viernes, octubre 07, 2011

Delhi II

Lee antes mi entrada sobre Delhi I

En Chandni Chowk Market me pasó también una anécdota digna de recordar. Por allí pululaba yo, perdida entre las calles, observando todo a mi alrededor, cuando una familia punjabi (reconocible por la ropa) me paró y me preguntó, en inglés eso sí, dónde había una tienda de dupattas. Esto...no, no me he puesto morena todavía y por mucho que vista salwar kameez, se ve a leguas que no soy india (a no ser que esté oscuro, cuando no se ve el color de piel...aunque mi peinado me delata: aquí nadie lleva flequillo). Tal vez pensaron que debía ser una extranjera que llevaba mucho tiempo en Delhi. El caso es que justo un minuto antes había pasado por una tienda de dupattas y me había parado a mirar...así que tuve la suerte de poder indicarles donde había una. Sí que les debí parecer que llevaba tiempo en Delhi, jeje.

Pero lo malo de Delhi, además de los precios y la agresividad de algunas personas, es el clima. ¡OH, CALOR! Y yo me quejaba de Kolkata...después de las 12 el calor era insoportable y huí hacia el metro y el hotel, de donde no salí hasta las 4: no quería morir achicharrada. Me pegué otra ducha y volví a salir, esta vez hacia Karol Bagh: el mercado para ropa de la clase media. 

En el metro, tras pasar un templo con una estatua de Hanuman (el dios mono) gigantesca, y tras pasar también una Ramakrishna Mission (y yo que pensaba, tonta de mí, que sólo estaban en Kolkata) -nota: no confundir con los Harekrishna, que esos son otros....- llegué a Karol Bagh, donde enseguida se veía que la gente era diferente. En Chandni Chowk había también gente de clase media, pero casi todos iban vestidos con salwar kameez o sari, ropas más tradicionales: en Karol Bagh, la mayor parte de las chicas, especialmente las más jóvenes, iban con vaqueros y camiseta. Además, sobre todo se vendía ropa, telas, bolsos y joyería. Yo iba en busca de uan tienda que tenía anunciado descuentos en internet, pero antes de llegar a ella me encontré en un callejón con una tienda con telas para salwar kameez con un 40% de descuento, y para qué seguir andando....Tras mucho hablar con los dos dependientes, uno de ellos por fin entendió qué estilo de telas me gustan (nada de brillos ni colores llamativos ni piedritas ni estampados florales), y encontró dos conjuntos estupendos. Bueno, en realidad tres conjuntos estupendos: había uno azul oscuro con bordados pequeños en negro, con pantalón negro a juego y un dupatta a dos colores del que me enamoré, pero por desgracia, tenía bastantes defectillos y estaba sucio y como no me lo rebajaba, lo dejé allí. A cambio me llevé un conjunto azul turquesa y rojo con unos pequeños detalles impresos en forma de lágrima, y otro negro, blanco y rojo.


Después de las compras, seguí paseando sin rumbo y me topé con una tienda a rebosar de gente. ¿Qué sería? Pues nada más y nada menos que una tienda de chaats, los deliciosos snacks indios. Chaats y dulces. La tienda se extendía hasta la mitad de la calle, ya que estaban cocinando continuamente de manera que nunca faltaba de nada.

Cualquier cosa con 100% Pure Ghee garantiza un sabor maravilloso, y un montón de deliciosas calorías...

Algunas cosas las reconocía: esto es onion pakora, esto es aloo tikki, esto son simples patatas fritas, esto son puri con channa (garbanzos)...pero había unas extrañas bolitas fritas pero blanditas que un hombre aplastaba de dos en dos para quitarles agua, y las colocaba ordenadamente en una bandeja con yogurt. ¿Qué será?, me preguntaba. Y le pregunté, pero el tío ni casi. Así que me fui a la caja y allí volví a preguntar: eso es dahi vada. 

Los vadas rodeando el borde de la fuente con yogur (dahi)

¿Dahi vada? ¿QUÉEE? Acostumbrada al dahi vada del sur, este no tenía nada que ver. En el sur tiene pinta de donuts de cubierta crujientita, salado, el yogur está diluido y lo sirven con un masala y unas bolitas crujientes (bundi). estas eran unas bolas deformes y blanduchas. Tenía que probarlo. 60 rupias (un poco un robo), por dos bolitas en un platazo lleno de yogur, con masala y una salsa roja dulce, y hasta rodajas de plátano. Las bolitas, echas de harina de arroz, tenían no sólo chili, como el vada al que estoy acostumbrada, sino también guisantes y cebolla. Delicioso. Delicioso y saciante. Me lo zampé enseguida y no dudé en sacarle alguna foto.


Esto fue lo que me llamó la atención, la cocina en la calle pero en el restaurante a la vez

Delhi Dahi Vada

La verdad es que la comida el Delhi está buena.

Después dos de los profes de español me llamaron: estaban en Pahar Ganj, el mercado para turistas y la zona de hoteles para mochileros, pero que también es un lugar estupendo para relajarse, encontrar restaurantes con comida india o internacional a buen precio y como se dice en inglés, to hang out. Mi plan era ir allí al día siguiente, pero no pude resistirme y fui esa misma noche. Nos fuimos a un hostal con restaurante y cafetería en el último piso, una terraza desde la que puedes ver el paisaje nocturno de Delhi. Una maravilla de lugar. Me recordó un poco a Goa, por el ambiente relajado, las mesitas, los turistas y la comida israelí en el menú.

Pero los demás estaban en casa de uno de los profes de Delhi y allá fuimos, en un rickshaw cuyo conductor dijo conocer el camino pero no, que se perdió y dió mil vueltas, enfadado porque estaba perdiendo dinero...Al final dimos con el sitio, en un completo residencial estupendo, muy tranquilo. Dos noches completas hablando español, discutiendo sobre el español en India, las clases, las infraestructuras, los problemas...ha sido estupendo poner en común tantas cosas!

Muerta de sueño, volví al hotel para dormir antes de dejarlo al día siguiente. Al final volví a Pahar Ganj, a desayunar en la misma terracita, porque tenía un desayuno con café y yogur con cereales y fruta que me apetecía un montón. Y era el lugar más tranquilo de Delhi que habái visto hasta entonces. Después de darme una vuelta por el mercadillo, una trampa para turistas (ahora que si supieran los vendedores que en Goa venden las mismas cosas por el triple...no compré nada pero me hacía gracia preguntar por los precios porque estaban tirados y seguramente seguían ganando dinero, cuánto cobrará el que hace esas cosas...), volví a Connaught Place y me dí una última vuelta muerta de calor antes de coger un taxi al aeropuerto.

El aeropuerto de Delhi es también otro mundo. Modernísimo. No sé cuántos años tiene, pero indudablemente, muchos menos que el Calcuta, que casi parece del tiempo del Raj Británico...jajaja. Al aeropuerto de Delhi, al menos a la terminal de vuelos domésticos, sólo le falta una cosa: una tienda en la que vendan postales!! Encontrar postales aquí en India se está convirtiendo en una misión imposible.



Al final llegué al aeropuerto prontísimo: yo pensaba que habría problemas de tráfico y en medio hora ya estaba en la terminal. Tenía 4 horas por delante, en las que me dediqué a dormir, que me hacía falta. En cuanto encontré un asiento libre (deberían poner más asientos, la verdad), me senté y me dormí con los pies apoyados en la mochila. Desperté a tiempo para facturarla y pasar seguridad, tomarme un heladito, encontrarme de pura casualidad con otro profe de español volviendo a su ciudad, y subirme al avión. 

Lo peor fue llegar a Calcuta. Estaba cansada, me dolía el estómago y tuve que esperar más de una hora en la cola para contratar un taxi de prepago, porque todos los vuelos llegan de noche. Un horror. Menos mal que los dos indios detrás mía hablaban entre sí en inglés y me entrenía un poco escuchándoles. Después hicimos los tres conversación con otro indio que resultó ser músico y haber estado en Barcelona...Es sorprendente la cantidad de indios que han estado en Madrid o Barcelona en algún momento.

Y después de la cola, otra aventura: cruzar Kolkata de noche en Durga Puja, que viene a ser el festival religioso más improtante de la región. son 9 noches de fiesta, con estatuas de la diosa Durga y sus hijos en grande por toda la ciudad (como si de belenes navideños gigantes se tratara), que la gente visita a pie, uno tras otro, mientras suena la música, se quema incienso, se come por la calle, se habla y se disfruta del ambiente de una ciudad totalmente iluminada por millones de bombillas de colores. Es una pasada de la que hablaré en una próxima entrada.

Las luces de la ciudad desde el taxi

El caso es que el taxista era un listillo, no hablaba inglés pero entre hindi y bengali conseguimos entendernos un poco. Tenía mucha labia y quería conversación, que llegó al punto surrealista de preguntarme si estaba casada, que él estaba soltero...yo le dije que estaba prometida para zanjar el asunto, pero entonces empezó a preguntarme cómo era el novio, al final acabé contándole que tenía un novio bengalí que trabajaba en un call center y que me casaría el año que viene...Al menos practiqué bengali. Me dejó en la puerta del campus sin problema, pero una hora después (a esto que ya era la 1.30 de la madrugada) y eso sí, pidiéndome más dinero por Durga Puja, a lo que yo le di 30 rupias y el tipo que me pedía cien. Yo le dije que no tenía pasta que era estudiante, y entonces rebajó a 50, pero nada, se quedó con las 30 y punto. 

En cuanto llegué me pegué otra ducha y me tiré en la cama para quedarme profundamente dormida, y descansar por fin, hasta el mediodía del día siguiente, ¡¡lista para disfrutar de Durga Puja!!

6 comentarios:

Erika dijo...

Hola, estaba leyendo tu blog y me parece muy interesante.Yo soy de Perú y también soy docente, el caso es que el año pasado viaje a la India y tienes mucha razón cuando dices que la India te encanta y no vez cuando volver, pues eso me pasa, he estado buscando trabajo de profesora de español intentando con algunos institutos pero hasta el momento no he tenido suerte, supongo que con paciencia y perseverancia lograré encontrar un trabajo alla pero mientras encuentro un trabajo estoy planeando viajar este fin de año a la India, estoy segura que será otra experiencia inolvidable por que se muy bien que allá cada ciudad es diferente.
Algo que me gusto mucho leer y me hizo recordar mis días en India fueron tus publicaciones sobre Delhi, cuando llegue a Delhi sentí lo mismo,algo asustada al comienzo ya que hay mucha gente y el tráfico no es de envidiar, pero al final Delhi tiene también su encanto, si regresas por Delhi te recomiendo un restaurante con toques latinoamericanos se llama "Pollo Campero" si quieres luego te paso la dirección.
Bueno espero poder conversar contigo, seria muy entretenido e interesante intercambiar opiniones sobre ese hermoso país.
Cuidate mucho. Suerte y a ver si comes un Rasmalai por mi jeje los adoro.

Indispania dijo...

Muchas gracias por tu comentario. No deja de sorprenderme la de gente a la que llega mi blog, aunque parece que nadie comenta, ya he recibido mensajes del otro lado del Atlántico y me encanta. ¡Muchas gracias!

Todavía no sé qué tiene la India, pero sin duda tiene un algo que acaba por enganchar a la gente. Se podría hacer una tesis doctoral sobre eso, seguramente.

Espero que tengas suerte en tu búsuqeda de trabajo en India. No es fácil pero algo hay. A lo mejor es más sencillo en un call center que en la docencia, eso sí, pero si uno busca al final encuentra.

Chica, un rasmalai por ti! Si este fin de año cuando vengas a India te pasas por Calcuta, no dudes en decírmelo.

Cuídate!

Erika dijo...

Como veras tu blog si llega a bastantes personas y estoy segura que a todos nos parece super interesante.

Estoy de acuerdo contigo cuando dices que se puede hacer una tesis doctoral sobre el "encanto de India", India te deja marcada.

Espero pronto puedas disfrutar de un riquisimo Rasmalai, es una de las cosas que más extraño de la India.
Si a fines de año viajo a la India iré por Raipur y se encuentra cerca de Calcuta así que podria pasarme por ahí. =D

Ojala podamos seguir en contacto, para cualquier cosa mi correo es: erika.najar.c@gmail.com

Cuidate y suerte

Berta dijo...

Hola, !cuánto tiempo hace que no te comento nada!. Esta temporada dispongo de menos tiempo pero de vez en cuando leo tu blog, que lo sepas.
Todo parece superinteresante y exótico. La foto de la ropa me encanta.
Un superbeso.

Yolanda dijo...

Hola , acabo de encontrar tu blog por aquí , somos un@s cuant@s que , buscando " ir a India " te encontramos. Estuve en India hace algún tiempo y pensé en volver en breve, pero por circunstancias de la vida lo postpuse...dejé en Kolkata a personas muy queridas , indias, a aquien les debo hospitalidad y cariño . Ahora podría volver , de hecho , siempre pude,pero no sé me ocurre qué poder hacer allí ... soy prejubilada , intento pensar qué poder hacer en India , dónde , pero parace que no sale ... me gustaría me contaras de tu trabajo , cómo llegaste ahí , de verdad que me gustaría volver pero, esta vez, con la intención de quedarme una temporadilla larga, más , con los acontecimientos que están convulsionando Europa ... sé que allí, la " crisis " es otra cosa, pero los que hemos salido antes fuera , sin dejar de querer el lugar de donde venimos, queremos irnos a algún lugar donde las cosas se valoren más que aquí.
Un Abrazo desde Asturias
Yolanda

Indispania dijo...

Hola Yolanda, gracias por animarte a comentar mi blog, siempre me gusta leer a la gente que me lee!
La India engancha a todos los que la visitan, incluso a los que tras el primer viaje dicen que no les gusta...al final, vuelven.
Mira, si quieres venir a India, hay muchas posibilidades en ONG's, hay montones. En Calcuta son incontables, y muchas están llevadas por españoles. Escríbeme tu email si puedes (luego borraré el comentario si no quieres que tu email esté en la web, lo cual es muy comprensible), y te escribiré más al respecto.

Un abrazo desde India!

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