Porque últimamente me siento así:
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas! ...
¿Adònde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
—La tarde cayendo está—.
«En el corazòn tenía
la espina de una pasiòn;
logré arrancármela un día,
ya no siento el corazòn.»
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:
«Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazòn clavada.»
1 comentario:
Hay que recordar otro verso de Machado popularizado por Serrat: Caminante no hay camino, se hace camino al andar.Golpe a golpe, verso a verso.
Caminante no hay camino y al echar la vista atrás se ve la senda que nunca has de volver a pisar.
Besos
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