lunes, noviembre 03, 2014

Las lenguas de India: del sánscrito al bengalí. (Parte I)

Lenguas indoeuropeas se extienden por los dos continentes entre los que vivo. Paso de un extremo a otro, de la frontera más oriental a la más occidental de los reinos lingüísticos. Cierto, la lengua indoeuropea más occidental es el islandés, pero el gallego también está en el abismo del Océano Atlántico. Por otro lado, el bengalí y el asamés son las lenguas indoeuropeas más orientales. Entre ellas, un amplísimo espectro de lenguas indoeuropeas se despliega, conviviendo con otras familias lingüísticas.

Trazar el origen del bengalí es trazar la historia de India. Desde los habitantes originales del subcontinente pasando por la invasión aria, sin olvidarnos de las invasiones turca, afgana, inglesa, portuguesa, francesa; una intrincada madeja que desenredar.

Pero hay buenas noticias: ya se ha desenredado. Lo hizo Suniti Kumar Chatterjee en su libro The origin and development of Bengali language, que contiene más de 1000 páginas en las que se relata el desarrollo histórico y lingüístico de la India aria, de la India indoeuropea.


Todo empezó hace mucho, mucho tiempo. Seguramente ya habéis oído hablar de la civilización del Valle del Indo, o Harappa, y de la ciudad de Mohenjo-Daro. Y si no habéis oído hablar de ellas, ya podéis ir viendo este vídeo de The Crash Course que explica lo básico. La India de Mohenjo-Daro es una India pre-indoeuropea, y su idioma está todavía sin descrifrar, aunque ya ha habido varios avances gracias a los persistentes intentos de leerlo (de entre los que uno de los más interesantes es, desde mi punto de vista, el de Rajesh Rao que podéis ver en TED Talks). La mayoría de los estudios - aunque no todos - están de acuerdo en que no es una lengua indoeuropea, sino dravídica, familia a la que pertenecen las lenguas que se hablan hoy en día en el sur de la India. A pesar de que todavía no se ha descifrado la lengua de Harappa, hay otras razones, para sostener la hipótesis dravídica:

1) En la zona de la actual Pakistán, se habla aún una lengua dravídica, el brahui, a flote rodeada de lenguas indoeuropeas. Hay otras pequeñas islas de lenguas dravídicas en el norte de India, de habla indoeuropea, cada vez más abundantes a medida que bajamos hacia el sur.

2) Las ideas escritas en los Vedas, sobre todo en el RigVeda, escritos en una lengua indoeuropea, son radicalmente diferentes de las ideas presentadas en los textos dravídicos más antiguos. Los Vedas muestran una perspectiva de la vida y del mundo típica de pueblos conquistadores y guerreros, acostumbrados a pelear, y hablan de caballos, carros, armas, etc. En los restos arqueológicos de la civilización del Valle del Indo, en cambio, no hay restos de caballos ni de carros (no tenían la rueda) ni de armas.

3) Las diferencias étnicas y genéticas entre los indios del norte y los del sur.

4) El sustrato dravídico que existe en las actuales lenguas indias. La compleja gramática de la lengua en que están escritos los Vedas siguió un proceso de simplificación influenciada por las dravídicas (simplificación del sistema temporal verbal, pérdida de las formas modales, y de los modos excepto el indicativo, etc.), y también ciertas modificaciones fonéticas (escasez de consonantes fricativas, presencia de consonantes retroflejas), rasgos típicos de las lenguas dravídicas. Las lenguas indoeuropeas no indias, incluso su más antigua lengua hermana, el avéstico, de la vecina Irán, no muestran esas características.


El mejor mapa lingüístico de India que he encontrado


A las lenguas de India se las llama "Indo-Arias", para diferenciarlas de las lenguas indoeuropeas no indias y de las lenguas indias no indoeuropeas, a partir del nombre común de "ario" que se ha dado a los diferentes pueblos y tribus de lengua y cultura indoeuropea que entraron por oleadas en India vía Mesopotamia (hipótesis que Chatterjee apoya por la similitud de algunos nombres mesopotámicos con palabras indias, las coincidencias entre algunas deidades y mitos, como el del Diluvio Universal, y por las pruebas arqueológicas de objetos Babilónicos encontrados incluso en la India Central). Las lenguas indoeuropeas que hablaban estos primeros grupos de invasores se denominan "Antiguo Indo-Ario" , y es una de estas lenguas la registrada en los Vedas, que por comodidad y a falta de un nombre mejor, se denomina Védico. Entre los cuatro libros de los Vedas hay algunas divergencias, lo que demuestra que los arios no eran un grupo unido que hablaba una sola lengua, sino que había pequeñas diferencias dialectales, como es natural en cualquier territorio amplio con concentraciones de población dispersas.

Las antiguas lenguas indo-arias evolucionaron en las líneas de simplificación que expliqué brevemente arriba, en el punto 4, como se ve en la lengua literaria que se eligió para escribir los Brahmanas, los siguientes textos religiosos y culturales más importantes después de los Vedas. En el territorio conquistado por los arios, que hacia el año 1000 a. C. se extendía desde lo que hoy es Afganistán hasta Bihar - el Aryavarta - se hablaban diferentes variantes de ese Antiguo Indo-Ario en un continuo en el que sólo las lenguas de tierras más cercanas serían claramente inteligibles. Era la lengua literaria (el Védico, la lengua de los Brahmanas) la que los unía de un extremo a otro.

Sin embargo, siguiendo el curso de evolución lingüística natural, las lenguas vernáculas se distanciaban cada vez más y más de aquella lengua literaria en la que se escribía - y también unas de otras. Durante los siglos VII y VI a.C., los sacerdotes y profesores Brahmins y la aristocracia guerrera Ksatriya - es decir, las clases altas - intentaron por todos los medios preservar la pureza de su lengua, marcar claramente la diferencia entre su lengua y las lenguas "vulgares" que hablaba la mayoría de la población. Para ello intentaron acercar sus dialectos al Védico de los antiguos textos, especialmente en cuestiones fonéticas. Esto afectó sobre todo en la zona más oriental, la zona de lo que es hoy Bihar, antes Magadha, puesto que era la más divergente de todas, al estar en la frontera y con una mayor influencia de la población dravídica original, además de otras tribus indígenas, como los Kol. Es decir, que en esta zona había una mayor diferencia entre la lengua ideal que las clases altas querían hablar y mantener, y las lenguas vernáculas y las variaciones dialectales de éstas que hablaba el pueblo llano.

De hecho, estas lenguas orientales estaban estigmatizadas, y se consideraban mejores las lenguas y dialectos del Noroeste (lo que es hoy Afganistán y Pakistán). Prueba de ello es que en las obras de teatro de la época, las clases bajas hablaban en Magadhi, aunque en un dialecto depurado y literario; pero éste nunca era usado por los personajes pertenecientes a clases altas. También se menciona en el Kausitaki Brahmana:

"tasmaad udiicyaam disi pra-jñata-taraa vaag udyata,
udanñca u eeva yanti vaacam siksitum, yoo vaa tata aa
gacchati, tasya vaa susruusanta iti."

"En las tierras del norte el habla es pronunciada con mayor claridad,
y hacia el norte van los hombres a aprender a hablar,
y aquel que vuelve de allí es escuchado por todos."
(traducido por mí al español desde la traducción al inglés, no del original, no os vayáis a pensar)

Además, en la actual Afganistán estaba la antigua región de Gandhara, donde existía una ciudad, Takhsashila, en la que había una famosa universidad, donde se enseñaba en una lengua indo-aria muy cercana al Védico. Allí vivía Panini, el primer intelectual indio que compiló una gramática de la lengua literaria depurada que él mismo estandarizó al escribir su gramática, titulada Astadhyayi, en el siglo V a.C. Panini llamó a esa lengua literaria "samskrta" (construida, refinada), es decir, el sánscrito. Para él, que vivía en la zona más al noroeste, esta lengua literaria era muy cercana a la lengua que hablaba, aunque fuera más depurada, por lo que la llamó también "laukika", es decir, "de la gente". Sin embargo, el siguiente intelectual en escribir una gramática del sánscrito, Patañjali, lo denominó "deva-bhasa", es decir, "lengua de los dioses"; tres siglos después del Panini, en el II a.C.

El sánscrito era la lengua literaria, administrativa y oficial, en la que se escribían los documentos importantes, las inscripciones en piedra que dejaban los reyes, las obras literarias; pero como lengua viva, hablada, sólo se usaba en la corte. Y como toda lengua que se habla, enseguida empezó a mostrar divergencias de unas regiones a otras. Pero, a pesar de todo, era la lengua franca, la lengua en la que se entendían de oeste a este y de norte a sur de Aryavarta. Un poco como fue el latín en Europa en la Edad Media. Todo lo que se escribía se adaptaba a las reglas dictadas por Panini, que se consideraban el "cómo debía ser" la lengua literaria en su perfección. Las canciones, leyendas, cuentos que habían pertenecido a la lengua oral y se registraban por escrito, también se modificaban para acercar su idioma lo más posible al sánscrito prescrito por Panini.

No obstante, algunas formas eran prácticamente imposibles de cambiar y se preservaban tal cual, justificando su presencia en el texto diciendo que "así lo dijeron los sabios (rishis)". Además, las personas que sabían escribir y creaban o transcribían, habían aprendido el sánscrito como una segunda lengua, pero ellos hablaban en su vida diaria sus lenguas vernáculas maternas, algunas ni siquiera indo-europeas, sino dravídicas. Por lo tanto, no podían evitar usar en sánscrito expresiones calcadas de sus lenguas maternas, puesto que su trabajo era, en cierto modo, una traducción. Poco a poco fueron ejerciendo una influencia sobre el sánscrito como lengua, que gracias a ellos no se quedó petrificada en la gramática de Panini, sino que fue evolucionando, cambiado su morfología en favor de raíces provenientes de lenguas vernáculas, aumentando su vocabulario con palabras dravídicas e incluso con préstamos del griego o del persa, alterando su sintaxis, simplificando más y más su sistema verbal.

Estamos ya no en la época del Antiguo Indo-Ario, sino que hemos entrado en la era del Indo-Ario Medio.

Y hasta aquí puedo leer, por ahora.



Nota: No le he puesto - ni le voy a poner - los símbolos diacríticos al sánscrito porque no sé cómo hacerlo. Si algún día descubro cómo conseguirlo de una manera sencilla, los añadiré.

martes, octubre 21, 2014

La soledad, por Rabindranath Tagore

Curiosamente, esta descripción de la soledad que Tagore escribió en su correspondencia, me hace sentirme menos sola.

Shilaidaha
Sábado, 30 de Junio de 1894

Pienso que quizá lo mejor sea lidiar con todos los problemas de una sola vez. Con el tiempo, la soledad cristaliza, y entonces a uno no le apetece romperla nunca - porque una vez que la rompes, aunque sólo sea por un sólo día, volver a unir sus piezas resulta algo muy complicado. Por otro lado, es en los primeros días, en que la mente no puede acomodarse en su nuevo solitario nido, cuando uno puede soportar la compañía de sus amigos. Pero ahora que ya he llenado todo mi tiempo libre con mi imaginación - si alguna persona irrumpiera ahora en mi espacio, tendríamos un problema. La imaginación es tan temerosa como un ciervo; al principio cuesta domesticarla hasta adueñarse de ella, y si otras personas entran en los campos donde corre a sus anchas no la volverás a ver hasta pasado un tiempo. Es por eso que, cuando estoy en este reino despoblado en el que mi mente ocupa mucho más espacio que mi cuerpo, prefiero tener la compañía de gente que sea para mí más querida que mi propia imaginación, o gente a la que no tenga ninguna obligación de prestar atención.  Lo díficil es cuando se trata de una persona que está en el medio de ambas categorías. Este pequeño pedazo de soledad es para mi mente su taller, con toda su maquinaria invisible y los trabajos terminados y sin terminar esparcidos por el suelo - cuando un amigo llega, él no es capaz de verlos, y no se sabe dónde puede pisar; se sienta despreocupado, inconsciente, y empieza alegremente a comentar las últimas noticias de actualidad, rompiendo uno por uno los tenues hilos que había tejido tan cuidadosamente en el telar de mi tiempo libre - cuando lo acompaño a la estación y vuelvo solo a casa, a mi taller, puedo comprobar cuánto he perdido. ¡Cómo puede la gente darse cuenta de que estoy ocupado en componer mi vida! Cuando convivimos con otra persona, cada uno compone a la otra persona - guardamos el espacio suficiente para cada uno, de hecho, guardamos tanto espacio para el otro que casi no queda espacio para nosotros mismos. Pero cuando estoy completamente solo - mi "yo" completo no deja ningún margen para nadie más, sino que se expande y se despliega en sus propias composiciones, disponiendo aquí y allá unas cosas finas y hermosas, sin miedo - esas cosas se convierten, en los momentos en que alguien aparece, en grandes problemas... Hay muchos tipos de conversaciones, muchos tipos de trabajos y muchas clases de discusiones que son insignificantes para otros y muy normales en público - pero muy dañinas para mi vida en soledad. Esto sucede porque cuando estamos solos las partes dispersas, secretas y profundas de nosotros mismos se unen y despiertan - es un poco como ser nosotros mismos, tan extraños y salvajes - en esas circunstancias, el "yo" deja de ser adecuado para la convivencia en sociedad, y su naturaleza adquiere cierta unidad, de manera que cualquier cosa que la rompa nos duele profundamente...


Lo mejor del mundo natural es que no se opone a ti; ya que carece de mente propia, no le importa que la tuya ocupe todo el espacio disponible - como un compañero que realmente me acompaña, ocupa un espacio inmenso pero no me quita ni un centímetro de mi propio espacio - no parlotea como un tonto ni discute como un intelectual; duerme en el regazo del cielo como mi pequeña Meera, que es dulce cuando está tranquila y es dulce incluso cuando mueve sus bracitos y piececitos y aúlla a mi alrededor - sobre todo cuando está cuidada, se la baña, se le da de comer y se la viste sin que nada de ello dependa directamente de mí - entonces ese grande, sano y hermoso niño sin lenguaje ni mente es perfecto para mi soledad. Los hombres de palabras, de intelecto y experiencia son agradables sólo en sociedad. Uno no debería expresar pensamientos tan antisociales como estos, pero si estás receptiva a la emoción con la que los digo, entonces quizá no parezcan tan reprochables.

domingo, octubre 19, 2014

La historia del té en India

Cuando mencionamos la palabra "India", ciertas imágenes surgen en nuestra cabeza, evocaciones inmediatas que se han instalado en nuestra memoria a través de cuentos, documentales, películas y quizá alguna clase de historia. Entre esas imágenes, una será sin duda, el té.


Y sin embargo, no siempre fue así. Este reciente artículo de la página de noticias Scroll.in sobre la historia del té en la India me ha parecido tan interesante que no he podido resistirme a compartirlo con vosotros, no traducido literalmente, sino parafraseado. En el enlace tenéis el original en inglés.

La planta del té es de origen chino, y fueron los británicos quienes, completamente hechizados por la bebida, la importaron a India y empezaron a cultivarla usando mano de obra nativa. Al principio, toda la producción de té se exportaba a Gran Bretaña, así que los indios que la trabajan ni siquiera llegaban a probar el producto. No obstante, llegado cierto momento de crisis económica, al principio del siglo XX, en el que bajó el consumo de té y por lo tanto, su lucrativo negocio de exportación, los británicos miraron a su alrededor en busca de nuevos mercados para el té. Y girando su vista 360º grados, lo encontraron en la inmensidad de India.

Así que empezó una gran campaña de marketing para convencer a los indios para que compraran y consumieran té. No fue fácil. No estaban habituados a aquella mezcla caliente, y muchas voces se alzaron  en contra de aquella bebida colonial. Entre ellas, la de Mahatma Gandhi, quien en 1942 dijo: "En mi opinión, la utilidad del té, si es que tiene alguna, es que es una bebida caliente y dulce que contiene un poco leche. Los mismos efectos se podrían conseguir bebiendo una mezcla de agua caliente con un poco de leche y azúcar." 

Los Británicos fundaron un comité para promover el consumo del té en India, el Indian Tea Market Expansion Board. Diseñaron anuncios especialmente atractivos para el público indio en el que tenían que detallar las instrucciones de uso de aquellas extranjeras hojitas. Para aumentar el consumo de té no sólo regalaron té en ciudades y aldeas a precios irrisorios, sino que tuvieron la feliz idea de poner puestos de té en todas las estaciones de tren y puertos, práctica que se conserva hoy en día. Ni que decir que tuvieron un enorme éxito.

La empresaria hostelera india Priya Paul ha coleccionado y conservado muchos de aquellos anuncios que los británicos diseñaron para promover el té entre los indios. La mayoría de ellos siguen una estrategia muy sencilla: mostrar el beber té como una actividad deseable, que el público tuviera ganas de imitar. Algunos mostraban además el té como si fuera un regalo de los indios a los colonos británicos. Otros, anuncios ya hechos por compañías indias tras la Independencia del país en 1947, presentaban al té como un producto 100% Swadeshi, es decir, 100% indio.

Estos son algunos de los anuncios:





En el artículo original tenéis algunas fotos más.

sábado, octubre 18, 2014

Música made in India (Segunda Parte)

En cualquiera casa que se precie hay un lugar dónde acumulamos todo tipo de objetos. Podría decir que "guardamos", pero no me parece un verbo adecuado porque no implica la desorganización que contiene acumular. Cuando abrimos la puerta de dicho lugar, no es raro que nos caigan encima cajas y cosas que no sabíamos que teníamos, y buscar algo en ellos es una auténtica pesadilla. 

Algo parecido es el panorama musical indio. Buscando no se encuentra nada, pero de repente, plas, te la pegas contra una canción y no hay quien te la despegue de la cabeza.

Peter Cat Recording Company 


son una banda de Nueva Delhi que entre esta ciudad y San Francisco graban sus temas. Han sacado dos discos, disponibles en Bandcamp, Wall of Want y Sinema. Con un sonido "sucio", un toque antiguo y al mismo tiempo muy muy electrónico, son autores de temas tan extraños y fascinantes como este, "Love Demons".


Yo estoy hechizada con esta canción.

The Ska Vengers


Esta banda de Nueva Delhi tiene, como la foto indica, un sonido entre jazz, reggae y local pequeño, que tiene su reclamo en la aterciopelada voz de la cantante, Miss Samara C.

De nuevo, en Bandcamp podemos encontrar sus canciones, además de la típica búsqueda de Youtube. Para ilustrar, os recomiendo este vídeo de la serie Chaiwalla Sessions (que podéis explorar, hay cosillas curiosas) con su canción "Gunshot", que grabaron en las calles de Mumbai, más exactamente en el puesto de té Neelam en Lower Parel:



Polémicos con sus letras (tienen un vídeo que cuestiona a Modi antes de que saliera elegido en las últimas elecciones generales como presidente de India, disponible en Youtube), el también polémico Q (sí, el de la película Tasher Desh, querid@s lectores) les ha dirigido un videoclip.

Plastic Parvati

Bajo este sugestivo nombre se esconde la cantante del grupo Ganesh Talkies, Suyasha Sen (otro pseudónimo más), en su iniciativa en solitario. Personalmente, prefiero sus canciones cortas y electrónicas a la línea general de la banda en la que canta. Tiene de todo, canciones en inglés, en bengalí, noñas, satíricas, no se corta a la hora de colgar en Soundcloud todo lo que le apetece. Siempre acompañada de fotos de gatos.




Sulk Station

Aunque de ellos ya he hablado en mi anterior entrada musical, y por lo tanto, no son ningún inesperado descubrimiento, por fin han sacadouna nueva canción. Aunque muy en la línea de las anteriores, esta nueva pista, Aur Nahi (Ya no más) es quizá más tranquila, para terminar esta entrada con calma y paz. 


viernes, octubre 10, 2014

Los Poetas Invisibles


Libros de enésima mano en College Street


Ayer descubrimos al nuevo ganador del Premio Nobel de Literatura, el novelista francés Patrick Modiano. Os preguntaréis qué tiene que ver esta información con este blog. En principio, absolutamente nada. Sin embargo...

Hace 101 años que Rabindranath Tagore ganó el Premio Nobel de Literatura. Aunque este premio se otorga a la obra completa de un autor, Tagore fue premiado con una única obra traducida al inglés por él mismo, Song Offerings, que en la versión inglesa aglutinaba poemas de obras bengalíes distintas, no coincidente 100% con el Gitanjali bengalí, y también una colección de poemas que había traducido poco antes, The Gardener. Las otras dos obras que él mismo tradujo al inglés se tradujeron y publicaron después de que le dieran el Nobel. Es decir, que le premiaron sin haber leído la mayor parte de su obra. Con esto no estoy diciendo que se lo dieran inmerecidamente: creo que si hubieran podido leer más de sus obras, Tagore habría recibido el Nobel mucho antes. 

Y sin embargo durante estos 101 años, ningún otro indio ha sido galardonado con el Nobel, ni siquiera ha sido barajado como candidato a serlo. China sí, Japón sí, pero nada del subcontinente indio. El problema sigue siendo el mismo: la escasez de traducciones, y la mala calidad de la mayoría. A pesar de la anunciadísima muerte del libro, las editoriales siguen publicando en papel, colocando los últimos éxitos de masas en las estanterías. La literatura popular invade los escaparates de las librerías, pero no vemos en ellas nada de la abundante literatura de masas que el segundo país más poblado del mundo está escribiendo hoy en día. Diréis que exagero, que algo llega. Y es cierto, algún volumen se cuela en nuestras librerías, pero llegan con disimulo, casi con miedo, como si la editoriales temieran llamar la atención sobre las novelas indias que están publicando, con la excepción - a todo el párrafo - de Salman Rushdie.

Busco en la página de los Premios Nobel información sobre Tagore. Contiene una correcta y breve biografía, y un par de líneas que me hacen detenerme: "Para el mundo, él se convirtió en la voz de la herencia espiritual India."

Y es que efectivamente, esa es la visión que desde el rabillo del ojo tenemos de India: un país profundamente espiritual, sin nada más que contarnos que el karma y el yoga. Tagore, como uno de los cuatro puntos de referencia de India que tenemos, se ha imbuido de todo - lo poco que - sabemos del país, incluso con cosas con las que quizá él no estaría de acuerdo.

Hay mucho más en el cosmos indio que espiritualidad, vacas y castas, colores y saris, especias y la fiesta de Holi. Tagore no es un santón vestido de blanco en vez de azafrán. Y la literatura india no se terminó en Tagore. Ni en Salman Rushdie, ni en Arundhati Roy.

Escribo esto, inspirada por un brillante artículo de Scroll.in (página de noticias india que recomiendo a todo aquel o aquella interesado en el país), para romper una lanza por todos los escritores indios que no se llevaron ningún premio ni fueron conocidos más allá, en ocasiones, de las fronteras de sus propios estados. Y es que uno de los grandes problemas es, como ya dije, el de las traducciones. Simplemente, no hay. Nos estamos perdiendo a poetas de la talla de Jibanananda Das o Nirmala, a novelistas como Bibhutibushan Bandhopadhyay o Premchand, a dramaturgos como Dwijendralal Ray o N.Krishna Pillai.

Estos ya están muertos y no sería posible darles el Premio Nobel. Tampoco es que importe mucho, aunque ciertamente aporta una visibilidad que le vendría bien a la literatura india. Pero en un país tan poblado como éste, hay muchos otros, vivitos y escribiendo, que bien podrían empezar a ser traducidos, publicados y leídos. 

martes, septiembre 30, 2014

Tagore sobre Durga Puja: Todas las cosas en el mundo son como esa muñeca




Calcuta, 5 de octubre 1894

Ayer fue el último día de lluvia y tormenta. Hoy ha salido un sol maravilloso. La brisa matutina tiene un pequeño toque invernal, el suficiente para darle a uno escalofríos. Mañana empieza Durga Puja, así que este es un hermoso preludio a la fiesta. Cuando olas de alegría fluyen a través de todas las personas y las casas de Bengala, pertenezcas o no a la sociedad bengalí, la alegría te conmueve. Antes de ayer, por la mañana, de camino a la casa de Suresh Samajpati, vi cómo las imágenes de Durga, con sus diez manos alzadas, estaban siendo construidas en los patios de casi todas las mansiones - y todos los chicos de las casas circundantes parecían muy inquietos. Entonces pensé que tanto los jóvenes como los viejos se convierten en niños por unos días en todo el país, y juntos juegan a las muñecas a una escala gigantesca. Si meditas sobre ello, todos los placeres elevados son comparables a jugar con muñecas, en el sentido de que no hay ninguna ambición ni ánimo de lucro en ello - si lo ves desde fuera parece una auténtica pérdida de tiempo. Pero algo que alegra, que entusiasma, a la gente de un país entero no puede ser algo insignificante ni estéril. Hay muchas personas en el mundo que son duras y secas y mundanas, para quienes la poesía y las canciones carecen de todo significado, pero hasta ellos se ven afectados por la expectación y la ilusión del festival. Estoy seguro de que esta inundación de sentimiento anual humaniza a los hombres; por unos pocos días hace nacer empatía y dulzura en los corazones, allí tienen el amor, el afecto y la compasión un suelo fértil - agamani, las canciones de bijaya, el reunirse con los amigos, la melodía del nahabat, el sol de otoño y el cielo transparente, todo ello junto compone un alegre poema de belleza dentro del corazón. En el artículo sobre las rimas de las mujeres he mencionado que la alegría de los niños es la felicidad ideal. Ellos son capaces de impregnar cualquier pretexto con sus emociones - los niños insuflan vida en una muñeca fea e incompleta, a partir de su propia vida, con sus propias alegrías y penas. La persona que es capaz de mantener esta habilidad cuando ha crecido es una persona que podemos llamar "pensante". Para él o ella, todas las cosas alrededor de nosotros no son simplemente objetos visibles y audibles, sino que también poseen un significado interior - aquello que les falta lo completan con una canción. No puedes esperar semejante capacidad de pensamiento en todas las personas del país, pero en un periodo festivo como éste, casi todos los corazones están rebosando de emoción. Entonces, aquello que vemos como una simple muñeca aparece vestido por la imaginación y se quita su apariencia de muñeca;  un gran sentimiento de vida la atraviesa, y todo el mundo, con o sin sensibilidad, está bendecido por una corriente sagrada de felicidad. Después, cuando la muñeca vuelve a convertirse en una muñeca, la sumergen en el agua. Todas las cosas de este mundo son como esa muñeca. Todos aquellos a quienes amamos pueden ser sólo una persona con cierta apariencia física para otros, pero para nosotros están como encendidos desde dentro por una luz maravillosa; nos parecen eternos. Aquellos que carecen de oído pueden pensar que una canción es simplemente un sonido, pero, para mí, un sonido es una canción. Para aquellos que no pueden ver la belleza de esta tierra, la tierra es un mazacote de barro rodeado de agua. Pero ese mismo mazacote de barro rodeado de agua es para mí el mundo. Es decir, que si lo miras de una manera, todas las cosas en este mundo son muñecas; pero si lo miras desde el corazón, a través de tu imaginación, reconocerás en ellas a los dioses - ambos carecen de límites. Y por eso, si yo pensara en ella, quien ha conseguido conmover a cada persona de Bengala, como si sólo fuera una muñeca de barro, estaría traicionando mi propia falta de sensibilidad. 

Rabindranath Tagore

Traducción de su colección de cartas Chinnapatrabali (El libro de los pedazos de hojas)


jueves, agosto 14, 2014

Instantáneas


Telarañas de nubes en College Row





De la colección de Candados de Calcuta




Vidas paralelas



Cuenta los cuadrados



Vecindario



Las líneas del destino



Después de la tertulia

domingo, julio 13, 2014

Nueva etapa

Sé que he estado mucho tiempo desaparecida de la red, y lo siento, pero es que en los últimos meses se han producido por fin cambios que se habían ido gestando a lo largo de este año, y ha sido el proceso tan intenso que no me ha dado la cabeza para escribir nada. El más importante de estos cambios está ligeramente relacionado con la última entrada que escribí. Sí, ese tan largo de Tagore y Kalidasa. Pensando en que llevo demasiado tiempo en este país sin aprovechar al cien por cien todo lo que tiene que ofrecer, he decidido dar un giro a mi vida: dejar de enseñar y volver a estudiar.

Después de tres años enseñando español, en mi horizonte lo único que se divisaba era... más enseñar español. Aún soy demasiado joven como para estancarme en la vida, así tan pronto. ¿Por qué no abandonar el claro camino de la precaria enseñanza del español para extranjeros, e internarse por otras junglas? Y en India, las junglas por explorar, no sobran. Por ejemplo, la literatura india, que es todo un terreno por descubrir en occidente.

Así que en ello estoy, preparándome para lo que será una nueva etapa de mi vida y por lo tanto, también del blog. Espero que me acompañéis en ella :D

Mucho más, muy pronto!


lunes, mayo 12, 2014

La celebración de la unión en el canto a la separación: Rabindranath Tagore y Kalidasa


Estos ojos cumplieron 153 años esta semana. Y digo cumplieron, no habrían cumplido, porque Rabindranath sigue muy vivo todavía. Su recuerdo se está desvaneciendo, cierto, y parece cada vez más una pieza de museo, una reminiscencia como eso de "todo el pasado fue mejor", una perspectiva que lo separa totalmente del presente, que crea una barrera entre él y los que lo recuerdan. Sin embargo, usando un símil del propio Tagore, a la flor artificial dentro de casa hay que quitarle el polvo todos los días para que luzca, pero a la flor del bosque no hay que hacerle nada para que luzca bonita. No requiere mantenimiento. Sólo requiere que la vayamos a buscar al bosque y la miremos. Lo mismo pasa con Rabindranath: sus libros, sus retratos, que llenan las casas bengalíes (y poco a poco, la mía también) podrán llenarse de polvo, pero si le miramos a los ojos - como en la foto de arriba - o le buscamos en la lectura, nos deslumbra sin artificios. No hay polvo que pueda deslucir sus palabras. Y por suerte, tenemos muchas de ellas.

Cada vez que leo algo suyo, cuentos o novelas, ensayos, poemas o canciones, me quedo embelesada por lo sublime de la expresión y la profundidad del contenido. Últimamente he estado leyendo una colección de sus ensayos y artículos sobre literatura y sobre la lengua bengalí, en una edición traducida al inglés con anotaciones e introducción por Sisir Kumar Das, uno de los historiadores y críticos literarios más importantes de Bengala. Das también es un genio del análisis, y su prosa - la mayoría de sus ensayos los escribía directamente en inglés - es clara y aguda, perfecta para su propósito: explicar con la mayor sencillez posible los intrincados hilos de la literatura. Si tenéis algún interés por aprender sobre la historia de la literatura india, Sisir Kumar Das es la mejor opción. 

En este libro, Selected Writings on Literature and Language, se resume el papel que Rabindranath tuvo en la creación de la critica literaria en Bengala, que era prácticamente inexistente hasta el siglo XIX. Su tarea no sólo se centra en la crítica literaria de sus contemporáneos, sino que mira atrás, a la antigua literatura en sánscrito, y a su alrededor, a la literatura popular y de tradición oral, algo que nadie consideraba en aquel entonces digno de ser llamado "literatura". Estos esfuerzos son coherentes con su filosofía de la unión de los seres humanos en armonía: trata de unir el pasado con el presente, la clase alta, con sus escritores versados en la cultura occidental y en el inglés, con las clases populares y rurales, ignorantes de todo aquello que los altos urbanitas admiraban. Juntar el pasado con el presente, juntas a las personas más allá de sus clases sociales y sus diferencias económicas, más allá de las fronteras lingüísticas o nacionales, para el beneficio de todos que resultaría de esta unión: esa era la misión que daba sentido a su vida. 

Juntar, precisamente, es el significado etimológico de la palabra bengalí para literatura, "sahitya". Y es que no se puede negar que la literatura nos acerca los unos a los otros, más allá de distancias geográficas, temporales o sociales. Sólo hay que abrir un libro de Rabindranath para estar con él, sólo tengo que escribir en este blog para estar con vosotros. Yo os hablo de Rabindranath Tagore, y por unos instantes estáis con él, mientras que cuando él escribe sobre Kalidasa, un poeta de la época clásica sánscrita, del silgo V d.C, por unos instantes yo también estoy con él. Y así sucesivamente.

Según Sisir Kumar Das, posiblemente el Meghadutam de Kalidasa fuera el poema favorito de Tagore. Que Rabindranath tuviera un sólo poema favorito me parece algo difícil de creer, pero si uno de ellos era Meghadutam, eso ya nos dice todo lo que necesitamos saber: que tenemos que leer el poema nosotros mismos ya!

Al parecer, Rabindranath escuchó este poema de joven, leído en boca de uno de sus hermanos mayores, en unos días de lluvia incesante durante el monzón, con el cielo oscurecido por las nubes, cuando todavía no sabía sánscrito y no podía entender las palabras del poema. A pesar de eso, o quizá precisamente por eso, los versos le hechizaron. Si podéis, apagad las luces de casa, o bajadlas, y escuchar un fragmento del Meghadutam vosotros mismos, todavía sin entender nada de lo que significa.


No sé quién es este hombre que recita, aparte de que es bengalí por su nombre, pero realmente le felicito. Ojalá recitara el poema entero, y no sólo un fragmento...

Imaginemos una densidad oscura, una intensidad lluviosa. Imaginemos a ser niños de nuevo y escuchar un poema musical en una lengua extraña. ¿Qué sentiríamos entonces? ¿Qué habría sentido Rabindranath? Escuchemos otra vez.

kaścit kāntāvirahaguruṇā svādhikārāt pramattaḥ
śāpenāstaṃgamitamahimā varṣabhogyeṇa bhartuḥ
yakṣaś cakre janakatanayāsnānapuṇyodakeṣu
snigdhacchāyātaruṣu vasatiṃ rāmagiryāśrameṣu


Vamos con el significado del poema. Yo no soy quien de traducir del sánscrito, así que vais a permitirme citar la traducción al inglés de McComas Taylor, que a pesar de estar traducida a prosa, es tremenda, y sobre todo, fiel, que es lo que os importa ahora, seguro, conocer el significado exacto de tan exótico cántico:

"A certain yaksha who had been negligent in the execution of his own duties, on account of a curse from his master which was to be endured for a year and which was onerous as it separated him from his beloved, made his residence among the hermitages of Ramagiri, whose waters were blessed by the bathing of the daughter of Janaka and whose shade trees grew in profusion."

"Un yaksha quien habiendo sido negligente en la ejecución de sus deberes, por una condena de su señor que había de ser soportada durante un año y que le resultaba ominosa ya que le separaba de su amada, se alojó con los ermitaños de la Colina de Rama (1), cuyas aguas habías sido bendecidas al contacto con la piel de la hija de Janaka (2) y cuyos abundantes árboles regalaban sombra"

(1) Ramagiri
(2) Sita, la esposa de Rama.

Meghadutam es conocido en inglés como The Cloud Messenger, La Nube Mensajera. En este poema, un yaksha - un semidiós de la mitología hindú - se encuentra cumpliendo una condena de destierro por un año, por desatender sus funciones en el palacio del rey Kubera - el dios de la riqueza-, rey de Alaka, una hermosa ciudad en los Himalayas (que es donde viven los dioses, es el Olimpo de los dioses hindúes). Este año de destierro debe pasarlo en la parte central de India, en Madhya Pradesh, más exactamente en las montañas donde el héroe Rama también sufrió sus años de exilio - exactamente en Chitrakut, si recordáis mis entradas sobre mi viaje a Madhya Pradesh, ahí está. Pero esto yo no lo sabía hace un año - , un lugar seco y cálido, que no tiene nada que ver con su ciudad alpina. Sin embargo, lo que realmente causa dolor al yaksha es la separación de su esposa, y está consumido por la nostalgia. Tanto añora a su amada, que después de haber sufrido ya seis meses de exilio, cuando se acerca la temporada de lluvias (que empieza en junio-julio, en el tercer mes del calendario indio, Ashar), desesperado le suplica a una nube que vaya al norte y le lleve un mensaje a su amada, y que vuelva con noticias de ella. El poema es la súplica del yaksha a la nube, que le explica la ruta para llegar a Alaka, y cómo encontrar a su esposa, y las palabras que debe decirle.

El poema no es excesivamente largo. Sus 115 estrofas - aunque algunas versiones contienen 110, otras 120 - se suelen separar en dos secciones, aunque esto no está abiertamente dividido en el texto: Purvamegham (la nube primera), que describe la condición del yaksha y la ruta a seguir por la nube mensajera, y Uttaramegham (la nube última), que describe el esplendor de Alaka y a la esposa del yaksha, y contiene el mensaje que la nube debe transmitir. Está escrito en un tipo de verso llamado mandakranta, que normalmente se agrupa en cuartertos, y que es muy musical a pesar de no ser rimado. Cada verso consta de 17 sílabas, divididas por dos cesuras, una tras la sílaba 4 y otra tras la sílaba 10, formando un patrón de 4+6+7=17, lo que crea el ritmo musical que escuchamos al recitarlo.

kaścit kāntā / virahaguruṇā /svādhikārāt pramattaḥ

Kalidasa expresa en este poema el dolor, la aguda aflicción que produce la separación. El yaksha intenta sobreponerse a ella, y llevado por el desespero, intenta usar a una nube para reunirse con su amada. ¿Por qué no pide a un ser humano, o a un pájaro al menos, a un ser sólido y con voz, que transmita su mensaje? Eso quizá tendría más sentido, pero la separación forzosa nos hace perder el sentido. Para superar la desolación el yaksha hace algo muy humano: usa el poder de la imaginación para consumar la reunión. Envía a una nube mensajera. Este es el poder de la literatura, el poder de la unión.

Kalidasa nos hace saborear la añoranza del yaksha con descripciones muy detalladas y visuales. Nos regala un paraíso imaginativo, de imágenes y de la imaginación, y es capaz de transformar el dolor en una delicia. Unos ejemplos:

(Estrofa 2)

tasminn adrau katicid abalāviprayuktaḥ sa kāmī 
nītvā māsān kanakavalayabhraṃśariktaprakoṣṭhaḥ 
āṣāḍhasya prathamadivase megham āśliṣṭasānum
vaprakrīḍāpariṇatagajaprekṣaṇīyaṃ dadarśa


That lover, separated from his beloved, whose gold armlet had slipped from his bare forearm, having dwelt on that mountain for some months, on the first day of the month of Asarha, saw a cloud embracing the summit, which resembled a mature elephant playfully butting a bank. 

Ese amante, separado de su amada, cuyo brazalete de oro se deslizaba ya de su desnudo brazo, habiendo pasado en aquella montaña algunos meses, en el primer día del mes de Ashar (1), vio abrazando la cima a una nube que parecía un elefante adulto jugueteando y chapoteando en una orilla.

(1) Ashar es el nombre moderno (en bengalí) del mes de Asarha: el tercer mes del año indio (que empieza a mitad de abril), y que es el primer mes del monzón.


Cuyo brazalete de oro se deslizaba ya de su desnudo brazo... El amante, consumido por la nostalgia, ha adelgazado tanto que su pulsera se le cae del brazo al que antes se ajustaba perfectamente. No sé si este es un topoi, porque lo he leído en unos poemas tamiles supuestamente más antiguos que el de Kalidasa, pero sea cómo sea, es precioso. Y la nube gris es un elefante adulto, un animal poderoso, inteligente y muy apreciado en India. Esta metáfora se repite a lo largo del poema muchas veces, por ejemplo en la estrofa 54, dice que es un "elefante de los dioses"; es el yaksha intentando halagar a la nube para que así no rechace su petición de ayuda. En otra extraordinaria estrofa (la 62), el yaksha compara a la nube de lluvia con el sólido y brillante negro del kohl, el polvo natural con el que las mujeres indias delinean y realzan la forma de sus ojos.

El yaksha se deshace en llamamientos al corazón de la nube en más de una ocasión, para intentar convencerla. Aquí transcribo otro de los más curiosos:

Estrofa 12

āpṛcchasva priyasakham amuṃ tuṅgam āliṅgya śailaṃ
vandyaiḥ puṃsāṃ raghupatipadair aṅkitaṃ mekhalāsu
kāle kāle bhavati bhavato yasya saṃyogam etya
snehavyaktiś ciravirahajaṃ muñcato bāṣpamuṣṇam 

Having embraced your dear friend, that lofty mountain, marked on its flanks by the feet of the lord of Raghu which are worshipped by men, take your leave. Year after year, having come for union with it, there is a display of affection on your part—you who release hot tears born of long separation. 

Una vez que hayas abrazado a tu querido amigo, esa altiva montaña, marcada en sus faldas por los pies del señor de Raghu (1) que los hombres consideran sagrados, prosigue. Año tras años, tras haberte unido a ella, das una muestra de tu cariño - tú que liberas cálidas lágrimas nacidas tras una larga separación.

(1) Rama

El yaksha, con su ingenio tan agudizado como ofuscado por el dolor y la nostalgia, apela a los sentimientos de la nube, haciéndola ponerse en su lugar, relacionando el sufrimiento de la nube alejada de la montaña que tanto ama, con el suyo propio, a kilómetros de distancia de su esposa. ¿A quién no convencería esta súplica? Todos los lectores quisiéramos inmediatamente convertirnos en nubes para ayudarle.

Otras veces, el yaksha es un poco más agresivo. Por ejemplo en la estrofa 17 dice:

na kṣudro 'pi prathamasukṛtāpekṣayā saṃśrayāya
prāpte mitre bhavati vimukhaḥ kiṃ punar yas tatthoccaiḥ

Even a lowly being, remembering an earlier kind deed, does not turn its back on a friend who has come for refuge; how much less, then, one so lofty?

Incluso un plebeyo, recordando un amable favor anterior, no da la espalda a un amigo que ha venido buscando refugio; ¿cómo podría, entonces, un ser tan noble (como tú)?

Además de estos argumentos tan emotivos, el yaksha, que quiere que la nube se identifique con él y con su dolor, intenta atraer la curiosidad de la nube con las cosas que a él le resultan más atractivas: las mujeres. Le promete la visión de unas jóvenes chicas, blancas como el jazmín y perfectas como la flor de loto, que esperan sin saberlo la amistad de la nube, que posará por unos instantes su sombra sobre sus bellos rostros (estrofa 27):  "chāyādānāt kṣaṇaparicitaḥ puṣpalāvīmukhānām" /"you who have made a momentary acquaintance with the flower-picking girls by lending shade to their faces"  / "tú, que al prestar tu sombra sobre las caras de las chicas que recogen flores has entablado amistad con ellas un instante". También le promete el placer de ver las "temblorosas pestañas" de las mujeres atemorizadas por el relámpago en la ciudad de Ujjain (estrofa 28), por poner algunos ejemplos.

Pero las mujeres no son la única atracción que la nube puede encontrar en su camino. Las descripciones de los paisaje sobre los que pasará en su viaje son fascinantes. Nosotros también queremos hacer ese viaje, queremos sobrevolar esos valles, esos ríos, esos bosques, esas cumbres nevadas, esas ciudades.

Estrofa 29:

vīcikṣobhastanitavihagaśreṇikāñcīguṇāyāḥ
saṃsarpantyāḥ skhalitasubhagaṃ darśitāvartanābhaḥ
nirvindhyāyāḥ pathi bhava rasābhyantaraḥ saṃnipatya
strīṇām ādyaṃ praṇayavacanaṃ vibhramo hi priyeṣu

On the way, after you have ascended to the Nirvandhya River, whose girdles are flocks of birds calling on account of the turbulence of her waves, whose gliding motion is rendered delightful with stumbling steps, and whose exposed navel is her eddies, fill yourself with water, for amorous distraction is a woman’s first expression of love for their beloved.

En el camino, después de subir hacia el río Nirvandhya, cuyos collares son las bandadas de pájaros cantando por la turbulencia de sus aguas, cuyo fluído movimiento se convierte en admirable cuando tropieza con las piedras, y cuyos remolinos muestran su ombligo, llénate tú de agua, puesto que la primera expresión amorosa de una mujer por su amado es la desatención.

Los ríos, en sánscrito y en la mitología hindú, son todos mujeres: quizá porque el agua es la vida. Los pájaros son los adornos del río, el fluir de sus aguas es como los andares de una mujer, que se desliza y balancea y cuando da un traspiés contra las rocas del lecho del río, es todavía más dulce. Pero mi metáfora favorita son los remolinos que exponen a la vista el ombligo del río, como una mujer en sari, que según se mueva, muestra o esconde su ombligo de nuestros ojos.

Hacia el final del poema, cuando por fin la imaginación del yaksha llega a su casa en Alaka, y explica a la nube mensajera cómo encontrar a su esposa y qué debe hacer para transmitirle el mensaje, Kalidasa describe su dolor de una manera intensa, a través de la descripción externa de las acciones de la mujer, y muestra un entendimiento muy profundo de la nostalgia amorosa, que yo no puedo evitar preguntarme qué separaciones habrá sufrido Kalidasa en su vida.

(Estrofa 26 de la segunda parte)

utsaṅge vā malinavasane saumya nikṣipya vīṇāṃ
madgotrāṅkaṃ viracitapadaṃ geyam udgātukāmā
tantrīm ārdrāṃ nayanasalilaiḥ sārayitvā kathaṃcid
bhūyo bhūyaḥ svayam api kṛtāṃ mūrcchanāṃ vismarantī 

Or having placed a lute on a dirty cloth on her lap, friend, wanting to sing a song whose words are contrived to contain my name, and somehow plucking the strings wet with tears, again and again she forgets the melody, even though she composed it herself

O habiendo colocado un laúd sobre una sucia tela en su regazo, amiga (1), queriendo cantar una canción destinada a contener mi nombre entre sus palabras, y de alguna manera rasgando las cuerdas con sus lágrimas y humedeciéndolas, una y otra vez ella olvida la melodía, a pesar de haberla compuesto ella misma.

(1) a lo largo del poema el yaksha se autodenomina "amigo" y "hermano" de la nube, a su esposa la "esposa de tu hermano", y aquí por fin, llama amiga a la nube.

La esposa del yaksha, sollozando, pensando continuamente en su esposo, desatiende las tareas de la casa, como se olvida de lavar las telas, y se olvida hasta de las canciones que quiere cantar en memoria de su amado. ¿Es que hace falta decir que está desolada?

Y tras tantas estrofas que despiertan en nosotros el sabor de la pena (la karuna rasa), al mismo tiempo se despierta en nosotros una curiosidad inmensa. ¿Cuál es el mensaje que el yaksha desea decir a su esposa? ¿Nos dirá Kalidasa cuáles son esas palabras? Pues sí:

(Estrofa 42 de la segunda parte)

aṅgenāṅgaṃ pratanu tanunā gāḍhataptena taptaṃ 
sāsreṇāśrudrutam aviratotkaṇṭham utkaṇṭhitena 
uṣṇocchvāsaṃ samadhikatarocchvāsinā dūravartī
saṃkalpais tair viśati vidhinā vairiṇā ruddhamārgaḥ

He whose path is blocked by an invidious command and is at a distance, by means of these intentions, unites his body with yours, the emaciated with the emaciated, the afflicted with the even more deeply afflicted, that which is wet with tears with that which is tearful, that whose longing is ceaseless with that which is longed for, that whose sighs are hot with that whose sighs are even more numerous.

Él cuyo camino está bloqueado por una odiosa orden y quien está lejos, por medio de mí, une su cuerpo con el tuyo, lo consumido con lo consumido, lo afligido con lo aún más profundamente afligido, aquello que está húmedo de lágrimas con aquello que está lloroso, aquello cuya añoranza es infinita con aquello es añorado, aquello cuyos suspiros son cálidos con aquello cuyos suspiros son aún más numerosos.

El yaksha dicta estas palabras a la nube, imaginando que él mismo es la nube diciéndoselas a su esposa recién levantada, observándola por la ventana de su dormitorio. La unión, por fin, imaginada pero unión al fin y al cabo, de las dos nostalgias y las dos tristezas por medio de un cuarteto: los versos son sólo un medio, como la nube, la nube es el poema y nos unimos a Kalidasa al leerlo, nos unimos al corazón humano al leerlo. El poema de la separación es un canto a la unión: 

"Oh, nube, tu esplendor realzado por la temporada de lluvias, ojalá nunca nada te separe de tu consorte, el relámpago.

Para terminar, os dejo con los invisibles hilos que unen a Rabindrantah con Kalidasa, más allá de sus ensayos o de su admiración por el poeta clásico: son sus canciones las que son una celebración del Meghadutam. Si bien Tagore jamás intentó traducir el poema al bengalí, creo que lo que sí intentó, consciente o inconscientemente, fue trasladar el sentimiento de separación, el anhelo de la unión, y la temática de las nubes y la lluvia, en sus famosas canciones. Muchas de ellas hablan de las nubes, y muchas otras, de la lluvia, especialmente del mes de Ashar, el primero del monzón. Escuchad estas dos:

Abar Esechhe Ashar (El monzón ha regresado)


El monzón ha regresado, cubriendo el cielo
a través del viento se huele la lluvia
este viejo corazón mío aún estalla de alegría
al ver a las nuevas nubes condensarse
sin prisa sobre los verdes campos cae la sombra de las nubes negras
"¡Ya llega!", grita el corazón, "¡Ya llega!", canta esta canción
Ha llegado a la mirada, se apresura al corazón.

Bahu yuger opar hote (Después de muchos muchos años)



Después de muchos años he recordado el monzón,
en un verso del poeta con el relámpago y la lluvia que gotea.
Las guirnaldas de flores unidas se balancean y se mezclan con el polvo,
hoy su fragancia fluye en el viento lloroso.
Ese día sin razón aparente llegaron las nubes a la orilla
el agua se derramaba sin razón aparente sobre la verde orilla.
Sin pestañear la guirnalda de nubes se extendía hacia el camino,
como la visión de la sombra de una nube negra a mi memoria.

Tumi Shandhyar Meghamala (Tú eres la guirnalda de nubes del crepúsculo)


Esta canción fue traducida por el propio Rabindranath al inglés para la colección que se recogió bajo el título The Gardener, así que permitidme que cite su traducción directamente, sin duda alguna mejor de que lo que yo soy capaz de hacer:

You are the evening cloud floating in the sky of my dreams.
I paint you and fashion you ever with my love longings.
You are my own, my own, Dweller in my endless dreams!
Gleaner of my sunset songs!

Your lips are bitter-sweet with the taste of my wine of pain.
You are my own, my own, Dweller in my lonesome dreams!
Of the depth of my gaze!

I have caught you and wrapt you, my love, in the net of my music.
You are my own, my own, Dweller in my deathless dreams!
Your feet are rosy-red with the glow of my heart's desire,
With the shadow of my passion have I darkened your eyes, Haunter!



Nota curiosa: Neruda escribió su poema 16 de Veinte poemas de amor y una canción desesperada basándose en esta traducción al inglés de la canción original en bengalí. Veamos su transcreación:


En mi cielo al crepúsculo eres como una nube 
y tu color y forma son como yo los quiero. 
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces, 
y viven en tu vida mis infinitos sueños. 

La lámpara de mi alma te sonrosa los pies, 
el agrio vino mío es más dulce en tus labios: 
oh segadora de mi canción de atardecer, 
cómo te sienten mía mis sueños solitarios! 

Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa 
de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda. 
Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo 
estanca como el agua tu mirada nocturna. 

En la red de mi música estás presa, amor mío, 
y mis redes de música son anchas como el cielo. 
Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto. 
En tus ojos de luto comienza el país del sueño.


Demasiadas cosas para una sola entrada, ¿no?



* La traducción al inglés de McComas Taylor está disponible aquí: http://chl.anu.edu.au/languages/sanskrit/meghaduta_english.pdf

lunes, mayo 05, 2014

Desapariciones y fantasmas: Márquez en Calcuta

No soy yo la única que ha desaparecido estos meses. Alguien mucho más importante que yo se ha ido: Gabriel García Márquez. Nunca fui una fan, nunca entendí - por herejía que parezca decirlo ahora - por qué le dieron el Nobel a él y no a otros, sólo he sido capaz de terminar una de sus novelas. Pero lo cierto es que su muerte ha sacudido las entrañas de Calcuta. ¡Un novelista muerto hace temblar la ciudad de los poetas! Si habéis seguido las noticias, muchos - demasiados - poetas se han muerto este 2014, pero ninguno de ellos ha causado la conmoción que ha causado la desaparición de Márquez.

Volveré al blog, pero el mes que viene. De momento, os dejo con Márquez en un regreso momentáneo y extranjero:


Robbar, el suplemento dominical del periódico bengalí Pratidin, ha sacado un especial sobre García Márquez este domingo 4 de mayo




Y este es el artículo que escribí para la revista tras recibir una llamada pidiendo mi colaboración. El original, escrito en inglés, saldrá en otra revista en los próximos meses. Y aunque por las fotos parezca lo contrario, no escribí sobre Márquez, porque yo no habría sido capaz de semejante tarea, sino que me limité a la única novela suya que he devorado más de una vez, y más de dos: Crónica de una muerte anunciada.

Hasta pronto,

lunes, febrero 10, 2014

Kolkata Boimela 2014 / La Feria del Libro de Calcuta 2014

Mi ciudad hace amago de celebrar una feria del libro cada año, en verano. Quizá por el calor, se ha ido derritiendo a lo largo de los años, limitándose ahora a una exigua línea de casetas blancas, cada una de ellas copia casi idéntica de la anterior. Como la feria la sitúan en el parque de la Alameda, la mayoría de los visitantes son familias jóvenes con niños pequeños, jubilados y algún adulto con perro, a los que la feria sorprende cuando van de paseo al parque. La mayoría acaba sentándose en las terrazas de las cafeterías de la acera de enfrente, desde donde pueden disfrutar de la vista de las casetas blancas, cómodamente, a lo lejos.

Nada que ver con la Feria del Libro de Calcuta.

Aquí, la literatura es más poderosa que la religión. Los únicos dos asuntos que pueden igualársele son los debates sobre los dos equipos de fútbol de la ciudad, y qué cantante interpreta mejor las canciones de Rabindranath Tagore. Y si bien en Bengala tienen su semana religiosa, Durga Puja, que es la fiesta que inicia el período de fiestas, también tienen sus semana literaria, la Feria del Libro, que es precisamente la que lo clausura. Las dos atraen a gente de todo el estado, incluso a bengalíes emigrantes, que acuden a la ciudad con idéntico fervor, a celebrar, quizá, también la misma cosa: la alegría de vivir.

Porque la feria del libro, aquí, no es una mera exposición de bestseller que nadie compra, una excusa para pasear una tarde por algún lugar distinto del habitual, ni una sorpresa repentina que acaece sobre los paseantes que no se miran la sección de la agenda del día del periódico. La Feria del Libro causa expectación e ilusión, los bengalíes tachan los días en sus calendarios, desde el principio de enero, hasta que se anuncian los días exactos de su duración: entonces todo es planear qué día(s) se irá(n), qué casetas se visitarán, a quién se verá allí, averiguar qué país es el país invitado, qué libros se podrían comprar y hasta si venderán algún libro suyo.

Pero no todo son libros en la Feria del Libro. Una de las secciones más importantes, de las que lleva más ventas, es la carpa de las "little magazines", las pequeñas revistas en las que los escritores y pintores menos conocidos publican, la mayoría de las veces por puro amor al arte. Las pequeñas revistas es donde late la creatividad y la pasión de los bengalíes por la literatura, y la pintura: no sólo en la portada, sino en las páginas interiores, raro es una revista sin dibujos, fotografías o diseños de alguna clase. 


La carpa de las pequeñas revistas es uno de los lugares más concurridos de la Feria


Cada centímetro de las largas mesas está cubierto por números y números de miles de revistas distintas


Todas las revistas comparten las mesas, anunciándose con grandes carteles que indican a los lectores dónde encontrar la revista que buscan


Ejemplo de pequeñas revistas y libros que he ido acumulando estos años (estas son las de Diciembre-Enero)


Uttorkal, una pequeña revista editada por mi amigo Jeet Mukhopadhyay, que ganó un premio a la mejor pequeña revista en la Feria de Pequeñas Revistas que hubo el pasado enero. Hay pequeñas revistas en la Feria del Libro, pero no hay libros en la Feria de Pequeñas Revistas. Un número vale 15 rupias. Imprimir 300 números cuesta más que las 2500 rupias que ganan con su venta.

Cada año la Feria del Libro está dedicada a un país, para el que construyen una carpa más grande con lugar para hacer exposiciones culturales generales sobre el país y exhibir libros para leer allí mismo, sobre el que hay actividades culturales cada día, visitas de autores de dicho país, y espectáculos de música y danza. Este año, el país invitado fue Perú, y se rumorea que el próximo será Bolivia.


Además, hay encuentros literarios con autores nacionales e internacionales (este año fue, entre los internacionales, por ejemplo, nada más y nada menos que Lorenzo Silva - yo leí apasionadamente su El alquimista impaciente - y entre los nacionales, Amit Chaudhuri), conciertos (por ejemplo, hubo un concierto en honor a Peter Seeger, fallecido hace unos días) presentaciones de revistas y lanzamientos de libros (por ejemplo, dos de mis amigos, Himalaya Jana y Sanghamitra Halder, lanzaron sus últimos poemarios)


Antes de olvidar, de Himalaya Jana


i larga, de Sanghamitra Halder

En total, 570 casetas de diferentes editoriales y países. Según la Wikipedia, unos dos millones de personas visitan la feria cada año. Si lo comparamos con la asistencia a mítines políticos en la historia más reciente de Calcuta, incluso en este año que es año de elecciones al gobierno central, gana la Feria del Libro. Afortunadamente. Y, no llevada por el fervor, sino por la desconfianza hacia los medios de contabilización de personas, sinceramente creo que más de dos millones de personas la visitan cada año. En la entrada hay unos detectores de metales y guardias de seguridad que dejan pasar a todo el mundo, sin prestar atención a las oleadas de gente que se agolpan para pasar por los estrechos detectores, que no dejan de pitar, sin que por ello se inmuten en absoluto. No creo que sean ellos los que cuentan. Y si cuentan por ventas, tampoco es fiable, porque mientras para los que viven en Calcuta, se convierte en un lugar de reunión y disfrute, seguramente esperen a encontrar el libro en College Street, donde les harán un mayor descuento; quienes más compran son los de fuera de Calcuta, para quienes la feria supone la oportunidad de comprar libros que en sus respectivas ciudades o pueblos sería imposible encontrar. 

Yo compré algunos libros, y me quedé con ganas de otros, que quizá busque, como los auténticos "calcutenses", en College Street. Pero no quise quedarme con las manos vacías: en una tienda de libros de segunda mano compré una Historia de India en bengalí para niños con introducción por Indira Gandhi y unas ilustraciones preciosas, de esas ediciones que tanto me fascinan, y un libro sobre la vida y obra de Bankim Chandra, el primer gran novelista bengalí, del siglo XIX, que os sonará si habéis seguido mi recomendación y habéis visto Charulata. Y de primera mano, un cómic bengalí (aunque en inglés), Devi Chaudhurani, una versión gráfica de una novela del propio Bakim Chandra, sobre una mujer que se convirtió en una, digamos, reina de los bandoleros en la Bengala rural. 

Pero me quedé con ganas de esto:


Sí, Luis Buñuel


Y, sí, ¡¡Castelao!! ¡Sus viñetas traducidas al inglés y al bengalí!


Y el Ramayana en versión cómic y con un terrorífico estilo gráfico por un dibujante argentino, Quique Alcatena



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