Últimente en mis clases estoy probando a enseñar algo más que la lengua española. Ya lo intentaba hacer antes, "obligando" a mis alumnos a deducir y adivinar del contexto el significado de las cosas (ya que hablo ni una palabra de inglés durante la clase, ni de bangla), intentando que razonaran y usaran el sentido común para entender las cosas por sí mismos, sin esperar a que yo explique todo. Pero ahora estoy intentando llevar esto más allá, probando a enseñar contenidos útiles para su vida real. No contenidos realmente, sino procesos mentales.
Por ejemplo, aprovechando el nuevo año, dedicamos una semana a hablar de los propósitos de año nuevo, de nuestros sueños en el futuro, y de cómo llegar a ellos. Para eso, primero presenté el signficado de "propósitos", como "cosas que quieres hacer", y comentando (gracias a la página de RTVE) cuáles eran los própositos de los españoles para este 2013 (en los que tuvimos una interesante discusión aprendiendo a deducir del contexto implícito el significado de la palabra "crisis" en la frase "salir de la crisis", teniendo en cuenta que esta frase la dicen los españoles en el año 2013... Para aprender una lengua también hay que estar al tanto de la actualidad). Después comentamos qué les parecían esos propósitos de año nuevo. Luego, comentamos la siguiente frase:
"Construimos
el
futuro
con
las
decisiones
que
tomamos
hoy.
Nosotros
decidimos
el
futuro
que
queremos
construir"
El problema, acordaron todos los alumnos, era decidir el futuro que querían. Algunos de ellos lo veían todo muy negro, y no podían imaginarse nada. Así que el siguiente paso fue ayudarles a imaginarse algo. Algo que realmente quisieran hacer y ser. Les puse la música de la banda sonora de Amelie, que es como un cuento de hadas y ayuda a imaginar, les di lápices, goma, colores, una hoja en blanco, y se pusieron a dibujar (con mayor o menor habilidad, eso era irrelevante) el futuro que deseaban, que imaginaban si todo fuera posible, para el 2018. Algunos dibujaron cosas increíbles, totalmente fuera de sus campos de estudio o de su manera de vivir, otros imaginaron cosas más esperables. Para imaginar, tenían la ayuda de tres preguntas: cómo querían ser en el futuro, qué querían hacer en el futuro, y qué querían tener (material o no) en el futuro.
Algunos tardaron como media hora en empezar a dibujar, pero todos acabaron dibujando y coloreando y soñando.
Después de imaginar el futuro y de contárselo a sus compañeros, tenían que pensar en los propósitos que debían hacer este 2013 para en el 2018 llegar a ese futuro que habían imaginado. Los que se lo tomaron más a broma, y se dibujaron, por ejemplo, a sí mismos en una selva de África, fueron consecuentes con lo que habían dibujado y elaboraron sus propósitos de acuerdo a ese futuro dibujado. En general, todos cumplieron muy bien la tarea, y creo que a alguno de ellos les ayudó bastante. Quizá no durante la actividad en sí, pero creo que la idea de imaginar el futuro para planificar qué hacer en el presente para conseguir llegar hasta ahí se ha quedado en su cabeza.
Además de actividades en la clase, estoy a punto de empezar un taller de debate en español, cuya preparación me está enseñando a mí muchísimas cosas en las que no había pensado antes. Espero poder aprenderlas a tiempo antes de que empiecen las clases, o no voy a ser capaz de hacerlo bien. Porque debatir es argumentar y para argumentar, hay que tener las ideas muy claras en la cabeza, hacer las relaciones correctas entre las ideas, de manera que el argumento sea válido y coherente, y además, el handicap de mis alumnos va a ser expresar todo eso en español (cuando tampoco es que todos los nativos sepan). Sin embargo, estoy segura de que aunque no aprendan del todo los marcadores, conectores, organizadores discursivos que son necesarios para hilar coherentemente las ideas, el curso les ayudará a organizar sus pensamientos. Conmigo ya está funcionando.