martes, mayo 14, 2013

Caza de brujas en India

Navegando por la red he encontrado esta página de reportajes en video sobre Oriente, en la página de Al Jazeera. La verdad es que los reportajes de esta cadena me parecen fantásticos: son serios, informativos, y explican con detalle. Quizá abusan un poquitín de más de la música con efectos emocionales, pero hasta realizan representaciones con actores si cuentan cosas históricas, y entrevistan a un montón de gente.

Uno de los videos más interesantes (que he encontrado muchos, recomiendo la serie de reportajes dedicada a China, que se llama "China Rising") es este documental sobre la burjería en India, y sus efectos en la población, y cómo algunas personas intentan erradicar estas supersticiones de las aldeas y regiones más rurales, donde se toman esto muy en serio y donde no sólo la persona, sino hasta la familia de una persona acusada de brujería, puede recibir las consecuencias e incluso ser asesinada.


Traduzco el artículo que va con el video:

En partes remotas de India, enfermedades, malas cosechas o simplemente mala suerte son a veces consideradas como una única cosa: el resultado de una maldición.

Los aldeanos suelen consultar a un ohja, un brujo, que creen capaz de deshacer hechizos malignos e identificar a los culpables de echar el mal de ojo. 

Hace dieciséis años, Chhutney Mohato fue desnundada, golpeada y casi asesinada en su pueblo al oeste del estado de Jharkand, por una acusación de brujería. La obligaron a abandonar su casa y todas sus posesiones.

Hoy en día, Mohato dirige una pequeña organización lejos de su pueblo natal que ayuda a mujeres que han tenido la suerte de sobrevivir, como ella sobrevivió, a las acusaciones de brujería. Sin embargo, la mayoría de los acusados no son tan afortunados: normalmente la masa de gente los mata. 

Disputas por la tierra y abusos de poder suelen estar debajo de este tipo de acusaciones - las mujeres y sus familias caen presas de acusaciones falsas, para obligarlos a marcharse y abandonar sus tierras.

En este video, encontramos a mujeres que describen como sus vidas cambiaron totalmente después de ser acusadas de brujería, y también encontramos a algunos de los vecinos acusadores. 

Mientras India se está modernizando y los roles de género van cambiando, algunas de las mujeres perseguidas se rebelan y luchan. Pero, ¿podrán ellas cambiar las creencias tradicionales o sucumbirán a la ignorancia y al abuso de poder?

Soma Chaudhuri, profesor asitente del Departamento de Sociologia y de la Escuela Criminal de Justicia de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, es una experta en este tema y explica: "Una muerte o una serie de eventos desafortunados pueden ser las causas de las acusaciones, pero también se han visto casos en los que el interés personal es el motivo detrás de la acusación."

"Estas comunidades, estas zonas, son muy pobres y hay mucha presión por sobrevivir. Y no lleva mucho tiempo a una comunidad empezar a cotillear y rumorear y formar un grupo en contra de la "bruja". En cierto modo, la caza de brujas se convierte en una manera de liberar el estrés. Vas, erradicas a la mujer culpable o la golpeas, y ya no hay tanto estrés." 

En el video, la profesora Chaudhuri explica algunas de las causas de la caza de brujas así como la escasa actuación del gobierno indio al respecto. 

En India, las acusaciones de brujería son comunes entre los adivasi (los pueblos tribales), aunque también hay denuncias esporádicas entre otras comunidades. Pero mientras las historias en los periódicos sobre cazas de brujas entre adivasis son comunes, rara vez leemos noticias sobre la condena de los acusadores. Esta neligencia refleja al actitud desdeñosa del gobierno indio hacia los problemas de los adivasis, cuyas raíces pueden encontrarse en el pasado y en la antigua estratificación de la sociedad en tribus y castas, cuando los adivasis estaban considerados como más "salvajes" que cualquier otra comunidad. 

Cuando India consiguió la independencia en 1947, los gobernadores británicos fueron reemplazados por una república democrátiva, y las castas más altas empezaron a representar  la capa más "civilizada" de la sociedad, la "clase general" , mientras que los adivasis fueron declarados "Tribus Minoritarias" en la quota de reservas y beneficios de la nueva constitución.

En el papel, ese estatus especial les garantiza ciertos privilegios en cuanto a la educación, el salario, y los servicios sociales, pero en la realidad, los adivasis todavía son tratados por las instituciones gubernamentales como salvajes, incivilizados e incontrolables. Por eso, como se trata de un problema de los "salvajes" e "incorregibles", las cazas de brujería no se ven como una aberración. 

La resultante falta de actuación por parte del gobierno tiene como consecuencia la total ausencia de leyes contra las cazas de brujas. Hasta la fecha, sólo tres estados indios han aprobado leyes que penalizan las cazas: Bihar en el 1999, Jharkand en el 2001 y Chhattisgarh en el 2005. 

Pero, ¿qué se esconde detrás de estas cazas de  brujas?

Algunas de las explicaciones comunes son las disputas sobre la propiedad de la tierra, la política local y epidemias de enfermedades que explotan en conflictos de género contras las mujeres adivasis. Por ejemplo, en Malda, Bengala Occidental, las viudas adivasis son perseguidas como "daini" (brujas) por la familia de sus maridos (nota de Leyre: esto pasaba también entre los no-adivasis, vamos a decir, los indios, antes: se culpaba a la viuda de la muerte de su marido. Por eso, ellas casi preferían seguir la tradición de sati, de quemarse vivas junto a sus maridos, que sufrir el maltrato de su familia política, o ser enviadas a una ashram donde vivirían el resto de sus vidas de formal monacal y repetitiva, marginadas de la sociedad. Hoy en día, esto pasa cada vez menos...pero pasa, y no sólo entre adivasis. Aunque nunca he estuchado la palabra "daini" (bruja) dirigida a una viuda hindu todavía). Las mujeres acusadas normalmente son viudas sin hijos que pueden heredar la tierra de su marido (según las leyes Adivasis), mientras que si ellas mueren la tierra pasaría al familiar masculino más cercano vivo. Al acusarlas de brujería, estos parientes pueden heredar la tierra inmediatamente sin esperar a su muerte. 

De la misma manera, entre los adivasis de Jharkand, la tierra se hereda de padres a hijos, mientras que las mujeres tienen unos derechos limitados a la propiedad de la tierra. Estos derechos limitados son cruciales en las cazas de brujas ya que la tierra que posee una mujer puede pasar a manos de la familia de su marido si son capaces de desacreditarla. 

Y como la importancia de las tierras que tradicionalmente son hogar de los adivasis ha aumentado mucho en los últimos años, debido a que se han encontrado minerales y los bosques podrían aliviar la demanda de madera, hay una mala paxis por parte de las compañias y de los gobiernos locales, que arrebatan a los adivasis los derechos de sus tierras: por esto, la escasez de tierras se ha convertido en un grave problema entre las comunidades adivasis. 

Pero las disputas por la tierra no son la causa de todas las acusaciones. 

Las zonas adivasi de India tiene algunas de las peores infraestructuras sanitarias del país, las peores escuelas: hay una alta tasa de analfabetismo, están marginados de la sociedad general, y la corrupción del gobierno en cuanto al dinero que debería mejorar las infraestructuras médicas, hace que la mayoría de los adivasis confíen en los ojha cuando enferman. Los ojha sirven como mediadores entre los problemas de la gente, doctores de aldea y adivinos. Además, se les ve como líderes religiosos, cercanos a dios, con habilidades especiales y conocimiento único que les permite tener un papel importante en la vida de sus comunidades. 

Estas importantes figuras religiosas, políticas y sociales legitimizan las cazas de brujas, al confirmar a la gente que la brujería es la culpable de la mala suerte. Además, las rencillas dentro de las comunidades facilitan que los aldeanos apoyen las cazas de brujas. 

No sólo las mujeres son el objetivo de las acusaciones, aunque sean la mayoría: cualquier persona, hombre o mujer, vieja o joven, casada o viuda, puede verse un día acusada de brujería. Por eso es importante intentar entender este problema dentro del contexto actual de la cambiante vida de estas comunidades. 

Por ejemplo, Silvia Federici defiende que para entender las cazas de bruajs de la India actual uno tiene que entender cómo la crisis social derivada del liberalismo económico ha transformado, desarraigado y arruinado algunas comunidades, al obligarles a competir por unos recursos limitados. Así, aunque no debemos subestimar la misoginia que hay en estas acusaciones, tampoco podemos olvidar que las instituciones del gobienro así como las instituciones financieras son igualmente responsables del auge de acusaciones de brujería en la India de hoy en día. 

Las cazas de brujas se han convertido en parte de la luca social, en la que las cazas se convierten en una manera en la que los adivasis se enfrentan a la desintegración de sus vida sociales, políticas y económicas. Podemos ver esto entre los trabajadores adivasis de las plantaciones de té en Jaipaiguri, Bengala Occidental, donde existe una constante lucha de clases entre los trabajadores y los propietarios. Para esta gente, cuyas vidas han estado atadas por generaciones y generaciones a la esclavizadora estructura de las plantaciones, las protestas contra la dirección de las empresas puede acabar en la pérdida de su trabajo y en su única fuente de ingresos. Y sin embargo, es más sencillo culpar de sus infortunios a una bruja que al sistema explotador de trabajo.

Y, al no considerar estas acusaciones de brujería como un problema grave de la India moderna, el gobierno del país está permitiendo que se responsabilize a supuestas "brujas" en lugar de buscar a los verdaderos responsables del problema. 

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