Going Goa

Este mes de mayo ha sido mi último mes trabajando en Bangalore. Después de unas agotadoras clases intentando enseñar los pasados en español de una manera amena y sin asustar a mis alumnos (cosa que conseguí a medias), necesitaba un descanso urgentemente. Unas vacaciones, las primeras (Coorg no cuenta realmente) en los cinco meses que estuve allí. Las primeras y únicas, vaya. ¿Y qué mejor sitio que la playita y el relax de no hacer nada por tres días? Pues eso es Goa.

Goa fue colonia portuguesa durante muchos años, y eso se nota en la cultura que se ve, en la vida que se respira allí. Es muchísimo mas tranquila que Bangalore, la gente está más relajada. Además, es una región que vive del turismo de las playas, así que la gente tiene una vida sencilla con pequeños negocios como hotelillos, restaurantes, tiendas, bares,...No hay grandes empresas ni grandes multinacionales (bueno, alguna habrá, pero no es la norma) y las ciudades son más bien pueblos grandecillos.

Así que allí fui con unos amigos, en un viaje de 11 horas en autobús. ¡Y eso que queda cerca! Después de toda la noche durmiendo, llegamos por fin a Panjim, la capital de Goa. Llegamos para irnos, la verdad, pues solo era el alto en el camino para desayunar y confirmar los billetes de vuelta. En cuanto pudimos, nos subimos al primer autobús que nos llevaba al norte, a las playas de Calangute, Baga y Anjuna. Estas playas al norte de Panjim son las más turísticas y comerciales, pero gracias a dios fuimos en temporada baja (en verano hace muuuucho calor). Había muchos turistas de todos modos, pero sobre todo indios. Extranjeros, menos. Y no me quiero imaginar lo que debe ser Goa en temporada alta: un puro agobio de gente y motos. Muchos locales, hoteles y restaurantes ganan tanto dinero en temporada alta que se pueden permitir cerrar durante toda su temporada baja. Imaginaos. Así que al menos disfrutamos de playas y hoteles sin aglomeraciones, carreteras vacías (a veces podía no ver gente a mi alrededor!! impensable en India!), y precios reducidos.

Quizá por eso me gustó tanto Goa: porque necesitaba unas vacaciones relajantes sin agobios, y eso fue lo que encontré en Goa. Mucho calor combatido con cerveza fresquita, dejando atrás los ruidos de los rickshaw y las aglomeraciones y el polvo y el humo de la ciudad. Yo no soy de playa, pero en Goa, fuimos los tres días que pasamos allí. Hasta me bañe con ropa y todo (ya que no puedes ponerte bañador en cualquier playa, y menos cuando lo que más abunda son turistas indios...), una experiencia totalmente nueva.

Así que a todos vosotros que estéis cansados de la ciudad y del trabajo, os recomiendo que os paséis al menos tres días en Goa para recargar las pilas. Ah, eso sí, sólo si sabéis montar en moto. Sino, no vale la pena ir, la verdad....te pierdes demasiados lugares y la emoción de perderse por las carreteras a ver que encontramos.

Un par de fotillos para animaros a ir:

Trabajando en el instituto

Todavía no he puesto ninguna foto del instituto ni de las aulas donde doy clase. Pero eso lo voy a solucionar ahora mismo. El otro día nos estuvimos sacando fotos Marisella y yo, un poco como despedida, de mi parte, del aula donde he dado casi todas mis clases y que he decorado con todo tipo de cartelitos referentes al español. Tenía más en otra clase, fuera, pero la lluvia los ha destruido...Menos mal que quedan estos (y algunos más que andan fuera todavía, en la entrada)

Indian Ocean

Viviendo Bangalore

India es un famoso destino turísitico, sin duda, pero no toda India. Hay lugares, como Bangalore, que son simplemente para vivir, no para visitar. Eso ya lo sabía antes de venir, pero la visita de mi padre lo hizo todavía más patente: no sabía a dónde llevarle. ¿Qué hay en Bangalore? Calles, restaurantes, mercados, centros comerciales....¿Monumentos? En realidad, no. Parques, como mucho. Pero a la vez, eso es lo mejor de esta ciudad: menos turistas y más habitantes. Gente que realmente vive su vida aquí, no extranjeros que están de paso unos días.
¿Y qué hace una en una ciudad en la que vive? Pues quedar con amigos, ir a comer o cenar fuera, ir de compras, ir a conciertos, al cine....Todavía no he ido al cine, pero está en la lista. Ir de compras he ido miles de veces: me sé Commercial Street de arriba abajo, y a pesar de lo laberíntico que es, no me pierdo. Ya tengo mis tiendas fijas. En una de ellas, ME RECONOCEN. Vamos, que me estoy convirtiendo en una habitante más de esta ciudad.

Pero vayamos paso a paso: los conciertos. Hasta ahora he comentado solo uno, creo, el casi concierto de Bryan Adams, pero además he ido a ver un grupo de rock fusión indio, Indian Ocean, al parecer un grupo clásico, de los primeros que hicieron rock aquí. Fui con un grupo de alumnos, los del primer curso básico que terminé. Y hace unas semanas fui con Marisella, mi nueva compañera de piso y profe del instituto, a ver tocar el grupo de un alumno mío: Blues before sunrise. Los dos conciertos fueron en el Hard Rock Café de Bangalore, y los dos, a pesar de que fueron bastante diferentes, me encantaron.

En Indian Ocean, la fusión entre rock y música tradicional, con canciones en hindi, tenía un toque especial, muy interesante. El local estaba a rebosar de gente cantando y saltando. En Blues before sunrise, el grupo estaba formado por chicos jóvenes, de mi edad más o menos, tocaban canciones clásicas de rock y blues americano, y claro, era todo en inglés. Había menos gente, pero muchos entusiastas y amigos de los músicos, como yo, y la verdad, es que me sorprendió lo buenos que eran.

Unas cuantas fotos y videos como ilustración:

Indian Ocean

Antes del concierto de Blues before sunrise, Marisella y yo nos fuimos a Mocha, una cafetería estupenda donde hay una gran variedad de cafés y batidos, con una carta de comida estilo occidental bien maja y variada (también hay cosas indias, pero abunda lo italiano, o al menos, algo en estilo italiano). De momento sólo he probado ensaladas allí, y están bien buenas! Además, el local es precioso:

Blues Before Sunrise