Cuando vivía en Japón,
era un poco complicado entenderme con la gente. Sí, sabía algo de
inglés y algo de japonés, pero no tenía facilidad para pensar en
estas lenguas cuando llegué. Mi inglés era algo mejor, pero muy
funcional...lleno de errores. Todavía recuerdo cuando era incapaz de
decidir si era “she” o “he “ o “his” o “her”, y
cambiaba de referente en una misma frase, además del típico “people is” y mis dobles pasados “I didn't knew”...No es que no
supiera las normas gramaticales: las sabía bien. Me ponías un
examen de inglés por escrito y jamás cometería esos errores. Pero
una cosa es escribir, cuando tienes tiempo para pensar qué estás
escribiendo (y puedes borrar, y nadie lo ve), y otra muy distinta,
hablar, donde no hay tiempo de ensayar, ni de pensar si lo que dices
es correcto gramaticalmente, ni de borrar, porque nunca se borra, el
error ya está hecho, dicho y oído.
Aprendí inglés (¡qué
remedio!) porque si no no había manera de establecer comunicación
con los demás alumnos extranjeros. ¿Cómo iba a comunicarme con mis
compañeros de residencia o de clase, si ninguno de ellos hablaba
español?
La necesidad de
comunicarme fue lo que hizo que aprendiera inglés. Quiero decir, que
aprendiera a HABLAR inglés.
Y japonés, bueno, no
tenía tanto contacto con japoneses (por otros problemas no tanto
comunicativos, que también, sino culturales...), así que aunque mi
japonés mejoró muchísimo, mejoró sobre todo mi comprensión y mi
lectura. Si no quería perderme en el país y estar aparte, tenía
que aprender a entender lo que me decía la gente, el vendedor, el
dependiente de la tienda, la voz en el metro, la mujer del banco. Y a
leer, a leer los signos en la calle, las letras rápidas en los
programas de televisión (menos mal que estaban ahí), los carteles
en el metro, los anuncios, los envases de comida, los folletos con
las ofertas de las grandes superficies....Gracias a dios (a un dios
japonés, sin duda), tenía mi 電子辞書,
mi diccionario electrónico que reconocía los kanji...
Pero
mientras que con inglés, que era un idioma en el que me comunicaba
diariamente, como tenía una base fuerte, gané la fluidez que me faltaba, con el
japonés – que lo usaba diariamente, pero menos y no para una
comunicación directa – tenía que prestar mucha atención.
Escuchar varias veces. Leer con calma. Apuntarlo todo en una libreta.
Usar el 電子辞書.
Sin esa atención, estaba perdida. Y cuando el mensaje era demasiado
rápido para mí, y no podía entender, me frustraba.
Era
muy frustrante estar en un país, aprendiendo la lengua, y sentirme
perdida, aparte del resto del mundo. Mientras que para ellos el
japonés es el idioma natural, están cómodos comunicándose en él,
y conocen las reglas del lugar y de la interacción social, yo no. Ni
yo, ni casi ninguno (por no decir ninguno, voy a dejar el beneficio
de la duda a algunos afortunados) de los estudiantes internacionales
de la universidad. Por eso nos pasábamos el tiempo juntos, en
inglés. Ahí, en inglés, aunque viniendo de diferentes culturas,
todos estábamos en comunicación, y nos sentíamos conectados,
miembros de un mismo grupo: el grupo de los estudiantes
internacionales de Kansai Gaidai. Y considerando que nuestra familia y
amigos estaban a miles y miles de kilómetros de distancia, formar
parte de ese grupo era importante. Aliviaba la soledad y las
dificultades de vivir tan lejos, de no entender nada, la frustración.
Ahora,
otra vez, estoy en otro país, experimentando una cosa parecida. Pero
distinta. Porque aquí no pertenezco a ningún grupo. El único grupo
al que aspiro es al “grupo de estudiantes y profesores de español
en Calcuta”. Pero los miembros de este grupo comparten un mismo
idioma que no es el español, sino el bengalí, que yo no entiendo. Y
además, pertenecen a otro grupo más grande: el grupo de “bengalíes
en Calcuta”, que es enorme. Además de a su círculo de amistades y
su familia. Y todos esos grupos funcionan en bengalí.
Por
eso mi dedicación a aprender bengalí: para formar parte del grupo.
Pero no es fácil, y el camino está lleno de frustración, mucha más
frustración que en Japón. Allí, al menos, tenía mi
grupo de “estudiantes internacionales”, funcionando en inglés, donde tenía mi refugio.
Como dije antes, aquí no tengo grupo. Es como estar en Japón pero
sin el apoyo de los estudiantes internacionales, y sin conocimiento
alguno de la lengua nativa: como intentar entrar en el grupo de
japoneses directamente, sola, y sin saber japonés ni las reglas de la interacción social. Cámbiese japonés
por bengalí.
¿Qué
por qué no me busco otro grupo, un grupo de “internacionales”,
que funcione en inglés? Pues por dos razones muy sencillas: 1, no
hay, y 2, aunque hubiera, no quiero.
¿Qué por qué me quejo entonces? Pues....porque es muy
frustrante.
Y
no quiero porque justamente por entrar en el grupo de
“internacionales”, no aprendí tanto japonés ni tanto sobre
Japón como podría haber aprendido. No me acabé de meter en la
cultura. Si, volví a mi casa haciendo reverencias, diciendo “hai”
en lugar de “sí”, siendo superamable y pidiendo todo de la
manera más indirecta posible, levantándome a las 6 de la mañana
para desayunar con té verde y comiendo fideos de soba todo el tiempo
con palillos. Si me hubiera quedado un año más, me habría empapado
más de la cultura japonesa y la habría entendido mejor. Pero no fue
así. Lo que pasó fue que mi inglés mejoró mucho, y que conocí a
gente de muchos países, que también es algo fantástico, pero no
fue lo que fui a buscar.
Vivo
en India. No es un año de estudios, sabiendo que luego voy a volver
a España. No, yo vivo aquí, en Calcuta, y si voy a volver a España
o no, o si me voy a marchar a Zimbwawe, pues no lo sé. No hay fecha
límite a la vista. Por eso veo mi estancia aquí desde una
perspectiva distinta: la perspectiva de la supervivencia. Tengo que
introducirme en la cultura, en el grupo, o sí o sí. No hacerlo
sería un suicidio, alienarme para el resto de los X años que me
quedan aquí.
Pero,
¿no dices que hay un grupo de estudiantes y profesores de español?
Ellos hablan español, ¿no? Entonces, tiene que ser fácil, ¿no?
A
primera vista, sí. Pero en cuanto estás con parte del grupo (más
de uno o dos), inmediatamente, el bengalí va a aparecer. Es normal.
Comparten una lengua, ¿por qué no van a usarla? Es una estrategia
comunicativa natural, la más natural de todas: usar la lengua
materna. ¿Se dan cuenta de que no entiendo nada de lo que están
diciendo? ¿Se dan cuenta de la frustración que provoca querer
entender y hablar y no poder hacerlo porque tienes un bloqueo por
tanto deseo? ¿Se dan cuenta de que así me ponen inmediatamente
fuera el grupo, aparte? Y si se dan cuenta, ¿debería importarles?
A
lo mejor, la respuesta a todas esas preguntas, es no.
¿Qué puedes hacer entonces? De momento, ver Nayok tantas veces como pueda hasta entender los diálogos...
4 comentarios:
Mucho animo. Seguro que lo consigues.
De todos modos para aquellos momentos que necesites un poco de relax, ahí tienes algunos expat dispuestos a charlar un rato.
Gracias por la invitación, mhernaez, pero vas a tener que dejarme algo más de información, porque sino, como voy a contactar contigo?
No consigo saber como te puedo enviar un mensaje privado. Pero, si te acuerdas, estuve en Febrero por aquí. Cuando tenías que dar la charla sobre España a tus alumnos. Estuvimos cenando en "Ice&FIre". Puedes usar mi nombre de usuario con gmail para contactarme.
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