Al fin un poco de viaje! Este pasado fin de semana, como mi padre ha estado aquí conmigo, pedí mis primeros días libre para poder disfrutar un poco con él de India y ver más cosas que no fueran Bangalore. Así que fuimos a Mysore, una ciudad al sur que antes era la capital de la zona, la capital del reino de Mysore (como se llamaba Karnataka antes).
Lo más importante de Mysore es su palacio, y sus cursos de yoga y aryuveda. Pero no teníamos tiempo para yoga ni medicina india, así que sólo nos pasamos por la parte turística: el palacio y algunos museos.
Salimos tempranísimo de Bangalore, tomando un bus de la compañía de transportes del estado, la KSRTC, con unos precios increíblemente baratos. Vale, los autobuses paran en casi todos los pueblos que se encuentran por el camino, pero van rápido a pesar del mal asfalto y los asientos no son incómodos, y abriendo la ventana un poco ya tienes aire fresquito sin aire acondicionado. Digo esto porque a la vuelta probé un bus "de los buenos", de los caros, con aire acondicionado, asientos grandes, etc., y fue un auténtico infierno.
Total, que tras tres horas de viaje para 140 km, llegamos a Mysore tempranito, listos para buscar un hotel donde dormir esa noche (que encontramos a la primera), y para buscar dónde desayunar un poco antes de ir a ver la ciudad aprovechando que todavía no hacía calor.
Lo primero a lo que fuimos fue al palacio, claro está. Para eso es famoso:
A parte del palacio visitamos un par de museos, ninguno demasiado espectacular en general. El primero era un museo con las cosas que el maharaja de Mysore tenía en su palacio: lo más bonito, unos dibujos estilo persa y la decoración japonesa que tenía en el palacio. Siempre que veía algo que me gustaba, me acercaba a la etiqueta y veía "xxx (según la cosa que fuera) japonesa": una pintura japonesa, una silla japonesa, una vajilla japonesa...
El otro museo era un museo de arte tradicional indio, un museo precioso. Además, tenía una exposición especial con fotos de naturaleza de diversas partes de India, sobre todo del norte (Himalayas, Sikkim, Kashmir), pero también con algunas del sur, como Coorg o Kerala.
Por desgracia, en los museos no se podían sacar fotos, ni tampoco en el palacio. Menos mal que un amigo que había ido al palacio anteriormente sacó allí alguna fotillo de estranjis, como esta:
Por desgracia, estábamos tan cansados después de levantarnos temprano, del viaje en bus, de pasear de un lado a otro, del calor...que por la tarde, mi padre y yo nos fuimos al hotel a descansar y nos quedamos dormidísimos. Luego despertamos, jeje, y nos pusimos a ver la tele en el hotel. Para mí era la primera vez que veía la tele en India. Como en el piso donde estoy no hay televisión, me he pasado cuatro meses sin tele (he echado de menos hacer zapping, lo reconozco), y tenía una curiosidad terrible. Descubrí dos cosas sobre la tele india:
1) Hay miles de canales. Miles. Para todos los gustos, lenguas e intereses. Que no se diga que en India no hay variedad
2) Hay películas por todas partes. El cine aquí, funciona.
Abrumada por la cantidad de canales y la cantidad de lenguas diferentes que no entendía, me divertía cambiando de canal para ver las actuaciones musicales de las películas, o los canales dedicados a música de Bollywood o del cine del sur (es decir, en otras lenguas, no en hindi), y también cambiando para ver anuncios, esta vez en hindi, porque son cortitos, con un lenguaje más o menos sencillo, y podía aprender alguna cosa. Bueno, sólo aprendí a decir "bebe", y "come", por un anuncio de sopas...¡Pero algo es algo!
Con eso y con los libros que estoy siguiendo aquí, y con mis alumnos de Infosys que hablan entre ellos en hindi todo el rato (así tengo input real), algo estoy aprendiendo. Mein hindi sikh rahi hun...