precisamente es en el atender al projimo cuando tiene un problema, dando lo mejor , ahorrando tiempo y energia..q se torna eficiente un lugar..un entorno...un pais...es la solidadridad , q es una forma d responsabilidad practica para con uno mismo, y el otro, lo q hace q podamos tener paises organizados y minimamente limpios!
Es esa concincia d grupo (para el bien d un@ mism@ al fin y al cabo)) lo q siento q falta n paises llamados tercer mundistas....pero...afortunadamente, la alegria y calidad humana...el corazon bondadoso...no es vencido por la falta d conciencia y t encuentras n cualq sitio gente maravillosa q hace milagros cn los pocos medios disponibles.....
Creo q a pesar d todo, todo estaa evolucionando conjuntamente...a nivel planetario

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