Lo cierto es que no he podido escribir antes porque estaba currando como nunca. Acabando un curso básico semanal y empezando otro en una empresa. Ahora voy cuatro mañanas a la semana a Infosys, a la Electronic City de Bangalore, un lugar que parece de otro mundo. Al parecer esta empresa tiene negocio con una empresa española y algunos de los empleados pueden viajar a España, y claro, mejor que lo hagan sabiendo español...Y para eso estoy yo. La verdad es que el grupo es encantador, son majísimos...si no hablaran en hindi cada dos por tres riéndose de algo que digo y que les parece gracioso, me caerían mejor. En fin, ya aprenderé. Algunos lo pillan todo a la primera a pesar de que es una lengua muy distinta, y lo mejor es cuando se explican las cosas unos a otros y las entienden. Con alumnos así, el trabajo de una profesora es más sencillo. Un par de ellos ya han estado en España, y parece que otro va a ir próximamente. Eso me hace mucha ilusión, porque realmente estoy enseñando por una razón práctica, y quiero asegurarme de que no van a tener problemas en España cuando vayan.
El sitio donde la empresa está es impresionante. Había visto fotos por internet, pero no hay nada como entrar dentro y comprobarlo. Primero, todo está impecablemente limpio. Los edificios son modernos, acristalados, brillantes. Hay carreteritas que te llevan de edificio en edificio, como si de una mini ciudad se tratara: hay arboledas, fuentes, cafeterías, terrazas, restaurantes....Hay bicicletas a compartir entre todos: tu la coges, te vas a donde quieres ir, y la dejas para que otro la coja. También hay trenecitos eléctricos. Pero lo mejor son los cestos con paraguas que puedes coger y llevarte hasta el próximo cesto, para así cubrirte del sol o de la lluvia, según toque. Una maravilla.
Lo único malo es tener que ir en taxi cada día. Al final pierdo toda la mañana entre ir y venir. Las clases son solo dos horas al día, pero me paso dos horas más dentro del coche, viajando. Eso es lo que me mata. Menos mal que el curso dura poco más de dos meses. Luego lo voy a echar de menos, pero bueno...(no el viaje, pero si la paz mental que te da ver los jardines y las fuentes....)
Aparte de esto, he terminado con mi primer curso: un curso que pillé a medias, cuando Prachi se fue a Dubai, y que dejé cuando volvió, para volver a cogerlo luego y terminar. Eran un grupo majísimo, muy divertido. Ya los echo de menos. El último día, después del examen, me regalaron chocolate. Como todos los grupos hagan lo mismo, ...
El caso es que entre las clases de la semana y las del fin de semana, he estado trabajando trabajando y trabajando. Menos mal que ya se acabó, no pienso volver a repetirlo en la vida. Es como lo de trabajar 9 horas por día los fines de semana. En situaciones de urgencia, vale, pero no como norma general...También hay que vivir y descansar. Así que esta semana he compensado yéndome a pasear por la ciudad por las tardes.
El primer día, el lunes, fui a City Market con un turista japonés que conocí el domingo por la mañana. Estaba perdido en Church Street, y al principio pasé de largo, pero luego pensé: "Chica, esta es tu oportunidad de hablar japonés. Ve y dile algo." Y lo hice, y nos fuimos a comer juntos y luego quedamos para el lunes, después de mis clases. Nunca había estado en City Market, pero me parecía un lugar interesante para visitar...y no me equivocaba. Es una locura, un laberinto de calles, tiendas y gente, mucha gente. Es más o menos la idea que uno tiene de India antes de venir, con el barullo, las vacas, la gente, el ruido, los olores. Pasaba el carrito de los ajos (hay miles de carritos ambulantes vendiendo verduras), y olía a ajo; pasaba el de las sandías, y olía a sandía. Luego, las vacas, caminando a su propio ritmo, ajenas a todo lo demás. Los autorickshaw y las motos intentando que te apartes, tocando la bocina, la gente hablando lenguas que no entiendo...La verdad es que estoy deseando volver.
Otro día fui a SP Road, que parece el Akihabara (salvando las distancias) indio: aquí no hay manga, pero sí todos los componentes electrónicos que puedas desear, a precios competitivos: todas las tiendas son pequeñas tiendas familiares que se matan por conseguir clientes. Todo esto aderezado con comida callejera, un templo hindu en medio de la calle, y las consabidas vacas y toros cargando con carros. También probé zumo de caña de azúcar (riquísimo!), y un par de cosas más que no había tomado nunca: bread vada (una especie de sandwich frito) y papdi con chili, además de pani puri (que me encanta). De momento no he tenido ningún problema con la comida callejera, aunque eso sí, suelo ir a sitios que están llenos de clientes indios...me imagino que será cosa de las vacunas que me puse antes de venir. No sé, pero es lo mejor, la comida callejera tiene un sabor especial.
Qué más...Ah, sí, también he estado visitando Koramangala, un barrio que parece un mini pueblo. Donde yo vivo sólo hay centros comerciales, pero allí todo son tiendecitas y gente que se conoce, templos y pisos de viviendas. Y bares y restaurantes. Sólo hay un centro comercial grande, pero lo interesante son las callejuelas, y cómo no, la comida callejera...La verdad es que me gusta mucho ese barrio, como diría Lucía, "tiene onda...." Es diferente de los otros sitios donde he estado hasta ahora, sin duda.
Y hoy toca Malleswaran, al noroeste de Bangalore, que es uno de los barrios más antiguos de la ciudad. Al parecer hay un mercado interesante, aunque también está el centro comercial más grande del sureste asiático allí, además de varios templos y el último rincón enteramente kannadiga, es decir, típicamente nativo, de Bangalore (hay muchísima gente de fuera en esta ciudad...). ¡A ver qué tal!
2 comentarios:
Leyre!!
cómo estas? al fin te leo ...!! sorry! espero que puedas descansar mas a partir de ahora...
Me alegro mucho que estés tan contenta con tus alumnos... y qué lindos con el chocolate, no?? :D
un abrazote muy fuerte desde Bcn city!!
se me hace la boca agua al oir chili..... xD
Hola, guapa! Gracias por leer y comentar. Me tienes que contar qué tal te va en Barcelona!! Besos
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