viernes, junio 01, 2012

Volando iré, volando volveré...

...a Calcuta. Por fin, las listas de la AECID han salido, el Vice-Chancellor de mi universidad ha aprobado mi solicitud, y me quedo un añito más aquí, en esta ciudad cuyo lenguaje urbano todavía no entiendo pero que se ha convertido en parte de mí.

En una semana estaré volando a España, para pasar unas merecidas vacaciones de verano mientras la universidad cierra, para recuperar los buenos hábitos: gazpachito con tomates de huerta, playita y montaña, paseos mañaneros, unas cañitas con aceitunas en una terraza,..

Así (y por culpa de una canción de Edward Sharpe & The Magnetic Zeros) vuelvo a darle vueltas a mi cabeza a una idea que me lleva persiguiendo desde Japón. ¿Qué significa "hogar"? ¿Qué es un hogar? ¿Qué es sentirse en casa? ¿Dónde está la "casa" de uno? ¿Es una casa de verdad, un espacio físico y geográfico particular, o es algo totalmente distinto? Sigo explorando el asunto...sin llegar a demasiadas conclusiones, la verdad.

Os voy a contar una cosa que me pasó ayer. Ayer fue un día muy largo, el último día de exámenes en la universidad. Tocaban los exámenes orales, y en mi afán por hacer la entrevista oral similar a los DELE, aquello se hizo eterno. 6 horas dictando, corrigiendo y entrevistando a alumnos...Sin parar de hablar. Menos mal que no estaba sola y la profesora Bhattarcharya me ayudó sobre todo con las cuatro últimas entrevistas y el último dictado, porque no podía hablar más. Total, que llegué a casa a las 6, loca por una ducha y un café. 

Mientras iba a la cocina a hacerme el café, me crucé con Shibu, uno de los conserjes de la residencia. Es el más hablador, aunque, por ¿desgracia?, no habla inglés, pero me mezcla bengalí e hindi a ver como entiendo yo mejor (lo que provoca que a veces no sepa en qué idioma me habla aunque le entienda, por mucho que yo crea que siempre le contesto en "mi bengalí"....). Como siempre que voy a hacer té o café, le pregunté si quería él también, y como siempre, me dijo que sí, "un poquito". Después nos fuimos a la oficina, para tomar el café juntos y charlar viendo la tele. Vimos unos programas en plan Videos de primera, parte de una película hindi, de otra serie americana de ciencia-ficción, y al indio Visvanath Anand recibiendo su premio por ganar el campeonato mundial de ajedrez (yo le decía que este indio vive en España). 

Entonces me preguntó si Clo, mi ahora ex-compañera francesa (ya se marchó, hace tres semanas), iba a volver, y yo le dije que no, que iba a venir otra chica. Siguió preguntándome si yo me iba a quedar, y le dije que sí. ¿Cuántos años más? ¿5 años? No, no, de momento un año solo, a lo mejor dos, como la anterior lectora, María. 
- Sí, María se quedó 3 años. Luego viniste tú. ¿Eres familia de María?
- No, no. (he debido de responder a esta pregunta 100 veces...)
- Cuando te vi la primera vez pensé que eras su hermana pequeña
- ¿En serio? Jaja, no, no, yo no tengo hermanos ni hermanas. ¿Por qué?
- Tenéis el mismo corte de pelo.
- Jaja, es que está de moda en España
- Ah, pues después estará de moda en India... (esto no lo entendí muy bien, pero creo que quería decir esto...). Pero una cosa es muy mala, ahora estás unos años en India, y luego ¿a dónde vas a ir? ¿Vas a volver a España?
- Mmmm...no sé...
- Tienes que quedarte en un lugar, ¿no? Es mejor. No es bueno estar siempre yendo de un lado a otro. ¿Por qué no te enamoras de un indio, hacéis un love marriage (opuesto al "arrange marriage", el típico aquí) y te quedas en India?
-  JAJAJAJAJA (ejem....)

Quitando el tema de la boda (del que hablaré otro día, porque es algo que siempre está en boca de los indios - casi todos -), me chocó que me dijera que es malo estar moviéndose de un lado a otro y que hay que establecerse en algún sitio alguna vez. En realidad, no "alguna vez", sino más pronto que tarde. A veces Shibu me recuerda a mi madre (sí, guapa, esto también me lo dices tú). 

A veces España e India parecen que son países vecinos. 

Esto que me dice mi madre, que me dice Shibu, ¿es verdad? ¿Es malo andar de un lado para el otro constantemente? 6 años allí, 1 allá, 2 acá...¿y después? ¿Puede la cadena de viajes terminar tan fácilmente? ¿O es imparable? A veces me imagino viviendo muchos años aquí, y me pregunto si no me aburriría, si no haría alguna locura para marcharme a otro lugar. ¿Hay un límite de lugares a los que uno puede saltar? ¿Habrá un momento en el que algo en mí diga "basta" y me quede allí donde esté?  Y si no lo hay, ¿qué pasará? ¿Cómo será mi vida?

Bueno, creo que lo tendré que averiguar por experiencia propia. Porque, tal y como están las cosas, parece que lo que me queda es seguir volando.

Ah, os paso la canción de Edward Sharpe que está girando en mi cabeza, y que ha inspirado la idea para esta entrada:


Cuantas preguntas en esta entrada. Mmmm...

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